jueves, 22 de mayo de 2014

HOY, APENAS VERLOS ES UN DELITO

EL NACIONAL - MARTES 18 DE MAYO DE 1999
Talión
Presidentes en campaña
Earle Herrera

Cópiense pero que no los vea, solían advertir algunos profesores de humor exhausto luego de entregar las hojas de examen por los indelebles días del bachillerato. Podía ser un tópico, sin embargo, en el fondo había algo más, como el paso subconsciente de un antivalor que, enquistado en la sociedad, se filtraba al aula de clase disfrazado de humorada inocua. Lo que había en el fondo, la clase política venezolana sí se le toma y lo practica en serio, con cultivado cinismo.
El problema no es que un presidente de la República se involucre en la campaña electoral -que todos lo han hecho- sino que lo diga. Betancourt, vamos, se batió por Raúl Leoni, pero no lo pregonó. Todo lo contrario. Cuatro años después, ambos desconocieron el triunfo de Prieto Figueroa frente al apadrinado del gobierno, Gonzalo Barrios. Ello selló la división y derrota de AD y el triunfo de Caldera, quien siempre ha ganado de chiripa.
Bajo su gestión -la de Caldera I- apareció en el escenario el crematísticamente célebre "hombre del maletín", un personaje que con fajos de billetes doblaba voluntades electorales y tasaba conciencias. El candidato interno de Caldera, Lorenzo Fernández, se impuso a la larga y maletín mediante a Luis Herrera. ¿Creen ustedes que aquel sujeto compraba a los delegados a la convención verde con reales de sus bolsillos? ¿Lo creen de verdad?
Alguien puede ripostar que se trataba de elecciones internas de los partidos del presidente, pero las manos de los jefes de Estado siempre han sido más largas. Hay formas muy refinadas: en las elecciones para gobernadores en noviembre de 1998, Caldera se fue a Yaracuy, donde apostaba a la reelección de Lapi y a la senaduría de su hijo mayor. Allí inauguró una universidad, creada a la ligera y cuando su ministro de Educación decía que no había recursos para las universidades existentes. Este método de apoyo es viejísimo pero efectivo. Y guarda las apariencias de imparcialidad que es lo que claman quienes como vestales, se alarman por la incómoda sinceridad de Chávez.
También en esas elecciones regionales varios gobernadores de AD y Copei la emprendieron de frente contra el hoy Presidente de la República y hasta se fueron a lloriquear al Fuerte Tiuna. Luego, descaradamente, declararon su apoyo a Frijolito, en acto radiado y televisado, mandando bien lejos la Ley del Sufragio. ¿Dónde estaba entonces el fiscal Badell? ¿Dónde el puntofijista "pide-renuncia" Donald Ramírez? ¿Do, el almibarado y motolito Claudio Fermín? ¿Do, eh?
El cogobierno Ibáñez-Lusinchi se hizo de 200 jeeps con dinero de la partida secreta. Los mismos serían incorporados a la campaña presidencial del candidato adeco, Carlos Andrés Pérez. El entonces copresidente del país apareció en televisión y, girando el índice y los labios, juró su neutralidad e imparcialidad, justo cuando los rústicos eran alineados en un terreno. Pérez pagaría muy mal ese favor.
La falta en bachillerato no estaba en copiarse, sino en dejarse ver. El delito, en el país político, no es involucrarse en la campaña, e incluso meter mano a la partida secreta para hacerlo, sino en decirlo. Es la moral puntofijista, esa ética de etiqueta, pose y desgarradura.
Lo correcto sería sincerar las cosas y reformar el artículo 210 de la Ley del Sufragio con un texto de este tenor: "El Presidente de la República puede participar en las campañas electorales, pero sin robar el tesoro público ni utilizar los recursos del Estado".
Obviamente, los deudos de Punto Fijo saltarán alarmados: ¿Y si no podemos hacer lo que allí dice, cómo diablos y con qué creen que vamos a apoyar a nuestros candidatos?
Buena pregunta esa.
PS: Para cierto periodismo, quienes denuncian la corrupción son "verdugos". Los que la defienden, son "ángeles". Lo que les faltaba: robarse el reino de los cielos.
Otro sí: Innumerables las llamadas de apoyo al comunicado que sobre la distorsión informativa suscribimos la semana pasada. Algunos colegas molestos porque no solicitamos su firma. Ya sobrará tiempo.

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