martes, 11 de mayo de 2010
Pendejicidio
Préstamo de Daniel Buvat, creemos confirmar lo que nos comentó: dice una que otra cosa interesante, pero nada del otro mundo.
Al tocar las áreas sagradas de la izquierda europea, emblemátizándola (aturdida, pura, sensacional, etc.), quien a veces es “el” y otras “la” ensayista, no deja mayor cosa sobre los tópicos político y económico (salvo aquello del anacronismo, la inevitable postmodernidad, el gobierno de los intereses económicos, la trampajaula bancaria, etc.).
La creemos de un humor extraordinario, con parrafadas excelentemente escritas bajo el pretexto de una preocupación política. La reflexión es la del ensayista propiamente que respeta la independencia de criterio del lector frente a las autoridades técnicas que lo sojuzgan, aplastándolos con el texto. La acotación sobre la nota a pie de página (en larga nota 1, p. 24), por ejemplo, cabalga la sátira con aquello de comprador de cuarto y mitad de nombres propios, medio kilo de vacas sagradas, tres fanegas de digresiones, una arroba de variantes textuales, etc.
Una manera refrescante de decir las cosas, como : “La izquierda ha perdido visitantes porque el parque temático del obrerismo ya no resulta acogedor para una población estratificada en grupos heterogéneos y mundialmente compleja: la ortodoxia no es un buen instrumento de análisis para la sociedad impura. El obrero inmaculado ha desaparecido de occidente, y ha dado el abundante rastro social de burgueses proletarizados, que no deben confundirse con aquellos obreros aburguesados….” (84). O aquello de “¿…la culminación del sueño izquierdista tiene lugar cuando la escuálida recaudación se gasta en beneficio de los bancos?” (163), para fuliminar a Rodríguez Zapatero.
Dos notas adicionales: 1) la posibilidad del pendejicidio activo, pues, préstamo de Daniel que agradecemos, recordamos la sentencia popular que puso acá Marco Ferri en la materia, aunque no nos ha ido mal en el grupo (como en el de Historia, etc.) con los intercambios. Y 2) la posibilidad de leer libros marcados – aunque tenuemente – por otros, ayudan a una mejor comprensión del semejante (hice también mis marcas)….
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