Retorno al carril constitucional
ROCÍO SAN MIGUEL
Con la designación del Alto Mando Militar se inicia una transición en la Fuerza Armada Nacional que alivia, por ahora, tensiones de presión generacional, al relevar a oficiales de las promociones de 1982 y 1983 en su seno. Está por verse si habrá la posibilidad del retorno al carril constitucional.
El nombramiento de Carmen Meléndez, la primera mujer que asume el cargo de ministra de la Defensa de Venezuela, cierra el capítulo de oprobio que representó un individuo como Diego Molero Bellavia al frente de este despacho. Basta ver sus discursos políticos partidistas y de ofensa a los artículos 328 y 330 de la Constitución para afirmarlo. Ahora se abre la oportunidad de comenzar un nuevo tiempo para la institución militar, de la mano de una oficial de la Armada con trayectoria y carácter en su haber.
Meléndez asume la conducción de la FANB en un momento difícil, no menos que aquel cuando enfrento a los golpistas del 4 de febrero en 1992, apostada en la garita de acceso principal a la Comandancia General de la Armada con fusil en mano, una historia que su discreción no le permite divulgar, pero es conocida en el componente al cual pertenece. Cabe preguntarse cómo lidiará en el escenario actual, cuando tanto tiempo ha transcurrido de esa fecha y muchos de los integrantes de la intentona forman parte del poder político.
Meléndez no le debe a nadie sus galones. Su ascenso se fundamenta en el mérito personal de su trayectoria en la FANB y a la posibilidad que la cuarta república les dio a las mujeres en los años ochenta de entrar a las escuelas de formación de la Aviación y la Armada. Cabe esperar si podrá ser capaz de lidiar con las facciones militares en pugna y el poder que en sí mismo representa en la FANB el Ejército, componente que controla el poder de fuego en Venezuela y ha penetrado estructuras de poder en la administración pública nacional, descentralizada y desconcentrada del país. Amén de los espacios políticos, y se especula económicos que controla como autentica casta militar.
El acto de ascensos a los grados de general y almirante en el Cuartel de la Montaña fue el marco elegido por Nicolás Maduro para anunciar los nuevos miembros del Alto Mando Militar. No podía ser de otro modo, necesita mantener por largo tiempo el cordón umbilical simbólico con su antecesor, a quien debe la Presidencia.
La muerte de Chávez y la designación de nuevos mandos militares han dado inicio formal a la transición militar en Venezuela. Está por determinarse sus consecuencias para la estabilidad del país. Por lo pronto, demos un voto de confianza a la nueva ministra y al Alto Mando designados, que deberán encontrar las claves para un retorno al carril constitucional, apuntalar la operatividad de los componentes y garantizar el bienestar social de la familia militar. Tres deudas pendientes que, de saldarse, nos permitirá reconocer en la institución militar a una fuerza armada genuinamente nacional, profesional, al servicio de todos los venezolanos y no de parcialidad política o persona alguna, capaz de resguardar la soberanía e integridad territorial.
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