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lunes, 6 de abril de 2020

ESTRELLAS ENGAÑOSAS

La otra latitud política del coronavirus
Luis Barragán
 
Supusimos la cuarentena, sesentena u ochentena, apta para toda la reflexión escrita pendiente, pero – condicionada y desconfiada – la impide la supervivencia sanitaria en casa, faltando el agua y, en buena parte del país, el flujo eléctrico; esto, por no citar las constantes diligencias por los alimentos, medicamentos y detergentes, siendo tan precarias las comunicaciones. Apenas, por escasas horas nocturnas, removemos papeles y libros, intentando legitimar el receso forzado por un tiempo ya interesadamente indeterminado, sabiendo la cuarentena un término propiamente médico y sanitario con independencia de sus cuantías.

Un vistazo a la prensa internacional, nos impone de la campaña de un marxismo que pretende salir ileso de la pandemia, a propósito de lo que libremente se informa en los países afectados en contraste de otros que celan el secreto de sus tragedias. En unos, se airea el conflicto entre la cesión de los derechos personales y ciudadanos y las aspiraciones a una extrema seguridad, mientras que, para otros, bastará con citar el testimonio desesperado de Carolina Cox en la Cuba que exporta a algunos legionarios de la medicina con fines propagandísticos. Al respecto, agreguemos, hay una insostenible prédica moral que permite traer a colación a Ludwig von Mises y su “Socialismo: análisis económico y sociológico”, manifestando que “el hombre no es malo, sin embargo, porque busque el placer y evite el dolor, esto es, porque quiera vivir”, con la pretensión socialista de reemplazar la moral de las sociedades abiertas a favor de la abnegación, el renunciamiento y el sacrificio de sí mismo, como un valor per se y cuya exclusividad, añadimos, tan fariseamente reclama (WBF, Buenos Aires, 1968: 469); por cierto, la sola y consabida fiesta de Los Roques, ilustra la realidad que padecemos bajo el actual régimen venezolano.

Aparentemente efímero, el reciente debate entre Slavoj Žižek y Byung-Chul Han, en torno al colapso o la reivindicación del capitalismo, siendo tan obscura la pretendida alternativa, le concede otra latitud política a los tiempos del coronavirus. De obscuridades sabemos de sobra en este rincón del mundo, pero, a pesar de todas las muy elocuentes evidencias, Anne Applebaum reportó el testimonio de Hans Modrow, uno de los líderes comunistas provenientes de la Alemania Oriental, quien cifró sus mejores esperanzas en el llamado socialismo bolivariano (https://www.anneapplebaum.com/2020/02/27/venezuela-is-the-eerie-endgame-of-modern-politics).

La Cuba entristecida que retrata Abraham Jiménez Enoa (https://gatopardo.com/opinion/desde-el-malecon/la-mayoria-de-los-cubanos-no-pueden-darse-el-lujo-de-quedarse-en-casa-coronavirus-cuba/?fbclid=IwAR0KWzQb2ZPaNeGQej499Dwp5r4koGDnQndYyjjubSVuAi5ei-PrCB2EwJc), otro ejemplo, marca un rumbo que ya transitamos acá. Applebaum, en febrero próximo pasado, se aproximó con sobriedad y eficacia a la situación venezolana (https://www.anneapplebaum.com/2020/02/27/venezuela-is-the-eerie-endgame-of-modern-politics), aunque dijo hallar una polarización que, a nuestro juicio, no la hay ante un régimen contundentemente rechazado por las grandes mayorías condenadas al hambre, como hizo Stalin con Ucrania.

Refería von Mises, el socialismo “no saca su fuerza de una necesidad interna del pensamiento político científico moderno, sino de la voluntad política de una época favorable al misticismo y al romanticismo” (ídem: 52), observación que había reiterado Jacques Maritain en varios de sus títulos. Empero, huérfano de alguna mística y sensibilidad, a falta del adecuado soporte teórico, aspira a (pre) fabricarlos en los tiempos mismos de una pandemia que se dice ajena – siendo la peor – a toda dimensión ética, ideológica y política.

06/04/2020:
Ilustración: Ghee Beom Kim.

lunes, 30 de marzo de 2020

CORONAVIRUS O LA CUESTIÓN DE FONDO

Del contraste coronario
Luis Barragán

El socialismo real, algo más que un comodín del lenguaje, no soportará otra prueba adicional. Lo curioso es que, demostrada la inmensidad de sus fracasos, en la versión del socialismo del siglo XXI, en nada distinto a sus realizaciones históricas, logró emboscarnos, llegando  al colmo del llamado daño antropológico, extendido con mayor eficacia e intensidad que el propio coronavirus.

