lunes, 1 de julio de 2013

UNA FERIA REAL Y OTRA... NO MENOS REAL

Del gran fiado artístico
Luis Barragán


La sola celebración de la Feria Iberoamericana de Arte (FIA), constituye una proeza frente a las consabidas circunstancias que padece el país. Transitarla y competir por una mirada lo más exactamente posible a la pieza que nos atrae, por el único deleite de hacerlo,  es una tarea de vida que también se aprende.

Aprendizaje de vida, hábito que se adquiere y explica una concepción de las personas, el mundo y las cosas en constante construcción, facilitada por un equipo de emprendedores que encabeza Nicomedes Febres para una distinta experiencia metropolitana. Y nos sentimos felizmente agradecidos, porque el encuentro completó un extraño itinerario en la semana de trabajo que comenzó en los museos “Alberto Arvelo Torrealba” y el de “Artes Visuales Henry Alizo”, en la Barinas que realizó la consulta del Proyecto de Ley Orgánica de Cultura.

Todavía no tenemos los venezolanos cómo pagar el esfuerzo artístico que, más acá o más allá de la ciudad capital, nos mantiene espiritualmente en pie y nos concede ese derecho al optimismo que es necesario reivindicar, por fieras que sean las adversidades. Nos satisfizo mucho andar por esas calles pobladas de la exposición caraqueña, tan ventiladas estéticamente, no sin meditar un poco sobre la indispensable gerencia cultural que nos introduzca por todos los poros existenciales de una Venezuela que, por rumores nada más, dice encontrarse en otra centuria.

El poder establecido ha pretendido de toda experiencia estética,  una enfermiza jornada proselitista que aporta más a los altos intereses burocráticos que a la libérrima espontaneidad creadora.  Natural conclusión, versamos sobre usos y abusos que muy poco o nada responden al país que soñamos, aunque – fiándonos un patrimonio visual extraordinario – la nueva edición de la Feria Iberoamericana abre esas modestas ventanas hacia la otra transición democrática en la que nos empeñamos.

A diferencia de los eventos de años anteriores, esta vez tenemos la fortuna de conocer personalmente al promotor fundamental. Y agradecemos a Nicomedes las atenciones dispensadas, ganándolas por el empeño de que el avión no nos dejara para ejercer nuestra puntualidad dominical, como estuvo previsto.

De la reacción cepedista

El principal partido de gobierno insólitamente se resiste a la multiplicidad de matices, diferencias y desencuentros tan naturalmente propios de toda entidad política. La hegemonía que pretende sobre el país, evidentemente es reflejo de una vida interna asfixiante que tiene por dato fundamental e inevitable, las soterradas pugnas por alcanzar, incrementar y preservar los privilegios del poder.

Un parlamentario guariqueño del PSUV, ha tenido el atrevimiento de cuestionar al gobernador Rodríguez Chacín, denunciándolo – incluso – a través de los medios independientes que ponen en evidencia el interesado silencio de los gubernamentales. Lejos de interpelarlos el propio motivo de una rebelión que seguramente apagará la pronta retaliación de los próceres partidistas, apelarán por el manual de estigmatización automática que profundice tan gatopardiana experiencia de casi quince años de gobierno dizque revolucionario.

Ojalá los analistas del caso, yendo más allá de las pautas impuestas a lo largo de una década y media, den un vistazo de las viejas vicisitudes de los partidos que, de un modo u otro, explicando además su vigencia, aún fuera del poder, lidearon con diferencias y disensos que no significaban el fin del mundo. Oportunidad insustituible para dar la otra mirada a un fenómeno inaguantable como el de un prolongado domicilio en el poder que ya se redujo al exclusivo parecer de los que dominan el partido, desde la dirección del estado: ellos y no el partido, mandan.

http://opinionynoticias.com/opinioncultural/15774-del-gran-fiado-artistico

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