viernes, 29 de diciembre de 2017

FRENTE A 1958

De un insólito diálogo para diciembre de 1957
Luis Barragán

El descenso de la dictadura perezjimenista, finalmente estrepitoso, respondió a un complejo proceso político que, sorprendentemente, ahora no ostenta la obviedad ganada en otros tiempos.  Consabido, la crisis gubernamental que, en propiedad, fue la de unas Fuerzas Armadas que le sirvió de expreso soporte institucional, interiormente conmocionada, expresando las realidades sociales y económicas que se empinaban a pesar de las amables apariencias, dispensó un interesante abanico de posibilidades, rápidamente esfumadas. 

La sucesión presidencial, clave y drama del momento, pudo recalar en la concertación y celebración de unos comicios libres para el período constitucional  1958-1963, quizá motivo iluso de las diligencias realizadas por José Giaccopini Zárraga, negociador tardío tras el infructuoso alzamiento del primero de enero de 1958. Los escenarios contrafactuales del caso, pudieron reportar el concurso de algunas parcialidades del sector opositor, ciertamente deprimido en medio de la bulliciosa propaganda oficial que clamaba por la prosperidad alcanzada.

Reivindicando el debate político que la actual centuria desconoce, por su responsable asunción, sobriedad y profundidad,  Luis Herrera Campíns, en el exilio, propuso también lo que denominó el “diálogo insólito” de los representantes de COPEI, AD y URD con emisarios autorizados de la dictadura para procurar una “salida decente a la encrucijada de 1958”, siendo el voto la “única arma que ha derrotado a la dictadura”.  Añadía “la posibilidad de un golpe militar es un temor constante de la dictadura, que lo teme tanto como ciertos sectores oposicionistas consideran inevitable un nuevo golpe del General Pérez Jiménez”. No obstante,  estuvo consciente del “día en que un cuartel de Caracas o Maracay se alce con la determinación de pelear,  ese día se desplomará la dictadura por inhibición de sus sostenedores” (*).

Ventiladas las otras alternativas, los hechos se impusieron con una firme y consecuente respuesta de la unidad opositora de entonces y, lejos de acampar en el eventual y provechoso contacto con los citados emisarios que, cierto, no se atrevieron siquiera a sugerir alguna prebenda personal, ocurrió lo que todo el mundo sabe. Dentro y fuera del país, en la cárcel o en la clandestinidad,  pendiendo del escaso espacio de maniobra disponible, el dirigente opositor, se abrió paso en el generoso el camino de la articulación para una transición exitosa.

Distantes las necesarias y objetivas condiciones para un diálogo que, en consecuencia, hubiese sido infértil, regresivo e incomprensible,  tampoco, por muy navideño que fuese el período, nadie esgrimió el pretexto y motivo para vacacionar. El dirigente político promedio de entonces, sabía con exactitud de la gravedad de las circunstancias y, lejos de todo lance narcisista, asumió y cumplió cabalmente con su deber histórico.

(*) Herrera-Campíns, Luis (1957) “Frente a 1958 (Material de discusión política electoral venezolana)”, Ediciones Hercamdi, Roma, 1957: 41  s., 59, 60. Años más tarde, en un ensayo conmemorativo, soslayó una particular alusión al diálogo, pues, el  momento no lo requería; cfr. Herrera Campíns, Luis (1978) “Transición política”, en: AA.VV. “1958. Transición de la dictadura a la democracia en Venezuela”, Editorial Ariel, Barcelona: 83-157. El referido documento de 1957, fue auspiciado por el Triángulo de Información Europa Las Américas (TIELA), boletín informativo promovido por el exilio socialcristiano; vid.  Colménarez M., Néstor E. (1998) “TIELA. Testimonio de lucha”,  Universidad de Carabobo, Valencia.

Reproducción: "- 'Mire padre -, parece decirle el Tte. Cnel. Marcos Pérez Jiménez, Jef (SIC) del Estado Mayor, al padre Verde -, Ud., le pone un poquito de de esta picante guasacaca a un pedazo de hallaquita, y verá que es un manjar para los dioses'. El aludido no se deja convencer y sigue la conversación. Este es uno de los instantes captados por nuestro fotógrafo Flores en el 'Bautizo' del libro de Andrés E. Blanco, en cuyo motivo una apetitosa ternera hizo las delicias de los asistentes". Se trató del libro "Vargas, el albacea de la angustia". Últimas Noticias, Caracas, 11/01/1948.

30/12/2017:

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