Desmentido por la propia y trágica biografía personal de Li Wenliang, los venezolanos nos sabemos en el curso de una pandemia a la que ha contribuido la dictadura anti-sanitaria que sufrimos, por muchos que sean los mitos que ha inoculado y todavía intenta  inocular. El neopopulismo encontró el cauce generoso de la videopolítica con Chávez Frías para la paradójica recuperación del populismo tradicional, a la vez sintomático de una patología social (Alfredo Ramos Jiménez, “El experimento bolivariano”, CIPCOM, Mérida, 2009: 255-259). No obstante, imposibilitado de repetir la suerte, el discurso y el propio carisma del antecesor, Maduro Moros queda reducido a los mitos que también traiciona y a la mera coerción y represión de propios y extraños. 

Inveterada prédica de  los marxistas del patio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) siempre fue el monstruo colonizador y propulsor de las exageradas inversiones extranjeras que, a modo de ilustración, tomando un  artículo de Domingo Alberto Rangel de 1960 (https://lbarragan.blogspot.com/2020/03/inveterada-postura.html), so pretexto del ahorro nacional alcanzado,  rechazaba las diligencias del entonces ministro de Hacienda, José Antonio Mayobre,   al gestionar – cual Carlos V -  un préstamo por el orden de $ 100 millones para la construcción de autopistas y casas; por cierto, recordamos,  ridiculizada la petición de los socialismos reales en franca crisis que acudieron al FMI, hacia 1990, por Peli (Economía Hoy, Caracas, 07/08/90), además, ilustrador empleado por la usurpación en estos años. Sin embargo, Maduro Moros no tuvo reparo alguno en acudir recientemente al organismo internacional para gestionar $ 5 mil millones justificándose con la expansión coronaria, el cual fue negado.

El otro mito nos lleva a los médicos cubanos y es tan poderoso que, pocos días atrás, corrió la denuncia del gobierno italiano que los prefirió frente a más de 200 venezolanos que ofrecieron sus servicios voluntarios en la península, llevando al rector Giannetto a manifestar su pesar al tratarse de la Venezuela que le dio un extraordinaria acogida a la inmigración de antaño (https://twitter.com/RECTORGIANNETTO/status/1242446459972333569). Por más de veinte años, los isleños  han operado en Venezuela, concursando en el desastre social, médico y sanitario que nos caracteriza y, al igual que los norcoreanos, extremada y consolidada la represión respecto a la Venezuela que les está dando alcance, nada se sabe ni se sabrá de los estragos causados por el coronavirus en territorios seguros para el hambre y las enfermedades.

Ineludible comparación, el coronavirus – precisamente, extendido desde China – no cursa igual en las democracias liberales del mundo ante los socialismos reales y, por mucho que se ofrezca el ejemplo europeo, muy bien ha sido respondido Slavoj Žižek por Byung-Chul Han (o los arquetipos de Bjung), respecto a las maquilas asiáticas que dejaron desprovisto a occidente hasta de la más elemental mascarilla. No por casualidad, se asoma – desde ya – una futura y necesaria polémica en torno al contraste, arrancando con Víctor Maldonado (https://lbarragan.blogspot.com/2020/03/el-estallido-de-una-realidad.html), y la joven María Oropeza (http://lbarragan.blogspot.com/2020/03/lo-que-evidencio-wenliang.html), cuyos textos recomendamos para r más allá de la pandemia.

Ilustración: Peli. Economía Hoy, Caracas, 07/08/1990.
Captura de pantalla: Tweed de Giuseppe Gianneto.
30/03/2020:

sábado, 22 de febrero de 2020

(CON) FABULACIONES

Ideología y miopía
Gabriel Tortella / El Mundo

Es muy trillada y repetida la frase de Marx «la religión es el opio del pueblo». Esto puede que fuera cierto en 1843, cuando salió a la luz su Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, donde se contenía dicha frase. Pero hoy, sin duda, la afirmación se queda corta. El propio Marx estaba por entonces elaborando una teoría que más tarde se convertiría en una adormidera mental tanto o más eficaz que todas las religiones juntas. Y es que la historia contemporánea nos muestra que no hacen falta doctrinas trascendentes para anestesiar nuestra capacidad de raciocinio crítico.

