De la helicoidización del parlamento
Luis Barragán
Suscribimos estas líneas, horas antes de la nueva estafa dictatorial que dicen llamar elecciones, bajo el impacto de las noticias de El Helicoide, lugar en el que los presos políticos y comunes han sido objeto – nuevamente – de las tropelías de un régimen que, así, pretende atemorizar a la población. Hemos compartido con familiares, defensores y relacionados en sus adyacencias tan intranquilas, angustiados por la suerte de los corajudos prisioneros o, mejor, rehenes de guerra, porque no otra cosa son, incluyendo a menores de edad y personas de diferentes nacionalidades.
De la sistemática, alevosa y continua violencia empleada, supimos los parlamentarios esta semana que concluye. La Guardia Nacional Bolivariana ha prohibido el libre ejercicio del periodismo, impidiendo el paso de sus oficiantes a la sede legislativa y, cuando el resto de la cámara decidió acompañar a la comisión designada para que bajase a la esquina de San Francisco a buscar a los reporteros y camarógrafos, la respuesta fue helicoidizante.
El tristemente célebre coronel Lugo, cuyo nombre ya es imborrable en los anales de la historia parlamentaria, además de agredir a quienes – se supone – gozamos de inmunidad parlamentaria y a los periodistas, tomó – faltando poco - una costosa cámara y la estrelló contra el suelo, en un lance de la más tenebrosa pedagogía. Por cierto, apenas cinco o siete zagaletones seguramente armados, partidarios de la dictadura, más distanciados, hicieron causa común con los agresores, porque ya no logran engañar y movilizar las otrora turbas de antes.
Huelga comentar sobre la indebida, como abusiva custodia militar de la sede legislativa, la cual hemos abordado en otra oportunidad (por ejemplo, http://www.estudiosconstitucionales.com/REDIAJ/1225-1234.pdf); o del planteamiento que hicimos un año atrás, respecto a la necesidad de una ley que tipifique y sancione los delitos de violación de las inmunidades parlamentaria, desestimada nuevamente por los partidos dominantes de la Asamblea Nacional. Lo cierto es que, a las agresiones diarias que el hampa común arroja sobre las calles, cada día, se suman las del hampa política, con o sin uniforme, como también ha acaecido con el reciente caso Tarazona en el estado Táchira.
Precisamente, el miércoles 16 nos enteramos de los sucesos de El Helicoide, intentando llegar a la sede administrativa de la Asamblea Nacional a pie, pues, ya no hay automóvil en casa, por las consabidas razones, No fue posible, porque hay una aviesa cacería de los diputados que osen “patear” los alrededores, por grupetes violentos de tan penosa profesión, y – al llamarnos Sara Lizarraga, con la novedad de El Helicoide – pasó a recogernos para apersonarnos en el lugar de los hechos.
19/05/2018:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/32649-barragan-l
Ilustración: @LoretoJA.
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