José Martínez de Toda, S.J.
Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el domingo de la Festividad de Corpus Cristi, ciclo B, correspondiente al domingo 3 junio 2018. La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 14.12-16.22-26
“Tomen: esto es mi cuerpo, y ésta es mi sangre”
Hoy el Evangelio toca un punto central en la Iglesia Católica: la Eucaristía.
¿Cuándo ocurrió lo que cuenta el evangelio de hoy?
En la última Pascua judía, que celebró Jesús con sus discípulos. Y dentro de aquella Pascua, en la Última Cena.
Acercándose a Jerusalén envió a dos discípulos por delante para conseguir la casa de algún amigo y preparar la cena.
¿Qué tipo de fiesta era la Pascua judía?
La Pascua como tal fue, en sus orígenes, una fiesta de pastores, en la que se comía cordero; y se unió a la Fiesta de los Ázimos, una fiesta de agricultores, en la que se comía el pan de la nueva cosecha.
La noche de la liberación de los israelitas en Egipto fue en Pascua: debían comer cordero, con cuya sangre pintarían las puertas de sus casas, para que el Ángel que exterminó a los primogénitos de los egipcios no entrara en ellas.
Como era también la Fiesta de los Ázimos aquella noche los israelitas debían también comer pan ázimo, sin levadura, pues no tenían tiempo para que la levadura fermentara, ya que en la mañanita debían salir de Egipto, liberados por fin de aquella terrible esclavitud, camino de la Tierra Prometida.
El centro de la fiesta de Pascua era la cena. Y el plato principal era el cordero comido con pan ázimo.
Lo primero que tuvieron que hacer los discípulos, después de tener la casa, fue conseguir el cordero y el pan.
¿Cómo conseguían los discípulos de Jesús el Cordero?
El cordero se compraba generalmente en los atrios del Templo de Jerusalén, y se sacrificaba allí mismo. Los sacerdotes, descalzos, con las vestiduras propias del culto, degollaban ante el altar, uno tras otro, los corderos que los israelitas varones llevaban hasta el atrio. Después de que la sangre hubiera corrido sobre el altar, como sacrificio agradable a Dios, devolvían las víctimas a sus dueños, que las llevaban a su casa o a hornos colectivos que había en las calles para asarlos.
El cordero era aderezado con hierbas amargas: achicoria, berros y cardos. La amargura era un recuerdo simbólico del dolor y lágrimas del pueblo cuando fue esclavo en Egipto.
¿Qué significa ‘Pascua’?
Pascua, en hebreo «pésaj», significa «paso». Aludía a que Yavé (con su Ángel Exterminador) pasó por Egipto en la noche de la liberación del pueblo. Pasó de largo por las casas de los hebreos señaladas con sangre, y castigó a los egipcios entrando y matando a sus primogénitos. Y el pueblo liberado pudo así pasar por las aguas del Mar Rojo hacia una nueva tierra.
¿Cómo se transmitía esta tradición y estas costumbres?
Al principio de la cena el más joven preguntaba al mayor el significado simbólico de las oraciones, del cordero, de los panes. Y éste lo explicaba.
Las palabras de Jesús en la cena, dando al pan y al vino el sentido de ser su cuerpo y su sangre, hay que encuadrarlas en esta costumbre de siglos.
Quien presidía la mesa, generalmente el padre de familia bendecía, partía el pan y daba un trozo a cada comensal. Lo mismo hacía con el vino. Se usaba una copa común, que pasaba de mano en mano durante la comida y de la que todos bebían.
Eso hizo Jesús aquella noche de la Eucaristía. Y Jesús explicaba también que en aquella Pascua el Cordero inmolado sería Él mismo.
¿Cómo explicar ahora que Jesús es el cordero sin mancha (cf. 1Pe 1,19ss), inmolado por nosotros (cf. 1Co 5,7)?
Te contaré la historia de “El castigo paterno”
<Érase un muchacho que siempre llegaba tarde a casa cuando salía de la escuela. Los consejos y reprimendas no surtían ningún efecto. Finalmente, un día, su padre le llamó al orden y le dijo:
- "La próxima vez que llegues tarde, cenarás pan y agua. ¿Está claro?"
El hijo lo entendió perfectamente. Pero pocos días después el muchacho llegó a casa más tarde que nunca. Sus padres no le dijeron nada. Cuando se sentaron a cenar vio que los platos de sus padres estaban llenos y en el suyo había sólo un trocito de pan y un vaso de agua. Miró al pan y luego al agua. El padre esperó un rato para que el hijo interiorizara el castigo. Luego el padre cambió su plato por el del hijo, y se pusieron a cenar.
Años más tarde, ese mismo muchacho recordaba aquel episodio de su vida:
- "De mi padre aprendí aquella noche cómo es Dios ".> (Félix Jiménez, escolapio).
Jesús, cada día nos quita el plato vacío y nos pone delante un plato rebosante de Él mismo, de amor y perdón, y nos dice: "Tomen y coman, esto es mi cuerpo."
Dios no es un padre severo que castiga. Él se ofrece a sí mismo para que tengamos vida. Este cáliz (v. 25) significa la muerte de su Hijo (cf. Marcos 10, 38ss; 14,36). Pero el vino es también bebida de alegría, bebida de las bodas. Dios preparará un banquete de vinos generosos, refinados (cf. Isaías 25,6), cuando su casa esté llena de todos sus hijos.
Así debemos hacer también nosotros. Somos el plato lleno con el amor y el perdón de Dios, que Jesucristo quiere poner en frente de hermanos nuestros que nunca verán otro plato.
¿Y qué nos pide Jesús a cambio?
Muchos cristianos corren el riesgo de encerrarse en sus devociones: su rosario, sus novenas, sus cofradías, su grupo…y no enterarse de que hay un alimento gratis y más importante que todas las devociones: el Cuerpo de Cristo.
"Si no comen mi carne y no beben mi sangre, no tienen vida eterna".
Otros se la pasan recluidos en sus casas y en sus negocios, y nunca vienen a este magnífico comedor y no se enteran de que Jesús nos dejó un alimento gratis para vivir unidos a Él y a los hermanos.
Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-corpus-cristi-0
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/292-la-plenitud-consiste-en-dejarse-comer.html
José Enrique Galarreta: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/302-%C2%A1-tenemos-fotos-de-dios.html
Ilustración: Francisco Ribalta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario