viernes, 29 de junio de 2018

TRANSFUSIONES (SANGRE Y CULTURA)

El problema cultural
Nicomedes Febres

A Bernardino Herrera 

* Meses antes de las elecciones donde le robaron la presidencia a Capriles en 2012 fui convocado a una reunión para crear el programa de gobierno de nuestro candidato en el área cultural. Asistí sabiendo que aquello era por un lado un privilegio y por el otro una responsabilidad y luego de consultar a algunos expertos en el área de las artes visuales; fui por el sector junto con Perán, hasta conformar el informe final del programa. Fueron reuniones con otros valiosos y reconocidos compatriotas de otras áreas de la Cultura. Se trabajó con documentos oficiosos de la realidad y como antes habíamos dedicado varios sábados a analizar y presentar ideas alternativas a la pretensión chavista de crear una nueva Ley de Cultura, entonces habíamos adquirido el hábito de ser precisos y analizar sin irnos por las ramas sobre ese anteproyecto de ley. Una ley disparatada por supuesto, sin definiciones conceptuales básicas y donde por ejemplo se hablaba de poetas de la calle y artistas de la vida, cosas que pertenecen al chambón vocabulario gubernamental con pretensiones poéticas, pero no a criterios técnicos, ni siquiera a un castellano mínimamente comprensible o los códigos más sencillos de la comunicación o del lenguaje cultural. Incluso recuerdo haberles pedido a nuestros diputados que exigieran a los proponentes de la ley una definición de esa necedad. Un punto de tranca recuerdo que fue la exigencia gubernamental de reconocer la raíz gastronómica africana en la comida criolla, que ellos querían incluir a los efectos de valorar en igualdad de condiciones a las tres razas, pero ellos no sabían cómo, hasta que recordando yo que lo único que podía reconocerse, era el origen africano del ocumo, y de allí las torticas de ocumo pasaron a ser un símbolo de la gastronomía socialista del régimen. Con frecuencia nos reuníamos con los diputados opositores para crear las conexiones necesarias entre la parte técnica y la parte política e instrumental, representada por los diputados nuestros que eran miembros de la Comisión de Cultura de la Asamblea Nacional, entre los que descolló el diputado Luis Barragán, quizás el mejor dotado intelectualmente sobre el tema cultural. En un comienzo la comisión dedicada a la concreción del programa de gobierno cultural de la oposición realizó un trabajo arduo, dedicado y múltiple donde había que armonizar criterios dispares, tanto ideológicos, al interior del cuerpo asesor, como derivados de la especialidad de cada ramo de la cultura. Incluso, producto de la incoherencia en las pocas cifras gubernamentales; ese programa fue modificado varias veces porque debía adaptarse a diferentes períodos de la realidad. Pese a todo hándicap en contrario lo pudimos hacer en beneficio del país. Un programa de gobierno hecho para un periodo normal que debía dar un giro radical al desastre que era ya una realidad en Venezuela. Sin embargo, ante las mayores evidencias de ese desastre, la dirección política pidió unas maquetas de la acción necesaria para períodos tan breves como un trimestre. Es decir, qué hacer en los primeros tres meses de un gobierno democrático. El resto es historia pública y conocida. Lo cierto es que entonces la situación de carencias y necesidades de los sectores populares eran dramáticas por el alejamiento entre las promesas electorales y políticas del gobierno y las expectativas creadas en los sectores populares por el incumplimiento de las mismas ofertas. Entrar de lleno en las necesidades populares generaba un asombroso desvío de los temas que parecían en un primer momento necesarios. Así de dramáticas eran entonces las necesidades populares. Presumo que las necesidades han crecido desmesuradamente, los recursos se han reducido y la infraestructura es mucho peor. Y eso está allí, esperándonos cuando maduro, su combo y sus votantes de 1998, los grandes responsables de esta tragedia, salgan del poder.
* Están todos invitados a una tertulia sobre la monumental exposición del artista José Vívenes titulada HISTORIA DE UNA INFAMIA mañana sábado en la galería D´Museo en los Galpones de Los Chorros a las 11 am. Estaré con el artista, María Luz Cárdenas y Alberto Asprino. Los esperamos

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10215680566947957

Las transfusiones de sangre
Nicomedes Febres

* Hacia la década de 1930 se descubrió el Sistema ABO y luego el sistema Rh de los tipos de sangre y ese descubrimiento permitió el uso terapéutico de las transfusiones de sangre. Luego, el descubrimiento de algunas pruebas serológicas como el VDRL para la sífilis hicieron inocua su administración y eso le salvo la vida a millones de personas. Lo consecuente fue instituir un sistema de Bancos de Sangre en el territorio nacional siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, porque el primer país donde se masificó la hemoterapia fue allí y la primera guerra donde se usó ampliamente fue en la Guerra Civil Española en 1936 y luego en la Segunda Guerra Mundial. Incluso un médico argentino fue el que descubrió que adicionando citrato de sodio se podía conservar y usar la sangre del donante. De pocas cosas nos sentíamos los caraqueños en particular y los venezolanos en general tan orgullosos durante la Cuarta República como de nuestros bancos de sangre. Eran de responsabilidad municipal, aunque había también sistemas privados para las clínicas y funcionaban hermanados todos. Cada quien debía buscar dos donantes por cada bolsa de sangre entregada y el sistema funcionaba muy bien. Los otros países nos envidiaban, hasta los gringos donde la sangre se vende. Sentíamos conmiseración de Haití y de algunos países africanos donde la gente vendía su sangre para poder comer. Así eran las cosas antes en Venezuela durante la Cuarta República. Leía ayer que ahora los venezolanos están vendiendo su sangre para poder comer aquí. Así son ahora las cosas en la república socialista. La otra noticia de ayer relacionada con el tema es que están vendiendo hasta en 70 millones la bolsa de sangre certificadas con las pruebas suficientes que descartan enfermedades, y no vayan a ser portadoras de sífilis, Sida, u otras enfermedades porque ahora también los bancos públicos entregan sangre sin las pruebas de descarte de enfermedades transmisibles por la sangre. La investigación de ese delito es más fácil que pelar una mandarina, solo tienen que seguir al enchufado que se beneficia de esa vagabundería y seguro tendrán al culpable. Es que los socialistas son todos corruptos cuando están en el poder.

* La foto del día es un grupo de jóvenes de 1917 durante un día de paseo por el pueblo de Los Teques. Seguramente era un domingo al mediodía, habían salido desde la estación de Palo Grande, donde ahora está el Hospital Militar y se montaron en el Tren del Encanto, y fueron dejados en la estación de Los Teques, de donde fueron buscados. Se pasaba la laguna de El Encanto, que fue desecada y se construyó allí urbanizaciones populares y de clase media. Eso es Carrizales. La gente iba a Los Teques por su clima frío, por sus frutas de estación, fresas, moras, y otras más, además había muy buen chicharrón y los mejores golfeados del centro del país si se exceptúan a los de Los Dos Caminos. Ese año de 1917 fue el último año cuando las muchachas dejaron de usar ese vestido largo y blanco de tela vaporosa para salir y se recortaron la falda sensiblemente iniciando el período Art Nouveau y luego los años locos con vestidos hasta la rodilla. Las crónicas no hablan mucho de los cambios porque nombrar “cambio” podía significar una protesta contra el gobierno del general Gómez, la antepenúltima dictadura de este país, luego vendría la de Pérez Jiménez, que hasta sus enemigos añoran y después este desastre, del que hay que salir como sea.

Fuente:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10215687868890501&set=a.2324650196458.132741.1255727869&type=3&theater

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