martes, 30 de octubre de 2012

INTELIGENTES TODOS !!!

EL NACIONAL - Martes 30 de Octubre de 2012     Opinión/8
PSUV Televisión
En el nuevo chiripero están desde el tradicional Partido Comunista (PCV), que tuvo casi 500.000 votos, hasta el naciente Redes
ANDRÉS CAÑIZÁLEZ

Las estadísticas electorales del pasado 7 de octubre ponen al descubierto un asunto no menor. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV ) por sí solo no estuvo en capacidad de brindarle la victoria al presidente Hugo Chávez. Si se contrasta el número de votos de este partido con los obtenidos por el candidato de la unidad opositora, Henrique Capriles Radonski, queda en evidencia que el PSUV quedó por debajo con cerca de 188.000 votos. El respaldo que termina marcando la diferencia a favor de Chávez no proviene de su aparato partidista, sino que lo aporta un nuevo y ahora potenciado "chiripero", para tomar la imagen que acuñó Rafael Caldera cuando logró su segunda presidencia gracias a un sinfín de pequeñas agrupaciones, muchas de ellas de izquierda.
Decimos que se trata de un potenciado chiripero, porque es de suponer que este conjunto de pequeñas organizaciones, cuyos votos sumados están en alrededor de 1.800.000, están hoy en día en mejores condiciones de negociar con el PSUV que en el contexto previo al 7 de octubre, en el cual prácticamente se diluyeron sus exigencias. En el nuevo chiripero están desde el tradicional Partido Comunista de Venezuela (PCV), que tuvo casi 500.000 votos, hasta el naciente Redes que constituyó hace poco Juan Barreto y que alcanzó casi 200.000 votos, pasando por organizaciones como Tupamaros (170.000 votos) o el UPV que fundó Lina Ron (casi 90.000 votos).
Las mentes analíticas del alto gobierno y del PSUV seguramente estarán construyendo salidas políticas (como la renuncia del candidato a la Gobernación de Trujillo, Hugo Cabezas) con el fin expreso de responder a las demandas específicas que están emanando desde su chiripero de cara a las elecciones de gobernadores del 16 de diciembre, y a la difícil tarea de organizar una alianza pro Chávez de cara a los comicios municipales, ya que serán muchos más cargos en disputa y en esa misma medida crecerán las aspiraciones locales.
La significación y peso específico que tiene la diversidad dentro del chavismo, asunto que el resultado electoral, sin duda, deja sobre el tapete, no sólo fue ignorada por la alta dirigencia del PSUV, que poca o nula atención prestó a los pequeños aliados en la campaña, al menos así se desprende de varios señalamientos públicos de algunos voceros de estos partidos.
En materia mediática se observó igualmente la misma falta de apertura para aquellos dirigentes políticos que sin ser del PSUV estaban trabajando a favor de la reelección de Chávez. Un caso emblemático lo tenemos en el programa Toda Venezuela, que estuvo conducido durante la campaña por el hoy ministro Ernesto Villegas. Un pequeño abreboca: el programa en verdad debería llamarse "Todo PSUV y Gobierno", puesto que durante todo el mes anterior a las elecciones en este espacio matutino de opinión no hubo ni un invitado, sí, ni uno, que representara a alguna de esas voces alternativas del chavismo.
Un conteo rápido pone en evidencia lo siguiente. En las 24 emisiones entre el 3 de septiembre y el 4 de octubre de 2012 hubo un total de 59 invitados, 41 eran militantes del PSUV o altos funcionarios de Gobierno, y ya sabemos que a veces es difícil distinguir cuándo un dirigente oficial usa la cachucha gubernamental o la partidista. Incluso con Villegas, en ese período, estuvo un representante del movimiento Clase Media en Positivo, pero no hubo voceros del PCV, de Redes, de Tupamaros, de UPV, de PPT o Podemos.
El chiripero chavista tuvo ausencia absoluta en el principal programa de opinión de Venezolana de Televisión (VTV) en el período clave antes de las elecciones presidenciales.
Esto sucede justamente en el canal que dice ser el de todos los venezolanos, cuando en verdad hasta invisibiliza a las voces pro Chávez que no militan en el PSUV. Si Chávez y su entorno leen adecuadamente los resultados deberán darle un giro a este "PSUV TV". Esto sería una tarea para el ministro Villegas, pero no puede dejarse de lado que como periodista fue parte de la operación mediática que no mostró la diversidad que coexiste en el seno del chavismo.
Fotografía: El Nacional, Caracas, 30/10/12.

