martes, 11 de mayo de 2010

HISTORIA ECONOMICA DE VENEZUELA


HISTORIA ECONOMICA DE VENEZUELA (*)
Luis Barragán



Independientemente de las diferencias ideológicas que tengamos en relación al autor, Domingo Alberto Rangel nos ofrece un estupendo ejemplo en torno a las clases grabadas como género. Abogado que incursionó exitosamente en la disciplina económica, otrora reconocido y polémico dirigente político, también novelista, dictó la materia “Historia Económica de Venezuela”, entre 1961 y 1962, por cierto, en el marco de un país convulsionado del cual fue público protagonista.

Presumimos que revisada y autorizada, la versión fonográfica de sus clases fue editada al concluir el curso, como una compilación de fascículos para la diaria faena universitaria que conservó la estirpe del multígrafo, por la fuente y el punto de la letra de pequeña variación, y la calidad de la tinta y el papel, ausente el golpe de imprenta. Añadimos la supervivencia de los llamados de suspenso (puntos sucesivos), cuando resultó confusa o inaudible la expresión del ponente, así como el esfuerzo de transcriptor por alcanzar una adecuada sintaxis en medio de sus prisas [1].

Obviamente, el sello editorial valoró la necesidad inmediata de publicar el curso, quizá más por la necesidad de difundir las posturas de fondo del parlamentario controvertido que fue, comprometido en la guerra de guerrillas que también le da apertura a la década, autor de una importante bibliografía que luego se encaminará hacia áreas más especializadas. Título excepcional de compararlo con otros editados por una dirigencia o liderazgo político que también gozó de buena reputación en la docencia universitaria, el de marras no mereció una mayor consideración de Jiménez Castillo, al estudiar la obra y trayectoria de Rangel [2], hallando algunas ideas e intuiciones, argumentos y tendencias posteriormente expuestas y desarrolladas en otros títulos.

La impresión inicial es la de una disertación doctoral, por el lenguaje, la hondura y el detalle en el tratamiento de la materia (aunque faltan sesiones y temas entre diciembre de 1961 y parte de febrero de 1962), que va adquiriendo cada vez una mayor sencillez ante la audiencia pre-universitaria, a la que le recuerda nociones que se suponen vistas en otras materias básicas. A través de sus exposiciones orales, de nuevo confirmamos la propensión del ponente hacia la progresión metafórica, observada por Araujo en la obra narrativa [3].

Economizando espacios, no aparecen las preguntas formuladas por el alumnado al profesor Rangel, pero es evidente que las realizaron por las digresiones y acentos colocados más en unos que en otros aspectos, incluyendo la ironía que le es tan característica y las referencias a Marx o Lenin que tratan de solventar algún problema considerado en el desarrollo de la exposición. Imaginamos, una personalidad pública de importancia, combativo activista político de vocación docente, suscitaba el interés de propios y extraños en una universidad de agitadísima vida cotidiana.

Hallamos, por una parte, la constante alusión al marco teórico predominante en los sectores marxistas de la época, cercano a las propuestas de la CEPAL y anterior como de distinto tratamiento, al auge de los dependentólogos en América Latina. Subsume los datos histórico-económicos en la teoría económica o las nociones de ingreso, productividad, costos comparativos, desarrollo o subdesarrollo, incurriendo más de las veces en un anacronismo histórico, pues, a guisa de ilustración, como puede verse también en “El proceso histórico del capitalismo contemporáneo en Venezuela” (1968), pretende la aplicación retrospectiva de las medidas, instrumentos o políticas económicas (proteccionismo, industrialización, etc.). Esto es, reprocha que no se hayan aplicado determinadas fórmulas en un pasado más o menos remoto, correspondientes a las que holgaban en los manuales y políticas gubernamentales del siglo XX [4].

Por otra, contrario al enfoque apesadumbrado, subestimativo o pesimista tan común respecto al país que se acercó e hizo la guerra independentista, retrata a la Venezuela privilegiada (por su posición geográfica, recursos naturales, auspiciosa al contrabando), ya agotado el mercantilismo europeo; la importancia del cultivo de trigo, en Mérida; las causas del fracaso ferrocarrilero, observando con perspicacia una vialidad hecha para la importación, mientras otras naciones las construían para la exportación; la trascendencia de la rebelión de Toussaint de Louverture, en Haití, y del Memorial de los Hacendados del Río de La Plata de 1809 o 10; o la existencia de la Oficina de Centralización de Cambios, entre 1934 y 1940, antes de la creación del Banco Central. La mirada es la de un pretérito que fue prometedor o auspicioso, en las inmediaciones de un capitalismo que pudo darse completamente en este lado del mundo.

