domingo, 4 de mayo de 2014

EL DEBATE DESCARICATURIZADOR

La palabra ahorcada
Luis Barragán


Disminuyendo las oportunidades y los recursos disponibles para realizar eventos similares en el país, CEDICE celebró su nuevo aniversario con una extraordinaria jornada de discusión pública de los temas más apremiantes de la actualidad, destacando la vigorosa presencia de Mario Vargas Llosa.  Gracias a las redes sociales que ayudan a recomponer los horarios, todavía nos imponemos de la conferencia y de las múltiples entrevistas y tertulias que el nobelista concedió, incluido el reconocimiento hecho a Arturo Uslar Pietri como el narrador y ensayista que aún el continente está pendiente de descubrir.

Deseando prolongarlos, por unos instantes supimos del debate público congruente,  respetuoso, sobrio, cordial, profundo y, a la vez, claro y sencillo.  Acotemos, de inevitable contraste con el deterioro que ha alcanzado en una democracia participativa formal,  arrollado el argumento a favor de la ofensa que abunda: demencialmente  descreditada por el poder establecido, la palabra sintetiza todos los riesgos que afronta o dice afrontar.

Antaño, afianzada por una convincente libertad de prensa, no hubo polémica duradera y fructífera que no estuviese afincada en la fuerza de los argumentos.  Eran pocas las expectativas para el dirigente social o político y aún el simple opinante en las lides vecinales o deportivas, que no esgrimiera convencida y coherentemente sus alegatos, prefiriendo el insulto y la golpiza como tiende a ocurrir ahora.

Un modesto vistazo a la ya remota hemerografía e, incluso, Diarios de Debates parlamentarios y edilicios, nos permiten constatar la calidad de una polémica y la disposición hacia soluciones políticas que ahora no encuentran equivalentes. Convengamos que las sesiones de la Asamblea Nacional están regidas por un Orden del Día sobrevenido, retando a la oposición con su equipaje cultural de mano, sin tiempo para prever y estudiar las más disímiles materias como hacía el entonces senador Rómulo Gallegos, según el comentario que Simón Alberto Consalvi una vez le hiciera a Ramón Hernández.

Autores de diferentes escuelas, como Uslar Pietri, Arístides Calvani o Rodolfo Quintero, jamás dirimieron sus diferencias a través de la inaudita violencia personal, convertido el periódico en una magnífica tribuna al alcance del ciudadano preocupado y requerido de explicaciones.  Ciertamente, consabida la crisis de los medios convencionales, los portales y demás recursos digitales pueden solventarla; empero, el problema no reside en las herramientas, sino en los propios actores atrapados por la banalidad y el fatalismo, ahorcada la palabra como el más firme compromiso del régimen consigo mismo.

Ilustraciones:: Arturo Uslar Pietri, según ilustración publicada en El Globo, Caracas, 04/09/1995. La otra, tomada de  la revista ëlite, Caracas, 13/09/1930. Puede decirse que es inédita, pues son ya varias las generaciones las que después que no vieron tan temprana y particular interpretación del personaje.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2014/05/la-palabra-ahorcada/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1032622

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