lunes, 1 de octubre de 2012

DAR (5)

5) Lo que dijimos en el parlamento
Luis Barragán

Incorporados a la Asamblea Nacional, preparándonos para hablar de un homenaje a la
centenaria Fedora Alemán, diferido, nos complació escuchar a Fernando Soto y su propuesta
relacionada con Domingo Alberto Rangel. Cosas del azar, lo dijimos, semanas atrás lo
habíamos trabajado un poco, aunque no estuvimos preparados al respecto para la sesión.

Tuvimos dudas, consultamos con María Efe vía “pin”, y le preguntamos a Eduardo Gómez
Sigala en torno a la conveniencia. Resulta que Aristóbulo Istúriz, así es el parlamento de hoy,
aceptó inscribir a otro orador luego de William Dávila, pues pudo no hacerlo para el penúltimo
punto del Orden del Día, cumplidas varias horas de la jornada.

Menos furibundamente sectario, algo más equilibrado, válido aún desde su perspectiva
ideológica, Soto hizo una excelente intervención como la de Dávila que enfatizó la huella
adeca del viejo Rangel. Según lo recomendara Sigala, quien coordinaba esa noche a la
bancada opositora, nuestra intervención debía ser serena, armonizante, comprensiva para
la hora. Empero, por un instante que deparó el monitor, entró la cadena de Miraflores y nos
indignamos, quedando en el tintero oral otras cosas.

Finalizamos con el texto de nuestra intervención parlamentaria del día 25 de los corrientes, el
cual parece más tranquilo de lo que supusimos, enviado ayer por el servicio de transcripciones
de la Asamblea Nacional:

“(DIPUTADO BARRAGÁN).–Ciudadano Presidente, colegas Parlamentarios:
Militantes del humanismo cristiano, no sentimos complejo alguno al reconocer esa deuda
personal de lectores que tenemos no sólo con Domingo Alberto Rangel, el ensayista, sino con
el novelista, y quien a diario era capaz de escudriñar desde su particular perspectiva ideológica
la vida venezolana. Por supuesto que hay perspectivas distintas y encontradas, las que nos
pueden llevar a la obra, al pensamiento y a la acción que desarrolló Domingo Alberto Rangel.
En “El proceso del capitalismo contemporáneo en Venezuela”, leído en nuestro bachillerato,
por ejemplo, lamentaba que la Guerra Federal no hubiese desembocado en la definitiva
instauración y desarrollo, que se supone propio del proyecto que lo anima, del capitalismo
en Venezuela; o la larga entrevista que le concediera a Ramón Hernández, donde –
conceptualmente - cuestionaba el carácter de la lucha guerrillera de los sesenta. Negaba que
fuera una guerra de guerrillas la que se dio en nuestro país.

También constituye otro ejemplo de la rica discusión que puede suscitar el viejo Domingo
Alberto Rangel, a quien tuve en suerte conocer y conversar en su etapa postrera de vida. No
obstante, deseamos resaltar el carácter plural de esta Asamblea Nacional, irreductiblemente
plural, que nos permite hacer nuestro, a pesar de las diferencias, a una persona como
Domingo Alberto Rangel. Debemos resaltar que es una lección para quienes de un modo
u otro hacemos vida política en Venezuela, al parlamentario del verbo encendido; verbo
encendido e inteligente, incapaz de la descalificación personal, soez, procaz. Eso es una lección
que debemos aprender, y, para evitar echarle leña al fuego, creo que ustedes (PSUV) deben
aprender mucho de Domingo Alberto Rangel, inteligente, sagaz.
También debemos hablar del Domingo Alberto Rangel, político ilustrado. Era un interlocutor
válido en el debate parlamentario y fuera del Parlamento.
La larga obra de Domingo Alberto Rangel es necesaria que las nuevas generaciones también la
conozcan, aunque nuestro gusto personal - en lugar de esos tres tomos de Capital y Desarrollo,
etc. - se inclina más, y lo digo sin ironía, por la serie dedicada a Gómez, sobre todo por ese
detalle de la novela que se llamó “Junto al lecho del caudillo”.
Resaltemos la claridad ideológica, aunque a veces nos confunde esa frontera, esa ambigüedad
entre el leninismo y el trotskismo. Incluso, una de sus obras últimas la dedicó a exaltar la vida
de Trotski, pero - sin lugar a dudas - una claridad que nos permitía, como en los tiempos del
liceo cuando rivalizábamos con los sectores de la ultraizquierda, saber en qué coordenadas
políticas e ideológicas nos manejamos y nos manejábamos.
Estas son lecciones que da precisamente Domingo Alberto Rangel.

Para finalizar, yo no imagino a Domingo Alberto Rangel interrumpido por una cadena del
Ejecutivo Nacional. Ese verbo encendido se hubiese manifestado, porque en el momento
que se le rinde un homenaje y que, incluso, la bancada democrática de la oposición está
reconociendo su trayectoria, es increíble que el Ejecutivo Nacional despache una cadena
nacional y evite que el pueblo venezolano oiga la palabra de sus parlamentarios.
De modo tal que, desde esta perspectiva sobria y responsable, la bancada democrática de la
oposición acoge este homenaje a Domingo Alberto Rangel, que los interpela a ustedes desde la
perspectiva ideológica, porque hemos visto a muchos hablar precisamente de lo que él creyó y
dar el testimonio de vida que él dio.
Muchas gracias, señor Presidente".


Fotografías y breve nota: LB, una muestra pequeña de los libros en casa. Evidente confusión la nuestra, pues DAR hizo un prólogo y no editó un libro sobre Trotsky, pero - creemos - nada grave. Por cierto, al editar en el blog, no logramos ordenar los párrafos utilizando el block y el word. Queda así, pues carecemos de tiempo para reordenar.  En cualquier momento, debemos retomar borradores como: http://lbarragan.blogspot.com/2010/05/historia-economica-de-venezuela.html

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