sábado, 2 de diciembre de 2017

!ADVIENTO!

Evangelio Dominical: ¡Alerta!
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario sobre el Evangelio que se proclama el primer Domingo de Adviento, ciclo A, correspondiente al domingo 3 diciembre 2017.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos Mc 13, 33-37.
“¡Estén alerta para cuando llegue el Señor!”                                                   
 Jesús nos dice que estemos alerta. ¿Qué significa eso?
Jesús usa una parábola: “Un hombre se fue de viaje y dio a cada uno de sus criados una tarea. Pero el dueño puede volver en cualquier momento. Y Jesús les recomienda:
-“¡Estén alerta!, pues no saben cuándo vendrá el dueño de la casa: si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer. No sea que venga inesperadamente y les encuentre dormidos.”
Vivir «alerta» es vivir atentos a la Palabra del Señor y ocupados en llevar adelante la misión de Jesús: transformar esta vida. Es como una llamada a vivir en libertad, llenos de esperanza, trabajando por la construcción de su Reino. "Velar", pues, es tener ojos para la luz, vivir con frutos de amor, de fe, de esperanza, cada uno en su tarea. Jesús nos pide eficiencia, responsabilidad, «calidad total»... Nos dice: «Sean perfectos como mi Padre celestial es perfecto»
¿Por qué debemos vivir alerta?
Porque estamos rodeados de enemigos y de distracciones.
Alerta está el centinela. En tiempo de guerra en el ejército romano, un guardia podía ser ejecutado por quedarse dormido durante su guardia, porque ponía en peligro la vida de todos los soldados. Un guardia dormido permite al enemigo romper las defensas y matar a todos.
Alerta está cualquiera, cuando hay malandros, secuestradores o delincuentes.
Alerta está el portero de fútbol. En un descuido le meten el gol. El portero puede salir demasiado, le echan la pelota por arriba, y el balón entra suave en la portería.
Vivimos en un mundo lleno de tentaciones y distracciones que matan el alma: alcohol, sexo ilícito, droga. La lista de tentaciones es infinita. Cuando sucumbimos a esas tentaciones, nosotros (y nuestras familias y amigos) sufrimos las consecuencias de nuestro pecado. Jesús nos advierte “Miren, velen”. ¡Ese es un buen consejo!
 ¿Hay otros pasajes en el Nuevo Testamento, en que se nos diga que hay que estar alerta?
 Sí. Aparece en varias parábolas: la de los talentos, la del administrador infiel (Lc 12,40-46), la de las diez damas de honor (Mt)...
San Pablo, en su carta a los Romanos (Rom 13, 11-14) nos dice: "Ya es hora de despertarse del sueño (...). La noche está avanzada, el día se echa encima. Despojémonos de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. Comportémonos como en pleno día, con dignidad: nada de comilonas y borracheras, nada de lujurias y desenfrenos, nada de rivalidades y envidias. Revístanse, más bien, del Señor Jesucristo". Y también en la carta a los de Tesalónica (1 Tes 5,4-11).
Hoy comenzamos el Adviento. ¿Qué es eso de Adviento?
Adviento significa ‘venida’, ‘llegada’. Viene del latín “advenire” = venir, llegar. Es el tiempo de prepararse a la venida del Niño Jesús. El Adviento dura cuatro semanas. Son cuatro semanas para preparar con mucho cuidado y cariño, un hogar para que nazca Emmanuel en lo más profundo de nuestras vidas. El Adviento se puede comparar a varias situaciones:
1) En el Adviento nuestro mundo, manchado con tanta guerra y sangre, comienza a convertirse en un mundo de esperanza más humano, más bello, más divino.
2) El Adviento es como una trompeta que despierta el corazón dormido y perezoso del cristiano, para que se levante y salga al encuentro del Señor, de Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”. Debemos velar para que los muchos ruidos del mundo, no eclipsen esta trompeta del Adviento.
3) En el Adviento nos preparamos a recibir la luz del mundo y a ser luz del mundo para disipar las tinieblas del pecado y hacer brillar allí el Evangelio.
4) El Adviento es como cuando uno se halla en una noche oscura, y comienza a ver que amanece. Es Jesús, la luz del mundo, el Príncipe de la luz.
5) Adviento es el tiempo de comenzar a actuar como Jesús, que viene a enseñarnos que todos somos hermanos, hijos de Dios. El Adviento es tiempo de espera.
6) Es lo que se llama un ‘kairós’, un tiempo especial de gracia, distinto del ‘Cronos’, que se puede medir (De ahí cronómetro, cronograma, cronología). Es un tiempo crucial o un momento decisivo – un punto central en la vida de una persona, en que, por ejemplo, todos te felicitan. Puede ser el día del cumpleaños, el día de la boda, el día en que te gradúas...
¿Cómo nos puede transformar el Adviento?
 Te cuento dos historias:
1) Había una vez uno de esos pintores que hacen retratos rápidos de las personas en la calle. Un día posó un borracho sucio, sin afeitar y con ropas malolientes. A pesar de su aspecto desastroso fingió gran dignidad. El pintor le dedicó más tiempo del normal y, cuando terminó, le presentó su retrato. - “Ese no soy yo”, dijo sorprendido el borracho, cuando se vio bien vestido y sonriendo en el retrato. Y el pintor le contestó: “Pero ése es el hombre que usted todavía puede llegar a ser”. (Jiménez, escolapio).

Dios es el pintor, y yo el pintado. Ése es nuestro reto. Al comenzar este tiempo de Adviento, en que preparamos la venida del Señor: Veo que todavía no estoy preparado para el retrato, porque soy prisionero de las mil trampas de este mundo. Me veo sucio, desilusionado, sin esperanza, sin amor. Busco soluciones a los problemas en el alcohol, la droga, el horóscopo, la santería o en nuevas aventuras. Pero Dios me dice: “Tú puedes cambiar, tú puedes llegar a ser otro”. Él me puede pintar, me puede transformar.
¿Cuál es la otra historia?
 2) Dios es como un alfarero, que con el barro hace objetos, cosas bellas. En realidad todos nosotros fuimos hechos por sus manos. Y Dios, el alfarero, me dice:
- “¿Quieres cambiar? ¿Quieres prepararte para mi venida? Ponte en mis manos, déjate modelar y yo te enseñaré lo que puedes llegar a ser”.
En algunas partes existe la buena costumbre de la corona de Adviento, que se tiene en la casa, en la oficina o en la iglesia. Está hecha de hojas verdes y de cuatro velas que se prenden una cada semana e indican que hay que estar vigilantes para el cambio profundo de la noche al día: "el pueblo que andaba en tinieblas vio una gran LUZ (Isaías). Ellas representan los nuevos tiempos: el velar, el quitar el miedo, el escuchar y el ser solidarios en el compartir.

Fuente:
http://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-alerta
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/582-dios-nos-espera.html
Ilustración: Gerhard Richter.

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