En 1588, Felipe II envió a la Armada en condiciones muy adversas para tratar de poner en práctica un plan disparatado de invasión de Inglaterra. Él era consciente de los problemas que la misión conllevaba, pero confiaba en que, como Dios estaba de su parte, todo se resolvería favorablemente. Ni siquiera el terrible fracaso de la expedición le desengañó acerca de la eficacia del favor divino. En 1967, Che Guevara pretendió invadir Bolivia al frente de un puñado de guerrilleros, confiando en que, estando la justicia de su parte, los campesinos bolivianos se alzarían en su apoyo, como dictaba la teoría neomarxista de la revolución latinoamericana. Sin embargo, los campesinos no solo no se levantaron en masa siguiendo el ejemplo del famoso guerrillero, sino que ayudaron al ejército boliviano a capturarle. El Che fue ajusticiado sin contemplaciones; pagó su error con la vida. No sabemos si antes de morir reconsideró la teoría que lo llevó a la muerte; pero el mito del guerrillero heroico subsistió largamente en América Latina. Raramente la realidad disuade a los creyentes en ciertas ideologías, religiosas o no. El creacionismo (la doctrina de que las especies animales fueron creadas por Dios tales cuales las conocemos, en contra de la teoría evolucionista darwiniana, más tarde confirmada por la genética molecular) es aún admitido en muchas universidades norteamericanas.

Igualmente encontramos hoy numerosos comunistas y anticapitalistas, a pesar de escandaloso fracaso del marxismo-leninismo siempre que se ha puesto en práctica. No es sólo el caso del hundimiento de la Unión Soviética y los regímenes comunistas europeos; el marxismo-leninismo ha fracasado en todas las latitudes donde ha sido puesto en práctica, desde Etiopía hasta Cuba y Venezuela. Donde han subsistido con un cierto éxito los regímenes comunistas ha sido en los países que han abandonado la economía comunista y adoptado la de mercado. En España ocurrió algo parecido aunque el punto de partida fuera opuesto. Después de años de fracaso de la economía intervenida al modo fascista, el franquismo adoptó un modelo sui generis de economía de mercado y lo que siguió fueron 15 años de crecimiento espectacular, el entones llamado milagro español. Esta experiencia, afortunadamente, hizo reflexionar a la izquierda, que evolucionó hacia el eurocomunismo y la socialdemocracia, de modo que la transición política fue relativamente fácil y España pudo reconvertirse con poco trauma en una próspera democracia. También los comunistas asiáticos abrieron los ojos ante la realidad, e imitaron, no sé si conscientemente, al régimen franquista: mantuvieron la férrea dictadura en el plano político, pero permitieron a sus economías adoptar las normas del libre mercado. Aquí también fue el éxito fulgurante y la economía china se transformó en una de las más dinámicas del mundo.

Cualquiera hubiera dicho que el derrumbamiento del comunismo económico en Europa y Asia hubiera terminado con una ideología evidentemente desfasada. Pues no. Todavía campan en las universidades (y en alguna vicepresidencia) profesores ignorantes (sí, señores, abundan los profesores ignorantes, sobre todo en España y sobre todo en ciencias sociales) que se proclaman anticapitalistas, ignorando que desde la publicación de La Riqueza de las Naciones de Adam Smith en 1776 la prosperidad y el bienestar humanos han crecido como nunca jamás en la historia de la humanidad lo habían hecho, e ignorando que el capitalismo, contra lo que creía Marx, era capaz de reformarse profundamente y de aliarse con los herederos intelectuales del propio Marx, dando lugar a sociedades mixtas socialdemocráticas donde todas las clases sociales mejoraron su nivel de vida hasta niveles insospechados; olvidando, además, los fracasos clamorosos de las economías comunistas, y que las únicas dictaduras de cualquier signo que han tenido éxito han sido las que han adoptado el libre mercado capitalista; y olvidando, para concluir, que en las economías capitalistas mixtas la sociedad ha evolucionado muy rápidamente y la vieja división en clases sociales se ha diluído en numerosos estratos donde a su vez domina una fuerte movilidad y permeabilidad. Todo esto no implica que estemos en el mejor de los mundos posibles. Ni mucho menos. Pero sí implica que las necesarias reformas no requieren un proceso revolucionario, y que el anticapitalismo, es el producto, repito, de una ideología desfasada, ignorante de la historia y de la economía.

