domingo, 10 de mayo de 2020

DEL CAMINO RECORRIDO (Y POR RECORRER)

Del parlamento y la memoria social
Luis Barragán

Distintos quehaceres de la supervivencia, en medio del coronavirus, ha impedido avanzar en varios proyectos. Uno de ellos, a medio camino, un libro relacionado con el parlamento venezolano del anterior y del presente siglo, naturalmente, asentado en los diarios de debates, en los medios noticiosos y, cada vez más escasa, en la literatura  especializada sobre la materia. 

Por supuesto, recoge o pretende recoger la más variada interacción con la sociedad que representa o dice representar, inquietante de acuerdo a algunos períodos históricos.  Hubo diligencias que creyeron no tener el fuste político necesario, adquiriéndolo a la postre y, viceversa, las que juraron poseerlo, pero se diluyeron inexorablemente para arrastrar y distorsionar las demandas sociales.

El asunto viene a colación, porque – en días pasados – nuestra cuenta de Facebook  reportó una  petición hecha por 2015, a objeto de que el entonces flamante y descarado ministro de Electricidad compareciera ante la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional. Por cierto, a ella pertenecimos por dos años, ausentándonos justificadamente en – apenas – tres oportunidades de sus sesiones  ordinarias, pero no pudimos obtener la certificación correspondiente, en enero de 2016, ya que  – simplemente – el oficialismo se llevó, deshizo o botó los  archivos.

Los copartidarios de Jesse Chacón negaron toda interpelación, mas no hubo costo político alguno, pues, la propia opinión pública – resignada – lo aceptó como un hecho de la normalidad impuesta por algo más que la veleidad autoritaria.  De no haberlo pedido, el argumento obvio hubiese sido  que, en momento alguno, nadie lo requirió. Empero, faltando una severa Ley de Comparecencia que tampoco fue abordada luego del triunfo opositor en los comicios de finales de 2015, importaba dejar formal constancia quizá por aquello de que la peor diligencia es la que no se hace, quizá porque importa todavía documentar cada actuación de la dictadura socialista.

En  consecuencia, los problemas más inmediatos, acuciantes y de alto calibre político, no constituye pretexto alguno para desentenderse de la dimensión notarial del oficio parlamentario: hay un esfuerzo de documentación, administrativo y archivístico, capaz de fijar la memoria de las iniciativas, acontecimientos y actuaciones de la sociedad civil organizada que toca a sus puertas, a veces, desesperada.  Subestimados y relegados, los diarios de debates y otros archivos de interés,  dan cuenta de una percepción y relación con la sociedad que olvida pronto sus incursiones (y excursiones), en el ámbito de los órganos del Poder Público. Acotemos, necesitadas de una reconstrucción histórica que no sólo pueden explicarlas las diligencias propias de una mentalidad rentista de la que también abusamos para asumir todo lo ocurrido a los venezolanos sobre la faz de la tierra.

Post-data LB: Fueron varias las oportunidades en las que solicitaba la firma de otros prlamentarios para reforzar nuestras peticiones en comisiones como la de Política Exterior y de Administracion y Servicios, en las que también actuamos.

11/05/2020:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/36886-memoria-social

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