domingo, 14 de julio de 2013

EL MENOS MAQUIAVÉLICO DE TODOS: MAQUIAVELO (13)

EL NACIONAL - Martes 07 de Diciembre de 2010     Opinión/6
A Tres Manos
Miradas múltiples para el diálogo
La ideología
En el plano teórico las ideologías son ejercicios intelectuales estimulantes y hermosos
EMIRO ROTUNDO PAÚL*

El concepto nace en los siglos XVIII y XIX.
Para los pensadores franceses (Destutt de Tracy, Cabanis, Constant, Say) y para los italianos (Gallupi, Rosmini) la ideología era el estudio de las ideas esenciales, las ideas inmediatas en las que se funda todo saber, todo conocimiento. La actitud política de algunos ideólogos, que en una primera instancia apoyaron a Bonaparte y posteriormente declararon su oposición a él, originó la crítica de los partidarios del emperador y contribuyó a dar al término ideología un sentido peyorativo.
Dos siglos antes Maquiavelo había observado desviaciones entre la realidad política y las ideas políticas, pero fue Hegel quien puso en la picota la ideología con su concepto de separación de la conciencia respecto a sí misma; de ello resultó la conciencia escindida o desgarrada, de la cual el desdoblamiento y el ocultamiento de lo que no se quiere (o no se puede reconocer) son partes integrantes. Esta idea tuvo una poderosa influencia en el pensamiento marxista que la acogió con el nombre de falsa conciencia.
Desenmascarar las falsas morales y poner de manifiesto las ideologías que las sustentaban parecía ser la misma cosa. Sorel y Pareto estudiaron los mitos y sus derivaciones ideológicas.
La función de la ideología es la justificación (autojustificación) de las acciones realizadas por determinados grupos sociales.
Las acciones tienen su origen en los instintos e impulsos que no son estrictamente racionales pero que se racionalizan por medio del mito. Los mitos forman conjuntos de ideas que se articulan en una unidad relativamente sistemática. Estos sistemas ideológicos terminan siendo no sólo explicativos y justificativos del mito, sino además normativos de lo real, es decir, además de descriptivos son prescriptivos y por ello se traducen en leyes y normas de prescripción obligada con diversos mecanismos coercitivos.
La noción de falsa conciencia ha desempeñado un papel central en las diversas corrientes marxistas. Para Marx, la ideología burguesa era una representación nebulosa (Nebelbildung) de la deplorable realidad social de su época y por tanto se oponía al conocimiento verdadero. Para él la realidad social determinaba la conciencia del hombre y no al revés. Los intereses de la clase dominante se arraigan tanto en el pensamiento social vigente que, simplemente, impiden ver las cosas como son. La ideología burguesa era para Marx una elaboración tergiversada de la realidad que ocultaba la injusticia social y la explotación del hombre por el hombre.
En el plano teórico las ideologías (políticas, religiosas, económicas y sociales) son ejercicios intelectuales estimulantes y hermosos, pero cuando quieren cambiar la sociedad a juro (revolucionariamente) advienen en auténticos infiernos terrenales (nazismo, fascismo, comunismo). Las ideas revolucionarias se convierten nuevamente en mito, en conciencia escindida o en falsa conciencia con todas las connotaciones hegelianas y marxistas. Se transmutan, al igual que los sistemas ideológicos que antes combatieron, en conjuntos conceptuales de encubrimiento de la nueva realidad reformada (el socialismo real, por ejemplo). La historia demuestra que sólo la evolución natural y gradual del proceso civilizatorio de la humanidad es capaz de producir los grandes cambios sociales. Las revoluciones aceleran algunos de esos cambios pero por carriles diferentes de los trazados por ellas.
Decía Jean-Francois Revel que la ideología revolucionaria se basa en tres inevitables dispensas: 1) La intelectual, que sólo retiene y acepta los hechos y datos que le son favorables e ignora y rechaza todos los demás; 2) la moral, que justifica cualquier cosa, incluso las que antes se combatieron y se consideraron inmorales e injustas, y 3) la práctica, que pasa por alto los fracasos y errores, aun los más evidentes, con tal de preservar (en el plano ideal) los postulados ideológicos.
¿Un ejemplo práctico? Revisemos, simplemente, si estas tres dispensas ideológicas están o no presentes en el proceso de la "revolución socialista bolivariana venezolana".

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