viernes, 12 de agosto de 2016

PALADAR

Del relativo contrasentido
Luis Barragán


Adscrito a otra comisión de trabajo, por amable invitación del presidente de la Comisión Permanente de Cultura, diputado Freddy Paz, asistimos a su sesión próxima pasada. El motivo de nuestra visita se debía al reconocimiento que la Comisión le hizo a un insigne trabajador, recientemente jubilado, pero tuvimos también la fortuna de testificar dos puntos adicionales de la agenda de gran interés.

En orden sucesivo, por una parte, acudió el ex – parlametantario Walter Márquez para exponer la necesidad de legislar respecto a los cronistas, acompañado por una calificada representación.  Ciertamente, el  cronista de nuestras localidades ha perdido no sólo el peso y la consideración que por siempre – antes – mereció, sino peligra la propia memoria histórica de todo un país, sin que ello contradiga la urgencia impuesta por la  actualísima tragedia de la (auto) censura y del bloqueo informativo gubernamentales.

Por otra, escuchamos con atención a las representantes de la Asociación Culinaria de Venezuela, Grisell Hernández y Marichef Gil, quienes plantearon la necesidad y posibilidad de validar académicamente a los profesionales del ramo. Por cierto, tres años atrás, infructuosamente planteamos la inclusión de la gastronomía en la Ley Orgánica de Cultura, a sabiendas de su importancia para la reindustrialización cultural del país.

Por las razones harto conocidas, ambas hicieron el sacrificio de ejemplificarnos sobre las generosas promesas de la cocina venezolana, permitiéndonos degustar sendos postres, como los llamados “Negro en camisa”, “María Luisa” y “Juan Sabroso”, realizados con frutos, tubérculos, cacao, mermelada de guayaba, puré de batata y leche de coco venezolanos.  Degustamos y celebramos las modestas porciones, las que apuntan al país que cuenta con extraordinarios recursos y oportunidades para solventar una crisis que nos ha llevado a la hambruna – la literal y prolongada hambruna – que nos atormenta por la tozudez del régimen que, por cierto,  dibujó la paradójica escena asamblearia.

Finalmente, la Comisión aprobó un Acuerdo alusivo a Agapito Hernández, quien ya goza de su justa jubilación, presumiendo una contradicción, porque él ha sido un convencido partidario del gobierno y compartimos tareas, esfuerzos y discusiones con motivo de la citada ley en años anteriores. Por fuertes – aunque respetuosas – que fuesen sus posturas, la sola presencia del otrora diputado y presidente de la Comisión, Miguel Angel Rodríguez, la del diputado Paz y la nuestra en el homenaje, quienes por entonces  confrontamos al gobierno que no era precisamente esa suma de debilidades de ahora,  constituyó una señal poderosa de lo que deseamos para todo el país: el reconocimiento del otro y de los otros, la tolerancia, el respeto y el afecto por encima de las diferencias.

Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/27245-del-relativo-contrasentido

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