Aparte del ridículo de los maestros ciruela en nuestras universidades adoctrinando a la juventud con fábulas obsoletas, el peligro de estas anteojeras ideológicas radica en que producen los efectos contrarios a los que se supone que persiguen. Si pretendiendo mejorar la distribución y promover la igualdad económica, por ejemplo, decretamos subidas del salario mínimo sin prestar atención a la evolución de la productividad, lo que resultará es más desempleo, que es la causa más importante de desigualdad en la sociedad actual. Esto se debe a que aumentar el coste de un factor (el trabajo) sin que aumente su rendimiento (la productividad) pone en peligro el funcionamiento de las empresas, especialmente las pequeñas, tan numerosas en España, obligándolas a cerrar o reducir plantilla. Este problema se ha manifestado ruidosamente en estos días en la agricultura, donde predomina la pequeña propiedad y cuya capacidad de negociación es muy pequeña. Por otra parte, las mejoras en la productividad requieren reformas en el sistema educativo, a las cuales se oponen precisamente los partidos de izquierda, que cuentan con los sindicatos de profesores como parte importante de su apoyo.

A agravar estos problemas vienen otras anteojeras de la izquierda, como los intentos de derogar la reforma laboral de Báñez que, contra lo que anunciaron en su día ciertos sindicatos, ha producido una reducción, aún insuficiente, pero sustancial, en la tasa de paro. Se anuncia que al menos se van a derogar «los aspectos más lesivos» de esa reforma sin aclarar cuáles son éstos; uno sospecha que de lo que se trata es de dar más poder a los sindicatos, lo cual normalmente redundará en más desempleo. Por otra parte, esta izquierda tan combativa olvida que uno de los problemas del capitalismo radica en el poder y la proliferación de monopolios. ¿Por qué no se preocupan nuestros feroces anticapitalistas de estudiar el grado de monopolio en los mercados españoles, compararlo con la situación en otros países, y proponer medidas de reforma si resultase que eran necesarias?

Pero las anteojeras ideológicas no son patrimonio exclusivo de la izquierda. La derecha, por ejemplo, se niega a reconocer que las temperaturas en el planeta están subiendo, y que esto puede tener gravísimas consecuencias en un futuro no muy lejano. Parece imposible negar la evidencia de los termómetros y de la reducción del hielo en los casquetes polares. Pero, contra toda lógica, los negacionistas climáticos atribuyen los datos palmarios a científicos corrompidos por oscuros intereses económicos. Es difícil identificar a quién puede beneficiar el temor a las consecuencias del calentamiento, pero sí es muy fácil identificar a quién perjudica este temor: a las poderosísimas empresas productoras de petróleo y carbón, que tienen por tanto interés en subvencionar a los científicos negacionistas. Hablando hace poco con un amigo liberal conservador yo le decía que mi experiencia me confirmaba las prognosis pesimistas sobre el calentamiento: algo tan sencillo como que en mi infancia (en torno a 1950) en Madrid nevaba copiosamente todos los inviernos, blanqueando calles y tejados y permitiéndonos hacer muñecos y batallas de bolas de nieve, mientras que ahora aquí raramente nieva. Él me respondió que el fenómeno era local, porque Madrid había crecido y las grandes ciudades irradiaban más calor, a lo que yo respondí que Brihuega debía haberse convertido en una megalópolis, porque allí también se quejan de que no nieva. Mi interlocutor, hombre por otra parte culto e inteligente, cambió de conversación. Él tampoco estaba dispuesto a quitarse las antiparras ideológicas. En todas partes cuecen habas. Por desgracia.

(*) Gabriel Tortella es economista e historiador. Su último libro, La semilla venenosa. El nacionalismo en el siglo XXI (coautora, Gloria Quiroga), está en prensa.

Fuente:
https://www.almendron.com/tribuna/ideologia-y-miopia/
Imágenes: https://www.gettyimages.es/fotos/comunismo?sort=mostpopular&mediatype=photography&phrase=comunismo

domingo, 3 de junio de 2018

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Tulio Chiossone. "López Contreras y el voto directo". El Nacional, Caracas, 27/01/1980.
- Juan Carlos Zapata entrevista a Héctor Mujica. Economía Hoy, Caracas, 20/08/90.
- Raimundo Valecillos. "La marihuana en la sociedad caraqueña". Élite, Caracas, 11/12/70.
- Wilmer Rojas Buendía: Ludovico Silva y el fin de las ideologías. Economía Hoy, 22/06/92.
- Marconi Villamizar, con fotografías de Blasco. "El incorregible lombrosiano. El hombre que mata por placer cuenta complacido la historia de sus crímenes". Élite, nr. 1536 del 12/03/55.