Revelando un importante nivel de conocimiento e interpretación histórica, abonando al detalle y a la espontaneidad que le acreditan ante una audiencia que pudo sorprenderlo y juzgarlo con malicia, adverso a las denominaciones en boga, califica de “autocracia acosada o autocracia militante” todo el período anterior a las dictaduras de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, o se permite una humorada oportuna: el general Nicolás Patiño, presidente del estado Lara, firmaba “Nico Patiño” y, como el general presidente de la República firmaba “Dios y Federación, J. C. Falcón, aquél creyó versos la consigna oficial, rubricando “Dios y Federación, Patiño Nicalazón” (clase del 14/02/62). Claro está, otrora criterio común, llama pintoresca o de lenguaje pintoresco a la Constitución de 1811, aunque hoy tiende a ser reivindicada por la historiografía más reciente (Elías Pino Iturrieta, Giovanni Meza Dorta).

Posible responsabilidad del transcriptor empeñado en ofrecer una versión más ordenada y amable, tenemos la sensación de un pacífico desenvolvimiento de las clases en las que el ponente ejerce toda su autoridad académica, previo conocimiento de su polémica personalidad pública. Hay demostración no sólo del dominio y actualización de la materia, incluyendo la cita de un autor no traducido (William Foster), sino de sí mismo, pues, harto conocido, propenso al disgusto o a las calificaciones impulsivas que rayan en el improperio, hallamos una continuidad de los argumentos de peso que no sucumben frente a la específica e inevitable coyuntura de entonces, aunque una no da cabida a una interpretación diferente al de las orientaciones ideológicas tácitamente impartidas y la otra tozudamente subyace por más remoto que sea el dato histórico invocado.

De anónimo redactor, la antología de los fascículos o cuadernillos suman 301 páginas, acunando la sospecha e indicios de los títulos que sucesivamente publicará a la largo de la década, pero – también – mostrando, negado el auxilio bibliográfico en la cárcel, la fresca huella de una habitual ejercitación sobre las viejas estadísticas y tratados de teoría económica e historia, aún en medio de los intensos ajetreos políticos. La “Historia económica de Venezuela”, emerge como un borrador distante, subestimado y olvidado en la producción intelectual de Rangel, pues, quizá por no ilustrar sus mejores disertaciones universitarias, es notoria la ausencia u olvido en el elenco bibliográfico al que hemos accedido. E, incluso, cobrando mayor importancia las vivencias de los ciclos y personajes que labraron el básico proceso educativo del autor, las del docente universitario resultan sacrificadas a favor del ya reiterativo tratamiento y latigazo político de comienzos de los sesenta, como se observa en “Alzado contra todo (Memorias y desmemorias)” (2003), supuesta estancia para las anotaciones de toda la intimidad personal.




Notas

[1] Rangel, Domingo Alberto (1962) “Historia Económica de Venezuela”. [Versión fonográfica de las clases dictadas en la Universidad Central de Venezuela]. Pensamiento Vivo C. A. Editores, Caracas.

[2] Figura en el reporte bibliográfico, mas no fue discutida en las entrevistas semi-estructuradas de Rangel, quien – valga el dato - ingresó a la Universidad Central de Venezuela en 1960, como profesor agregado, a dedicación exclusiva, siendo expulsado de Acción Democrática en marzo de 1961, noticia que quizá explique la ausencia de un determinado número de clases en la muestra considerada. Luego de los avatares de la lucha política, reingresó al profesorado en 1968 hasta su jubilación en 1984. Por cierto, por 1986 publicó “La crisis económica mundial”, producto de las sesiones grabadas en la cátedra de Economía Mundial Contemporánea, obviamente versada por completo la trasnscripción. Vid Jiménez Castillo, José Francisco (2005) “Domingo Alberto Rangel en la Venezuela del siglo XX. Aporte teórico-político. El metadiscurso en la historia de vida”. Mérida Editores, Mérida: 333-340, 364 s.

[3] “… Su estética es anacrónica y su predilección por la frase rotunda y la progresión metafórica lo llevan algunas veces a caer en el lugar común, cuando no en la cursilería”, aunque el ensayista reconoce las posibilidades que plantea Rangel para la novela política, del poder y de las altas finanzas, recomendándole una mayor paciencia para el estudio y experimentación de los recursos narrativos. Vid. Araujo, Orlando (1972) “Narrativa venezolana contemporánea. Ensayo”. Editorial Tiempo Nuevo, Caracas: 274.

[4] Valga la acotación, contrario a Jiménez Castillo, estimamos un manejo predominantemente ortodoxo del marxismo (-leninismo) en Rangel y, evidentemente, el título objeto de las presentes notas es anterior – incluso – a la innovación de su discusión en el transcurso de las décadas del sesenta y setenta, incluyendo la llamada teoría de la dependencia que partió de los aportes cepalinos. Por lo demás, en los ensayos más acusados de economía política de la década (1968 y 1970), aún tarda la recepción o impronta de las diferentes escuelas marxistas que afloraban por entonces (Althusser, el redescubrimiento de Gramsci, etc.) Vid. Werz, Nikolaus (1995) “Pensamiento sociopolítico moderno en América Latina”. Editorial Nueva Sociedad, Caracas: 122 ss.; cfr. Rangel, Domingo Alberto (1970) “Capital y desarrollo”. Universidad Central de Venezuela, Caracas: tomo II (“El rey petróleo”).

(*) Sección inédita de un trabajo más extenso relacionado con la nueva tradición oral.

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