En las últimas semanas, nos ha ocupado el problema de las inmunidades parlamentarias. A la par de las indispensables indagaciones conceptuales, hemos incursionado en algunos precedentes históricos. Luce obvia, la amenaza del allanamiento de los fueros cívicos de Richard Mardo y otros diputados a la Asamblea Nacional, gracias al capricho irresponsable de los que hoy se disputan la sucesión de Chávez Frías, obliga a realizar nuestros modestos aportes para el debate, a través de nuestros artículos y las recomendaciones que haremos a Mardo, quien tendrá que defenderse si plantean el asunto, o se atreven a una detención arbitraria antes del venidero martes de sesión.
Ayer obtuvimos algunas copias de un viejo Diario de Debates de la Comisión Delegada, y literalmente disfrutamos de la sesión del día 13 de Febrero de 1963, bajo la presidencia de Luis Beltrán Prieto Figueroa, y vicepresidencia de Manuel Vicente Ledezma. Distintos actores de probada experiencia y formación política, por lo pronto, nos brindan tres lecciones respecto a la actual Asamblea Nacional.
Digamos, por una parte, la propia experiencia y formación política, pues traslucen aquéllos una clra conciencia del momento, la habilidad y el conocimiento que deja mal parados al grueso de los diputados de hoy, sean oficialistas u opositores. Por otra, el respeto y la tolerancia cabal, porque las difrencias políticas y estratégicas, no afectan el lenguaje y el trato humanos que ahora desanida en el Capitolio Federal. Por último, a pesar de la falta quizá comprensible de quórum para las las sesiones ulteriores, debido a la compleja y trpidante campaña electoral, la Comisión Delegada de entonces tuvo una significación y eficacia que bien desearía tener la que actualmente exhibe en períodos de receso parlamentario.
El caso está en que Ignacio Luis Arcaya propuso, para luego retirarla, la creación de una comisión especial que se apersonara en el estado Falcón, sometido a las contigencias de los focos guerrilleros y de los esfuerzos gubernamentales para liquidarlos. La propuesta suscitó la discusión que, más adelante, por obra de ella misma, convirtió esa comisión para la específica investigación, en otra que atendiera el problema global de la violencia, votada por unanimidad: hablaron, además, el diputado Sólorzano Bruce, el senador Jatar Dotti, el diputado Domingo Alberto Rangel, el diputado Ortega Díaz, el diputado Cárdenas, el diputado Lepage, el diputado Rondón Lovera, y el senador Uslar Pietri.
La oposición argumentó los niveles de persecución y represión alcanzados en el territorio falconiano, mientras que los representantes de la coalición gubernamental contrargumentaron la necesidad de sofocar el movimiento guerrillero. Citaron hechos, criterios, solidaridades, desavenencias, que implicaban la promoción y aceptación - otro contraste - de la comparecencia de altos funcionarios al foro parlamentario. Intervención de la CIA y de Cuba, tortura y muerte de los alzados y de las personas inocentes, de lado y lado, sustanciaban también las intervenciones. Sin embargo, nos permitimos rescatar dos facetas de la jornada, haciendo una observación final: el humor de filigrana y la atención dispensada a Domingo Urbinina, quien contrajo nupcias por aquellos días, después de escaparse de la cárcel.
Por ejemplo, interrumpido por Domingo Alberto Rangel, Rodolfo José Cárdenas dice que "no hay guerrillas en todo el mundo, porque en todo el mundo no existe el Partido Comunista de Venezuela", añadiendo: "Aquí en La Yaguara, el sabotaje destruyó a la Sears, y sería el colmo que viniera un diputado a decir que pide una Comisión del Congreso contra los bomberos porque los bomberos mojaron con su manguera de agua a un urredista ...". Anteriormente, Rangel alegó que Braulio Jattar Dotti "nos cuenta que la sierra coriana era una especie de sucursa del Paraíso, muy pacífica, risueña, casi idílica en la cual cayó como paracaidista el ciudadano Domingo Urbina..." En las postrimerías de la sesión, dejando la nota jocosa, Arturo Uslar Pietri obsequia una expresión poética: "No es con la sangre generosa de muchachos venezolanos derramada sobre una tierra sedienta de otros riegos...".
Jatar Dotti trae a colación el matrimonio de un prófugo de la justicia como Urbina, y Rangel - citando la revista "Momento", como la mejor del país - alude también a los reportajes en boga. Esperamos hoy en la mañana, para hurgar en el disco duro de la máquina, porque anoche recordamos nuestros archivos contentivos de la profusa reseña de los movimientos guerrilleros en la zona falconiana, como del escándalo que produjeron las nupcias aludidas por Rangel y Cárdenas en inteligente ironía, de Urbina con una quinceañera de nombre Rosenda. Por ello, la fotografía de la dama.
Para terminar, nos llamó la atención el empleo del término "conterráneo", por Jatar Dotti y Arcaya, o "saboteo" y "sabotaje" por Cárdenas. De un lado, creyéndolo un error, constatamos el nuestro, pues equivale a "coterráneo", con una misma raíz latina ("conterranĕus"). Y también verificamos la vieja data de la fea expresión "saboteo" que, hoy, continua integrada a nuestra diaria jerga, incluso, periodística, en lugar de sabotaje. Por cierto, aunque no sabemos si los parlamentarios de 1963 tuvieron tiempo de corregir sus discursos (hoy son escasos quienes lo hacen, se nos ha dicho), pero lo cierto es que los taquígrafos de antes destacaron mucho por el nanejo del lenguaje, aunque eres fieles a lo escuchado.
LB
Fotografía: "Rosenda, la de Urbina": texto de Lumo Leva, con fotografías de Molina y Feler Valois. Momento, Caracas, nr. 344 del 17/02/63.
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