De una lúcida exposición
Luis Barragán
Todo lo que acaece en Venezuela, no tiene parangón histórico. Se ha dicho, fuimos un país tan pobre como hoy lo es Haití, hasta que reventaron los magníficos pozos petroleros y, a principios o mediados de los treinta del XX, comenzamos realmente a sentirnos en sus generosos cauces. Empero, la crisis que ahora padecemos no es una más, y la nada sorprendente regresión social y económica luce imparable, con sus nefastas consecuencias culturales.
El oficio político, complejo como el que más, no se reduce a las meras faenas proselitistas, porque el sólo intento de superar el proyecto totalitario en curso, fuerza a la ensoñación de un país diferente que, como todo sueño, se realiza a punta de realidades. Resulta indispensable un fiel, adecuado, profundo y convincente diagnóstico y, al respecto, dos ponentes me han impresionado favorablemente, en medio del gran bosque de opiniones fértiles e infértiles que naturalmente explican la hora actual.
Hace poco más de mes y medio o dos meses, escuchamos con atención a Humberto García Larralde, quien – cifras en mano – radiografió la situación venezolana y esbozó algunas perspectivas posibles, partiendo del inhumano y calculado programa de ajustes de Maduro Moros, a otro que será en el futuro necesario de adoptar en una transición democrática que sea tales: una transición en y para una democracia. Esta misma semana, nos ha impactado Warner Corrales con una magistral y didáctica conferencia, dada en el marco del ciclo de foros alusivos al Centenario del Rafael Caldera.
Partiendo de Amartya Sen, demostrando un cabal conocimiento de los aportes del ex – presidente, se adentró en una concepción de la libertad, como realización y desarrollo del humanismo, considerando las creencias y valores, los recursos pro-capacidad y los logros de bienestar. Profundizó en lo posible, haciéndose corto el tiempo, mostrando e interpretando sendas estadísticas de trazos angustiosos, en torno a nuestro desempeño económico y social por todo un siglo: las gráficas prueban que los venezolanos del siglo XXI tendremos que partir de y desde condiciones jamás vistas, luego de la literal y sistemática destrucción del país en el que no cabe – superado el régimen – un simple programa de ajustes, sino todo un plan de desarrollo que lo haga renacer de las cenizas en las que Chávez Frías y Maduro Moros lo sumergieron.
La extraordinaria ponencia de Corrales, nos remite a un desafío inmenso como es el de construir un amplio, consistente y fecundo consenso político en el que los actores comprendan y asuman el estelar papel histórico que les corresponde, más allá de los intereses individuales y partidistas de circunstancia que, por cierto, suelen coincidir – a escondidas – con otros que surgen en una sociedad que ha de recuperarse de sus anomias. Pocos, como Corrales, piensan al país, claramente conscientes de lo que tenemos, de lo que vendrá y de lo que podemos lograr.
26/09/2016:
http://www.opinionynoticias.com/opinionnacional/27651-de-una-lucida-exposicionhttp://www.ventevenezuela.org/una-lucida-exposicion-luis-barragan/
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