EL NACIONAL - Jueves 01 de Noviembre de 2012     Opinión/9
Rosado y Rosita
LUIS PEDRO ESPAÑA N.

Dos hechos presenciamos la semana pasada. Uno entre jocoso y morboso, y el otro ciertamente bochornoso. El primero no es más que un hecho delictivo, que probablemente habría pasado por debajo de la mesa (o al menos no con tanta notoriedad) si se hubiese circunscrito a otro episodio más de nuestra realidad carcelaria. ¿Qué tendría de raro que uno de esos que porta el nombre artístico de pran se fugara de la cárcel? ¿Ellos no son los que mandan en esos recintos? Lo raro es que no se fuguen.
El asunto fue, y es lo que le puso condimento a la noticia de sucesos, que al parecer dicha fuga se entreveró con la visita de una muchacha de la televisión a la cárcel y su posterior enconche. Los detalles realmente sobran. La prensa regional y nacional tituló y le siguió la pista (casi con sevicia) al preso fugado y la actriz de TV, hasta que esta última apareció.
El otro hecho, mucho menos seguido y comentado, fue el lamentable show que unos supuestos fanáticos del Deportivo Táchira protagonizaron al impedir que se realizara un juego de fútbol donde la directiva del equipo había programado una serie de actividades y símbolos de solidaridad junto con una organización de lucha contra el cáncer de seno.
Los incalificables "machotes" se opusieron a que el equipo de casa jugara con una franela rosada, que mundialmente alude a la actividad de solidaridad (como se hace en muchísimos otros eventos deportivos, artísticos y hasta políticos), lo que derivó en una inexplicable suspensión del juego y permitió que la barbarie se saliera con la suya.
Los dos hechos, ocurridos el mismo fin de semana, han movido a la opinión pública entre un moralismo pacato y ramplón, para el caso de la actriz y el pran, hasta cierto mutismo, que le resta gravedad, para la más que penosa suspensión del juego por la causa que apoyaba.
Lo reseñado parece estar mostrando que, dejada a su albedrío, es decir, sin instituciones que regulen sus locuacidades, parece que nuestra sociedad (hombres y mujeres por lo demás) sigue siendo gobernada por unos códigos sexistas según los cuales los hombres no son tales si se dejan asociar con cosas femeninas, y las mujeres no son dignas, a menos que sean madres.
Atraso, vulgaridad, ausencia de humanidad y de respeto nos golpea la cara con demasiada frecuencia. Nos burlamos y hacemos chistes de las mujeres en desgracia, pero no decimos mucho sobre los hombres desgraciados.
La reacción natural, cuando el observador deja la risa o la sorna, para ponerse reflexivo y leído (como decían en los pueblos), suele ser imputarles a los valores (su ausencia, claro está), a la forma de ser (los más deterministas), a la pobreza y la falta de instrucción (los más clasistas) la razón del bochorno y las bajezas que cada cierto tiempo nos muestra en público la comunidad a la que pertenecemos.
No deberíamos ver en las causas individuales el origen de los hechos. Por el contrario, puede que sólo sean la consecuencia. Si los energúmenos del estadio, o los presos de las cárceles pretendieran sus acciones frente a instituciones fuertes, éstas sencillamente no habrían permitido lo que hoy son desmanes que nos avergüenzan. El juego se hubiese realizado, los manifestantes estarían bajo algún sistema correctivo; el preso no se hubiera fugado y la actriz habría trabajado en un lugar algo más adecuado.
Puesto en esa perspectiva, el preso, la actriz y los insensatos del juego de fútbol no son sino el simple efecto de un país que lleva años debilitando sus instituciones.

Nota LB: Hay amargura en el dulce. La televisión es un elemento vital para la llamada antipolítica. A lo largo de la década se sincera opresiva, alienantemente. En la otra acera, realiza sus aportes. Los profesionales del espectáculo se hicieron esencial referencia política. Y, como suele ocurrir en la especie humana, nadie es perfecto. El caso de "Rosita", presuntamente involucrada en actividades algo más que traviesas, completa la faena de una universalidad que es la de la descomposición del país... galopante. Se dirá que puede delinquir alguien del medio del espectáculo, sin arrastrar a todos los que lo hacen, como pudo hablarse del dirigente que falló, pero  !arrastró a todos los elencos políticos hasta llegar a la política misma! De modo que, por fu o por fa, el saldo es de la descomposición....

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