Reproducción: El Infante Don Fernando, Príncipe de Baviera y de Borbón, en Caracas, atendido por el presidente Márquez Bustillos. "La llegada de Su Alteza y la Misión Española a la Estación Caracas.-  A la derecha del Presidente Provisional de la República, Su Alteza Real y el Vicepresidente. A la izquierda, el Ministro de Relaciones Exteriores, el señor Atolaguirre, el Encargado de Negocios de España y los demás miembros de la Misión" (Fotografía: Manrique & Cia.).  Billiken, Caracas, nr. 74 del 06/05/1921.

sábado, 19 de noviembre de 2016

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Caracas tiene parquímetros. Élite, Caracas, nr. 1497 del 12/06/1954.
- Los señalamientos de Juan Pablo Pérez Alfonzo. Vea y Lea, Caracas, nr. 42 del 03/08/70.
- Ramón Escovar Salom. "El ocaso de as ideologías". El Nacional, Caracas, 17/07/66.
- Carlos Díaz Sosa. "La dramática situación del litoral central provocada por las lluvias". Élite, nr. 1326 del 03/03/51.
- Douglas Bravo a la nación venezolana. El Nacional, 14/03/79.

Fotografía: Germán Borregales. Año impreciso.

domingo, 18 de septiembre de 2016

BREVE NOTICIA DE UNA ANTIGÜEDAD IDEOLÓGICA

La maldición moral del pasado
Luis Barragán


La terrible dictadura de Fulgencio Batista cayó gracias a una amplia conjunción de las  fuerzas democráticas, entre las cuales, obviamente, destacó la valiente  insurgencia guerrillera de Sierra Maestra. Ésta, a la vuelta de muy poco tiempo, terminó monopolizando el triunfo, tras liquidar cobardemente a sus adversarios, admitiendo su orientación marxista-leninista.

En todo caso, cualquier ensayo de una transformación socio-económica necesaria, por ejemplo,  la de una reforma agraria, generaba un fortísima  perturbación prontamente absorbida por las circunstancias objetivas de la Guerra Fría. Una consecuencia semejante, aunque de distinta naturaleza, ocurrió con la suerte de la II República española, atrapada en la intensa conflictividad europea de consabido desenlace.

La vinculación de La Habana con Moscú, principiando la década de los sesenta, supuso la adopción de un modelo – ante todo – de vida que, igualmente, desafiaba las previsiones de los creadores de la escuela, por  lo que la llamada revolución cubana adquirió las características propias que sintetizó el voluntarismo político y el imaginario social guevarista, como respuesta a un subdesarrollo de memoria aún corta.  Toda explicación del proceso, vale decir, su más sentida legitimación, pasaba por maldecir moralmente el pasado: se venía de los peores males del mundo, dibujados por el burdel caribeño que dejó como herencia el batistato.

Al iniciarse el siglo XXI venezolano, sin delatar el proyecto socialista luego impuesto, mas nunca explicado, el pasado próximo se convirtió en el confín de todos los lodos, erigiéndose el heroísmo evidentemente moral de los nuevos elencos del poder que reclamaron hasta el hastío su probidad personal y política. Sin embargo, la sospecha se convirtió progresivamente en una realidad espantosa, pues, ahora,  generando una hambruna antes inconcebible,  esos elencos, convertidos paradójicamente en un pasado que se resiste, no han  tenido límites para sus apetencias personales e improvisaciones de toda índole, esgrimiendo un gesto y un lenguaje escatológicos como respuesta natural de una concepción cabaretera del mundo y de las cosas.

Concepción  agresiva y agresora que prendió con el derrocamiento de Batista, pero no con el de Pérez Jiménez, se entiende con una autoridad  dizque moral para juzgar a los enemigos, dueña de un espectáculo sufragado  por la renta petrolera. Suele ocurrir en estos casos, por una parte, quienes ofenden desde Miraflores se sienten rápidamente ofendidos y envalentonados; y, por otra, merecedor de un profundo estudio de los especialistas, la trayectoria y conducta personal de los ofendidos, por ironía, muestra una peor valía que la de los viejos gobernantes.

19/09/2017:
http://guayoyoenletras.net/2016/09/18/la-maldicion-moral-del-pasado/

martes, 16 de agosto de 2016

PRECISIÓN DEL PRAGMATISMO

EL UNIVERSAL, Caracas, 17 de agosto de 2016
El ahogo ideológico
Teódulo López Meléndez

