domingo, 19 de febrero de 2017

CUADERNO DE BITÁCORA


El martes 14 de los corrientes, tuvimos en VENTE un interesante intercambio con Aníbal Romero, domiciliado por varios años en Londres. De la sorpresa en la guerra y en la política, derivamos obviamente a otros asuntos de interés. Y, en lo personal, fue un grato reencuentro.

Aníbal fue un autor ineludible y polémico, entre las décadas de los ochenta y noventa. Publicaba infatigablemente y de hecho, dijo que llegó una época en la que escribía hasta seis artículos de prensa semanales, además de sus libros. Lo leímos desde una temprana edad y, con él, accedimos a una comprensión de la guerra y de la política que no teníamos. Una editorial tan prestigiosa, como Tecnos, lo publicaba impecablemente. Coincidíamos y discrepábamos en el terreno político, en claro desacuerdo con cierta campaña de descalificación que prosperó en su contra al editar el resultado de un seminario sobre seguridad y defensa, con el selo de la USB.  LLegó una estupenda oportunidad de laborar con él, por varios meses, gracias a Fernando Spiritto. Y, realmente, fueron meses de un aprendizaje extraordinario, disciplinándonos en la reflexión con su lucidez, formación académica, perspectiva que siempre se desea equilibrada, convicciones muy arraigadas.

  Junto a María Sol Pérez Schael, con él llegamos a un fértil terreno de las ideas que antes eran lejanas,  ayudándonos a una mejor perspectiva sobre el país. Muchísimos años después, nos reencontramos personalmente, pues, hubo un intercambio digital a mediados de la década anterior, mediante el cual nos orientó un poco más sobre la ciberguerra.

Dos notas finales: por una parte, según el Tweed, para Carlos Raúl Hernández hay que quedarse tranquilos y no provocar al monstruo miraflorino. Y, por otra, ha faltado tiempo y una más veloz conexión doméstica que, por cierto, es irregular,  para actualizar el blog, el Facebook, etc.

Hay posturas francamente absurdas. Se trata de líderes de opinión. Pero ...


LB

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