Fiesta para un país en duelo
Luis Barragán
La celebración aniversaria del 4-F, soportada por los recursos materiales y simbólicos del Estado, la hicieron los superprivilegiados del poder. Disfrutaron con la remembranza de un baño de sangre que, por alguna dislocación psicológica, deviene hazaña gloriosa.
Incluso, el cinismo de la dirigencia oficialista encaja adecuadamente en la reflexión que hizo Hannah Arendt, a propósito de Adolf Eichmann. Perdiendo la noción de las realidades, juegan con la desesperación de sus propios seguidores, banalizando todo lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá.
El gobernador del estado Bolívar declara que hoy se vive mejor que antes, mientras el de Táchira admite que todo lo que acontece se le debe a Chávez Frías. Nunca antes Venezuela había soportado tanta hambre y enfermedades, pues, por terribles que fuesen las guerras independentistas y federales, no afectaron completamente a todo el territorio nacional, como ahora está en quiebra la cría y la agricultura, alcanzando tasas de muertes prematuras y violentas anuales claramente inaceptables.
Emparrandado el gobierno por el aniversario, contrastando con un país en duelo, quemando las divisas que monopoliza, la situación nacional empeora galopantemente. Bastará con apreciar el monitoreo nutricional que ha publicado Cáritas sobre cuatro entidades territoriales, afectando dramáticamente a la población infantil, elaborado con objetividad y equilibrio, revelando la metodología empleada, para constatar lo muy lejos que ha llegado un gobierno sostenido por la represión y la censura.
Nadie, en su sano juicio, puede recrearse con un aniversario de tormentos. Caso clínico, los gobernantes de hoy requerirán de un tratamiento especializado para que reencuentren algún día el rumbo de la vida misma.
06/02/2017:
http://www.radiowebinformativa.com/opinion/fiesta-para-un-pais-en-duelo-luisbarraganj/
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