El país gira sobre un planteamiento ideológico trasnochado. Se actúa desde una ideología que, como tal, debería contener en su seno todas las respuestas o, al menos, sustentar una vía donde lo inédito se iría resolviendo en base a la imaginación improvisada.
La ideología es un bloque cerrado del cual es imposible apartarse porque, aun en las dudas, su magia interna dará las respuestas. Contrariamente a la realidad del pensamiento, a las exigencias del siglo XXI, a la apertura mental que exige el tiempo presente, se nos pone, en las narices de un país en crisis, una ideología supuestamente omnímoda, una que recurre a una ortodoxia pasmosa.
Los corsés ideológicos cayeron y sus restos no son más que detritus, viejos textos clásicos de los cuales nutrir la historia del pensamiento o viejos principios conceptuales útiles apenas para derivar un pensamiento absolutamente distinto sobre los viejos temas de lo humano y de lo social.
Nadie habla de dejar de pensar. Una cosa es pensar y otra mantenerse aferrado a una ideologización que impide atacar los problemas puntuales, entre los cuales cabe anotar la indispensable armonización de los factores sociales en procura del bien común. Ideologizar en la segunda década del siglo XXI equivale a un proceso de corrosión del verdadero sentido del pensamiento, a uno tan grave como encerrarse en la praxis de una acción política que sólo mira a la obtención del poder.
El pensamiento no procura el establecimiento de fronteras rígidas, una especie de altas murallas dentro de las cuales se encierra una verdad incontrastable. El pensamiento es apertura, motivación al desafío, procura de hacer ciudadanos en el sentido de vigilancia sobre el poder y de facultad crecida de decisión sobre los caminos comunes a tomar.
Pragmatismo es hacer en su momento lo que conviene a los intereses colectivos, no el propósito determinado de recurrir a las habituales triquiñuelas para obtener el poder o para conservarlo. Y ese pragmatismo se ejerce dentro de un corpus abierto de ideas absolutamente claras del país que se desea. El requerimiento de los tiempos es, pues, la de un pragmatismo con ideas, no la del encierro en las manos de restauradores de viejos cuadros deteriorados. Nos ahogan. 

Fuente: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/ahogo-ideologico_431831

jueves, 19 de mayo de 2016

TAMPOCO RÍEN CON GROUCHO



Disneymarx

Luis Barragán

Nada casual, el oficio político traspasó los límites de un aligeramiento tal que hizo posible el éxito de los más improvisados hasta llevarlos al poder para imponer un orden cultural afincado en la consigna fácil, el gesto moralista, la actitud banal y revanchista, como la desesperada relación que suscita una literal supervivencia.  El peor elenco en toda la historia venezolana que todavía gusta de apodarse como marxista, siendo el adjetivo una complejidad que los amilana, ahora pretende arrastrarnos a todo en su inevitable descenso.

Corear el nombre de Fidel, invocar la figura de Guevara,  correr tras el fantasma del imperialismo yankee, citar orondamente a Mariategui, Castoriadis y  – así como se lee – Alfonso Guerra, según  el repertorio por encargo del oficialismo, no les da la   prestancia que tanto desea. Ni siquiera les concede la gracia de sentirse ornamentalmente revolucionarios, por diligentes que se digan los amanuenses.

A despecho del PCV que no honra su historia, añadido el enfrentamiento a las directrices de la Cuba que persistió con el foquismo, en las postrimerías de los sesenta del XX, la actual dirección predominante del Estado está en manos de los sectores de la ultraizquierda que intentó avivar las llamas en las décadas siguientes. No por casualidad, beneficiarios también golosos de las viejas bonanzas petroleras que los condicionó y moldeó, y – tampoco por casualidad – combatidos en su momento por el verbo de Radamés Larrazábal.

Gobierna, si es que lo hace al administrar y obtener dividendos de nuestras precariedades, buena parte de aquellos cómodos sectores, apedreadores de oficio en las afueras de una universidad que les sirvió de refugio (además de becarlos), turistas por igual de Orlando como de las capitales de la Europa Oriental, bohemios según la ocasión, con una íntima vivencia del país adinerado que también – poco a poco – nos vació de sentido, principios y valores, sueños y argumentaciones, programas y estrategias. Encapuchados por diferentes causas y circunscritas, como la gremial,  la ecológica o la feminista, repudiaron toda interpretación cultural-política de nuestras realidades, acogida la acepción de José Rodríguez Iturbe para la ideología, la cual les exigía demasiado en reflexión y trabajo, tildada de inútil y sospechosa, privilegiando la táctica y el oportunismo que los arrastró y recreó en el ámbito mágico-religioso que sintetiza el llamado chavismo.

