Por el León de Oro de Venecia
CLAUDIO MENDOZA
Con el sello inoportuno y de poco tacto que me caracteriza, quisiera dejar algunas palabras en favor del León de Oro de Venecia en algún muro que haya quedado en pie después del maremoto que nos azotó a consecuencia del protagonismo de la Torre de David en la reciente Biennale. Primeramente, porque mi esposa ha trabajado con el Urban-ThinkTank -el malo de la partida- tanto en los barrios de Caracas como en el Politécnico de Zurich; y segundo, porque como parte del Comité Organizador de la LXII Convención de AsoVAC, que se llevará a cabo en la Universidad Metropolitana en noviembre, teníamos programado con U-TT un evento sobre la arquitectura informal, el cual se tuvo que cancelar al no poder asegurar una discusión al menos académica sobre este importante tópico.
Sin intenciones de justificar la plaga de las invasiones y expropiaciones que se nos hace ya cotidiana pero siempre aterroriza, seguramente podríamos estar de acuerdo que casi 80% de los dignos habitantes de esta capital, como en muchas otras del globo, vive en estructuras informales levantadas en propiedades (privadas o públicas) caóticamente invadidas.
Me acuerdo de niño en los Años 50 de la alarma de La Charneca, y del barrio al lado de la casa de mi tía en Los Chorros donde por alguna rendija indiscreta solíamos ver a las muchachas bañarse. Por décadas hemos mirado para el otro lado. Sin embargo, ya bien comenzado el siglo XXI, la sustentabilidad estructural, funcional y verde del fenómeno urbano como un todo se ha convertido en un gran reto contemporáneo, por su dimensión y densidad poblacional, por su precariedad ante los eventos naturales extremos, porque hemos madurado lo suficiente como civilización para entender que la pobreza y miseria humana se pueden erradicar científica y tecnológicamente. La Torre de David tiene definitivamente otra escala: la antítesis de un barrio en un rascacielos financiero, todos los problemas de Petare, por ejemplo, de Caracas y de nuestra convulsiva encrucijada encapsulados verticalmente en 3 paredes y 40 pisos.
Un caso de estudio urbano de interés global sin par.
Tomando en cuenta el número de estudiantes de arquitectura europeos, americanos e, incluso, de la UCV que mi esposa ha tenido que acompañar a San Agustín a conformar tesis y propuestas sobre algún detalle técnico del barrio, me hace pensar que realmente existe un genuino y sostenido interés por parte de reconocidas facultades de arquitectura y urbanismo por enfocar los serios problemas urbanos de las mayorías, así se pierda el glamour. Quizás el León de Oro ruge en el Giardini por estos tiempos, por soluciones creativas a necesidades domésticas y de transporte masivas casi insuperables, por ayudar a cada grupo familiar en desarrollo a mejorar su vivienda y entorno. Arquitectura ubicua, integral y ecológica a gran escala.
Fotografía: LB, tomada desde el piso 15 del edificio "José Vargas", Bellas Artes (Caracas, 15/01/11). Por cierto, reproducida sin dar pista del origen: http://musarq.blogspot.com/2012/08/un-restaurante-escandaloso-bienal-pero.html
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