lunes, 22 de octubre de 2012

EJEMPLIFICAR

NOTITARDE, Valencia, 21 de Octubre de 2012
"Caminando con Cristo"
Cristo da ejemplo de servicio (Mc. 10, 35-45)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El texto del evangelio de este domingo nos presenta la petición que los hermanos Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, le hacen a Jesús de sentarse uno a la derecha y otro a la izquierda en el Reino de los cielos. Sobresale de nuevo la humanidad de los apóstoles, de aquellos hombres que Jesús había elegido para fundar su Iglesia y para que la guiaran en el futuro; dejan ver aquí una de las características del ser humano, la ambición, la búsqueda de poder. Esto es algo característico en todo ser humano, pero si no se controla llega a carcomer a la persona, a llevarla por caminos de lucha, de enfrentamientos, de competencias negativas con el fin de lograr el dominio. De esto tenemos ejemplos cotidianos en nuestra sociedad, en las propias familias, en las empresas o allí donde hay un grupo de personas. Jesús, como buen Maestro, quiere conducir este anhelo del corazón humano por un camino que para muchos puede ser incomprensible, ilógico; pero que realmente es liberador e impide que el ser humano se vuelva un "depredador" de su semejante, como por lo general suele suceder. El camino que Jesús les propone a los hijos de Zebedeo y así a los demás apóstoles y hoy a nosotros sus nuevos discípulos es el camino del servicio. Quien quiera ser grande en el Reino de los cielos, tiene que hacerse el servidor de todos, esclavo de todos; porque es a través del servicio que nos hacemos más humanos, que aprendemos a ponernos en el puesto del otro, que comprendemos lo que significa ser el más pobre, el más débil y quien aprende a servir, aprenderá a mandar, a ejercer bien el poder; sin abusos, sin humillaciones del otro, sino más bien con equidad, con justicia, con caridad y humanidad.
Al cristiano que vive dentro de una sociedad y ejerce una función le tocarán cuotas de poder y debo hacerlo al estilo de Cristo, que siendo Dios, se hizo hombre, siendo rico, se hizo pobre, siendo rey, se hizo esclavo, para alcanzar a todos y salvar a todos. El cristiano necesita ser un hombre de inclusión, el que crea fraternidad, unidad, convivencia en su entorno y no aquel que divide, que clasifica, que quiere imponerse por encima de todos y a costa de todo; ese no es el camino que nos ha enseñado Jesús. Él se coloca como modelo de lo que es y necesita ser un verdadero cristiano, un hijo de Dios, un ciudadano del Reino de los cielos, uno que ha encontrado a Dios en su vida y ha entendido que el poder auténtico está en el amor, en darse y donarse por amor y que con el amor traducido en obras, en servicio, se puede transformar el mundo, se puede lograr que las personas cambien y que tengamos una sociedad diferente. Quien quiera mandar necesita aprender a servir y el verdadero poder está en amar al estilo de Dios, que vino al mundo no a ser servido, sino a servir.
Que distinta sería nuestra sociedad si las personas entendieran que no es destruyendo al otro, imponiendo nuestro criterio, nuestra verdad, que podemos lograr que un país, una cultura, una familia, una empresa, una universidad, una escuela, un negocio avance; que es a través del diálogo, del encuentro, de la armonía, de la tolerancia, el respeto mutuo y la paz que podemos beneficiarnos todos y quien manda, quien ejerce el poder, quien dirige tiene que estar en este servicio; así es que se manda y así es que se transforman nuestras estructuras humanas. En cambio, cuando quiere ejerce el poder impone, maltrata, descalifica, es intolerante, propicia la lucha, siembra el desprecio de uno para con los otros; es allí donde el poder pierde su esencia y se va por el camino de la ambición, de la utilización del otro, de la manipulación y del anular al semejante si es posible a costa de quedarme en el mejor puesto. Al final, queda en el corazón del hombre vacío, en soledad, porque se olvidó lo esencial de la vida que es el amor.
En fin, para el cristiano la autoridad y poder (como anhelo humano), debe ser ante todo servicio, entrega, donación por amor y así serán muchos los frutos que se puedan recoger alrededor. El ambicioso, el autoritario, al final se queda solo y triste y eso no lo quiere Dios para sus hijos. Quien ama y sirve a sus semejantes vive siempre feliz y tendrá lo justo para vivir con dignidad. El cristiano debe servir de manera especial a los más pobres, a los más humildes, a los que más necesitan; al estilo de Cristo.
IDA Y RETORNO: Para los jóvenes que tienen inquietud vocacional, que sienten el llamado a ser sacerdote y necesitan discernir si es su camino y recibir orientación; todos los sábados, en la sede del Seminario en San Diego, se tienen charlas, momentos de oración, convivencia, compartir con un sacerdote y un grupo de seminaristas de 9:00 am a 12:00 m. Los interesados, que ya sean bachiller, estén a punto de serlo o estén cursando estudios universitarios y sienten el llamado a la vida sacerdotal, están cordialmente invitados a vivir esta experiencia que sin duda alguna les será de gran provecho. Vale la pena ser sacerdote y arriesgarlo todo por Cristo que es el Camino, la Verdad y la Vida, el que puede llenar y dar sentido a nuestras vidas.

Fotografía y breve nota LB: Orbitada por Marie Claire Chahda en Facebook, no creemos que constituye sacrilegio alguno. Es una gota de humor y quizá hasta de humor crítico respecto a los que literalmente decoran inmuebles y semovientes con el Cristo que sufrió por todos nosotros.  Sencillamente eso.

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