El orden cultural impuesto en estos años, acomplejándolos,  logró impactar asimismo a los socialcristianos, liberales, socialdemócratas, tecnotrónicos y a los más genuinos marxistas, por citar las escuelas que, empero, terminarán por sobrevivirle al desafiarlo por la densidad, sensatez, seriedad, profundidad y coherencia del – ojalá - otro modo de hacer, pensar y sentir la política y lo político. Significa superar las condiciones creadas por un socialismo que, curiosamente, emprendieron los alérgicos a la letra de Karl y que tampoco ríen con Groucho, contentos con la versión Disney que los privilegios del poder les asegura.
Fuentes:
16/05/2016
22/05/2016
https://www.facebook.com/guayoyoenletras?fref=nf

viernes, 22 de abril de 2016

PROTAGONISTA


Manuel García-Pelayo, puede decirse, es un venezolano que prestamos para que naciera en Iberia. Ciertamente, lo hizo en Corrales del Vino, pero vino a Venezuela, procedente de Puerto Rico, a fundar escuela. Varias generaciones de venezolanos están en deuda con un protagonista – también – de su historia, por más que el aula se diga refugio de todas las modestias. Tiempos en los que la academia tenía su peso, contribuyendo a la orientación de la opinión pública. Gustavo Planchart Manrique, en el prólogo a una edición de “Derecho Constitucional Comparado”, comenta no sólo el propio descubrimiento que hizo de MGP y la fundación del Instituto de Estudios Políticos de la UCV, sino también una sabrosa anécdota en la que, si mal no recordamos, a los contertulios españoles les dijo que se los devolvíamos como magistrado. Cierto, presidió el Tribunal Constitucional en los albores democráticos de la península. Después, vino a morir a Caracas.
LB 

Cfr. Graciela Soriano, "Manuel García-Pelayo en el desarrollo del derecho constitucional del siglo XX":http://biblio.juridicas.unam.mx/revista/CuestionesConstitucionales/numero/13/ard/ard6.htm


jueves, 6 de agosto de 2015

RESOCIALIZACIÓN POLÍTICA

EL PAÍS, Madrid, 7 de agosto de 2015
TRIBUNA »
El peso de la ideología
Carmelo Mesa-Lago 

