Lumpenmilitariat
“La urgencia es la de una Fuerza
Armada institucional, profesional y especializada”, aseveró el diputado
opositor Luis Barragán.
“Bajo este régimen, la institución castrense
se ha desnaturalizado, obligada la oposición responsable y democrática a
reivindicar el artículo 328 constitucional sobre el cual, por cierto, no abundó
lo suficiente el constituyente que ahora – paradójicamente – es el que violenta
la Carta de 1999. Por entonces, hubo el
reconocimiento al sufragio militar, pero el país se reconoció en una tradición
de varias décadas, efectivamente
asentada por la Constitución de 1961, en el sentido de negarle toda militancia
política y de sujeción a persona o parcialidad partidista alguna,
comprendiéndola al servicio exclusivo de la Nación”.
Agregó el diputado Barragán: “El
parlamento es un ámbito natural y
apropiado para asumir las relaciones
civiles – militares en Venezuela con la corrección necesaria que no, la tal
alianza cívico-militar, la que hará de
la desnaturalización el camino inevitable para su descomposición y
desaparición. El control civil del poder militar significa que éste recupere su
exclusiva atención sobre el sector defensa, transparentándolo, en el marco de
la corresponsabilidad con la sociedad civil en los asuntos de seguridad y
defensa de la nación. Así como Maduro Moros es el jefe de la política exterior
que no impide el seguimiento y la evaluación de los diputados en la materia, la
condición o carácter de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada – que no, grado
militar - tampoco impide el seguimiento
y evaluación de la política militar como política pública y de a misma
corporación armada”.
“Decía Paulo VI en la encíclica
Populorum Progressio que no se combate
el mal al precio de un mal mayor. El remedio está resultando peor que la
enfermedad, pues, al asumir las responsabilidades de la Misión Abastecimiento y
fracasar, siendo deliberado el propósito gubernamental, a la desnaturalización y descomposición se
une el saldo lamentable del la desnutrición galopante de la población, aquejada
por el desabastecimiento y la escasez. Lucen obvias dos circunstancias: el
régimen de Maduro Moros constituye una vulnerabilidad en términos de seguridad
y defensa de la nación y, con el revocatorio que está pendiente, existe la
posibilidad y la oportunidad para cambiar el modelo y la estrategia económica
de un socialismo que genera hambruna y enfermedades, indigestos sus prohombres
de petrodolares”.
Finalmente, acotó el parlamentario de
Vente Venezuela: “No se combate un mal con el propio mal generado. Urgimos de
una Fuerza Armada convincentemente profesional y especializada, dedicada a sus
quehaceres específicos, pues, de lo contrario, el lumpemilitariat acabará con
ella misma”.
Diputado Luis Barragán asegura que la
Fuerza Armada se ha desnaturalizado
El parlamentario señala que la
Asamblea es un ámbito apropiado para asumir las relaciones civiles – militares. El coordinador de la fracción
parlamentaria de Vente Venezuela afirma que “el control civil del poder militar
significa que éste recupere su exclusiva atención sobre el sector defensa”
(Caracas. 24/08/2016) “Bajo este
régimen, la Fuerza Armada Nacional [FAN] se ha desnaturalizado, lo que ha
obligado a la oposición responsable y democrática a reivindicar el artículo 328
constitucional”, así lo señaló el diputado de Vente Venezuela, Luis Barragán.
Destacó que el poder civil debe tomar
las riendas de la institución castrense para que esta vuelva a encaminar su
exclusiva atención en la defensa y seguridad de la nación.
“El control civil del poder militar
significa que éste recupere su exclusiva atención sobre el sector defensa,
transparentándolo, en el marco de la corresponsabilidad con la sociedad civil
en los asuntos de seguridad y defensa de la nación”, enfatizó.
El parlamentario del estado Aragua por
el partido azul recordó que fue bajo este régimen que “hubo el reconocimiento
al sufragio militar, pero el país se reconoció en una tradición de varias
décadas, efectivamente asentada por la Constitución de 1961, en el sentido de
negarle toda militancia política y de sujeción a persona o parcialidad
partidista alguna, comprendiéndola al servicio exclusivo de la Nación”.
Agregó que “el parlamento es un ámbito
natural y apropiado para asumir las relaciones civiles – militares en
Venezuela, y no la tal alianza ‘cívico-militar’
que hará de la desnaturalización el camino inevitable para su
descomposición y desaparición de la institución militar”.
Finalmente, acotó que “no se combate
un mal con el propio mal generado. Urgimos de una Fuerza Armada
convincentemente profesional y especializada, dedicada a sus quehaceres
específicos, pues, de lo contrario, el lumpemilitariat acabará con ella misma”.
24/04/2016:
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