Ley de Cultura
Ox Armand
Está en camino una Ley nada más y nada menos que Orgánica de Cultura. Se nos ha informado que tiene dos años declarada como prioridad legislativa y es a estas alturas de la vida es que el proyecto está listo. Por lo menos, a juzgar por el website de la Asamblea Nacional. Cuando uno la lee se sorprende: dos años para semejante cosa, porque si algo resalta de un solo vistazo es la absoluta carencia de técnica legislativa. Sin embargo, indagando, también se nos dice que es un borrador de trabajo. Más peligroso todavía porque el PSUV ya ordenó aprobarla antes de las vacaciones legislativas. Es decir, únicamente una malévola Sala Situacional puede determinarlo, primero friegan a Richard Mardo e inician el trabajo con María Corina y para tapar el escándalo buscarán poner la nota con una ley que pondrá en peligro nuestras libertades culturales. Así de fácil. Ya lo dijo un vocero de la oposición: lo que han hecho en materia cultural no puede ser más manipulador y conculcador. Veamos la programación televisiva en casi 15 años de régimen. Pero hay cosas que me angustian más.
Lo primerito de todo es que del lado del gobierno lo que pesa es la incultura. Ellos no les llegan ni por los torbillos a los grandes líderes comunistas del pasado que fueron tan radicales como sensatos y nunca se dejaron pesetear por nadie. Para muestra un botón. Héctor Mujica desde muchacho fue marxista-leninista convencido, un político de sacrificios pero también un narrador y articulista insigne. Conocedor y cultivador de la sensibilidad y de la razón. No encontramos a un solo individuo (¿agregaremos también individua?) de este gobierno y de ese partido como es el PSUV y sus sucursales, capaz de balbucear algo a la altura de Mujica. Ni siquiera el hablador de pistoladas Luis Britto García, estupendo novelista y ensayista pero que ha preferido plegarse desde hace unos años a lo que hay renunciando irse a una embajada por pereza. Con facilidad y sin rubor aceptan que los que ahora gobiernan o creen que gobiernan como los de Aporrea, insulten hasta la vanidad de sus obscenidades, a Jesús Sanoja Hernández y nada tiene de extraño que si asomamos mucho a Héctor Mujica le disparen moralmente a mansalva. Y esto a pesar que Darío Vivas se le acerca un poquito al conocimiento y la placidez por el vino. Pero no será un Héctor Mujica el que discutirá un proyecto que hubiese él mismo ayudado a redactar, sino justamente unos mujiquitos y unas mujiquitas de ocasión que ya tienen en la frente el sello del anti-imperiarialismo cultural. Así disfrutará mucho Jesús Farías de las sesiones, con su inconfundible acento cubano. Y movilizarán a todos los colectivos para aplastar a la oposición llena también de mujiquitos y mujiquitas. Los que tengan cinco dedos de frente (de lado y lado) no podrán exhibir su criterio libremente. Excepto que haya sorpresas.
Lo segundo es que a nadie le interesa ese Proyecto de Ley. El gobierno es el solitario propagandista de la cosa pero más nada. Impondrá sus fórmulas y para ello debe estar trabajando el ministerio con sus técnicos porque los voceros parlamentarios no pasan de las ridículas consignas. Los de la oposición ni se sabe de ellos. Lo más lamentable y casi fatal es que a la gran prensa de oposición escrita o audiovisual le importa un bledo. Ni siquiera preguntan si hay un diputado interesado. Nada. Después vendrá la lloradera.
Y lo tercero es simple: el mal de rabia anti-imperialista, en nombre de la cultura, querrá acabar con todos los medios independientes, sean o no convencionales. A poner las barbas (o bardas) en remojo se ha dicho.
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/16031-ley-de-cultura
Fotografía: Héctr Mujica. Élite, Caracas, 1973.
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