El mundo está cada vez más polarizado por divisiones ideológicas, religiosas, raciales, étnicas, etcétera. La ciencia y la evidencia son resistidas por la ignorancia, prejuicios y quimeras. El más reciente ejemplo es Grecia: crecía el 3%, pero ahora el PIB ha caído un 30% y Tsipras terminó aceptando un paquete de rescate mucho peor al que le ofreció la UE antes del no,cuya victoria fue celebrada en las calles por griegos jubilosos que desconocían lo que les esperaba. EE UU no es una excepción, como prueban tres temas candentes que se discutirán en las elecciones presidenciales en noviembre.
A la inmigración se opone la mayoría de los republicanos que aducen que los inmigrantes roban trabajos a los nacionales. Contra toda prueba económica, el magnate multimillonario Donald (como el colérico pato de Disney) Trump, famoso entre otras cosas por su tupé y programa televisivo El aprendiz (“¡Estás despedido!”), provocó una conmoción nacional al acusar a los mexicanos inmigrantes de ser traficantes de drogas, violadores de mujeres y criminales, así como proclamando que si es elegido presidente, él construirá una cerca impermeable —que sería costeada por México— contra la inmigración, o sea, a la inversa del Muro de Berlín.
Recién regresé de un viaje por California donde virtualmente toda la mano de obra es mexicana: cosecha 200 productos agrícolas, opera la elaboración de vino, sirve en los hoteles y restaurantes, recoge la basura, todos ellos oficios que los blancos rehúsan hacer. Hablé en español con todos los que pude y fueron atentos, serviciales y eficientes; ellos generan la riqueza californiana y contribuyen con impuestos a financiar el país. California es el principal elaborador de vino en EE UU, está a la cabeza en la producción de muchas frutas, hortalizas, productos lácteos, aceitunas, almendras, nueces y pistachos, y es el segundo en ganado, uvas y algodón, además de ser el primer destino del turismo. Estos sectores generan unos 70.000 millones de dólares anuales y sin los trabajadores mexicanos, la economía del Estado se iría a la ruina. Pero a Donald el tiro le salió por la cola: las cadenas de TV Univisión, NBC y Televisa han cancelado los programas de Miss EE UU y Miss Universo, así como El aprendiz, y la tienda Macy’s y otras corporaciones han terminado la relación comercial con el iracundo magnate. Una plétora de republicanos clave han repudiado lo que él dijo, entre ellos el líder de la Cámara John Boehner y el candidato presidencial Jeb Bush, los cuales temen perder aún más votos de los electores hispanos. Tras las acusaciones de Trump contra el historial de John McCain en la guerra de Vietnam, ha aumentado el repudio y el senador Lindsey Graham le dijo: “¡Estás despedido!”. Pero Trump encabeza a los 17 candidatos republicanos a la presidencia, demostrando la falta de conocimiento de muchos estadounidenses.
Los conservadores han votado más de 50 veces para eliminar la Ley
de Asistencia Sanitaria
Los republicanos conservadores han votado más de 50 veces para eliminar la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (ASA) que protege a más de 15 millones de personas antes carentes de atención. Han fracasado dos demandas interpuestas ante el Tribunal Supremo contra este crucial programa; la reciente resolución desechó el alegato (basado en seis palabras de las 900 páginas de la ley) contra los subsidios que reciben 6,4 millones de personas de bajos ingresos y que los hubiera dejado desprotegidos. Al inicio se arguyó falsamente que la ASA reduciría la cobertura, subiría las primas y el costo sanitario, destruiría empleo y expandiría el déficit presupuestario. En un artículo reciente, el Nobel Paul Krugman refuta todos estos alegatos: la cobertura ha crecido y el número de no asegurados se ha reducido en 80% (no ha aumentado más porque 13 Estados se niegan a que el Gobierno Federal inscriba a los más pobres en el programa de Medicaid), los costes sólo han subido un 2% (mucho menos que lo proyectado), ha disminuido el gasto sanitario, ha crecido el empleo a una media de 240.000 puestos anuales desde que se aprobó la ley, y han mermado los gastos sanitarios y el déficit presupuestario. Pese a la evidencia y las múltiples derrotas, Boehner ha prometido renovar la lucha para socavar la ASA: “Los republicanos continuaremos escuchando a las familias americanas y trabajando para protegerlas contra las consecuencias adversas de Obamacare”.
El calentamiento global por el crecimiento en la emisión de gases está probado por innumerables estudios científicos: los océanos crecen amenazando costas importantes como Nueva York, Nueva Orleans y Florida; en los polos Norte y Sur, los glaciares se derriten contribuyendo al ascenso del nivel del mar y poniendo en peligro la fauna; las tormentas y huracanes son más frecuentes y fuertes; la sequía, los fuegos y la falta de agua amenazan a zonas desérticas como California y Arizona; las avalanchas de lodo destruyen barrios enteros; la destrucción de bosques aumenta el agujero de ozono; las inundaciones son más frecuentes y devastadoras; la contaminación del aire es severa en Los Ángeles. El Protocolo de Kioto de 1997 para controlar la emisión de gases ha sido firmado por 192 países; Estados Unidos es el principal emisor y participó en el Protocolo, pero sin ratificarlo; no obstante, se espera que firme un nuevo acuerdo de las Naciones Unidas en 2015 y las recientes propuestas legales de Obama van en la dirección correcta. Pero los conservadores, incluyendo los republicanos extremistas en EE UU, rechazan toda la evidencia y aducen que se trata de un embuste creado por los expertos ambientales y los que apoyan a un Gobierno que imponga más regulaciones; ellos afirman que se trata de un ciclo más en la tierra y que los controles de emisión serían muy costosos para la industria y crearían desempleo masivo. El papa Francisco interviene en el tema con su encíclica Alabado seas, culpando de este desastre a la actividad humana y a los poderosos, pidiendo un cambio cultural con sacrificio compartido para salvar a la tierra. Una postergación de las medidas urgentes necesarias acelerará la catástrofe y acabará con la humanidad, pero hay una visión cortoplacista de continuar las ganancias aunque a largo plazo la economía y el mundo se vayan a pique.
Se tiende a continuar las ganancias aunque a largo plazo la economía y el mundo se vayan a pique
Una pregunta clave es si la ideología es la única razón para la descrita actitud irracional o existen otras causas encubiertas. En el caso de Trump, este sostiene que México le debe 12 millones de dólares por el concurso de Miss EE UU en 2007; la oposición a la ASA se debe en parte a una cuestión racista (impedir que un presidente afroamericano deje un legado de sanidad para millones de estadounidenses), y tras el antagonismo al control en la emisión de gases está la industria. En una apretada decisión (5 a 4), el Tribunal Supremo calificó de “irrazonable” las regulaciones de la Agencia de Protección del Ambiente de EE UU sobre plantas alimentadas con carbón que se estima provocan cientos de miles de muertes y enfermedades, así como días de trabajo perdidos, a un costo entre 37.000 y 90.000 millones de dólares anuales. La educación del público es esencial para avanzar en estos y otros frentes.
(*) Carmelo Mesa-Lago es catedrático emérito en Economía y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Pittsburgh.

Ilustración: E. Alonso.