domingo, 22 de junio de 2014

DESPRENDIMIENTO

¿Sofía da Estructura?
Luis Barragán


Extrañamos la polémica sostenida, sobria y fundada que alguna vez ostentamos, convertida en escuela inevitable del ejercicio democrático.  Nos permitía coincidir y discrepar del polemista, constituyendo un riesgo moralmente inaceptable el de descalificarlo en términos personales o el de propinarle una arenga tan simple como procaz.

Sofía Imber aportó inmensamente al periodismo político, como antes lo había hecho con el estrictamente cultural.  Agitando las aguas,  fijando posturas, exigía y lograba mucho de sus entrevistados, como pocos ahora lo logran.

Más temprano que tarde, la historia reivindicará su gran obra: el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, sus extensiones, la ordenadísima biblioteca que también abrió sus puertas a una juventud que podía hallar y llevarse – hasta gratuitamente – el formidable material didáctico que requería, por no mencionar las sonadísimas e innovadoras exposiciones que despertaban la curiosidad de amplísimos sectores sociales. Además, marcó pautas en la institución, como semejantemente ocurría en PDVSA o el Metro de Caracas, comprobando la feliz posibilidad del  desarrollo gerencial en las entrañas del Estado, acentuando el profesionalismo y la especialización.

Recientemente, ha donado su biblioteca a la UCAB: 14 mil piezas que hablan de más de medio siglo de interés, paciencia, constancia, vigilia, preocupación, alcanzan una extraordinaria síntesis: la del desprendimiento. Y, valga acotar, ha cumplido con un requisito indispensable: entregar tan vasta colección a una entidad acreditada y confiable, cuya responsabilidad se agiganta.

Coincidiendo en la reunión cumpleañera de una familia amiga, un estudiante de ingeniería en la citada universidad nos reseñó un poco la noticia. “¿Sofía da Estructura?”, fue una de las inquietudes que lanzó el compañero de clases, en medio del alborotado receso.

Las nuevas generaciones escasamente saben de Sofía, al igual que no conciben – creyéndonos por siempre desabastecidos – un anaquel repleto de los más variados productos y marcas. Una persona antes tan conocida, pareciera hoy sumergida en el masivo anonimato. Empero, hay un fortísimo motivo para ello.

En década y media, el régimen ha quebrado nuestras continuidades tras el diseño de una rutina pública que sus prohombres intentan monopolizar.  Remotamente, fuesen de izquierda o de derecha,  hubo personas que, de un modo u otro, se integraban a la cotidianidad para crecer con ellas, con el paso de los años,  pero – paulatina e inadvertidamente – la gruesa maquinaria propagandística y publicitaria oficial ha creado artificiosamente un elenco de protagonistas, reemplazándolas: siempre hubo carencias, incluyendo la vivacidad y variedad del talento que exclusivamente aflora de la actual dirección del Estado.

Un vacío premeditado que esa dirección solo llena, por lo que se entiende que, al acatar una decisión presidencial que nos participa de su descubrimiento y existencia,  repentinamente la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional rinde homenaje a Armando Reverón, desde una – por decir lo menos – particular perspectiva. O, sencillamente, ni siquiera nombra a aquellos que construyeron este país en el último siglo, despareciendo como una vez ocurrió con Carlos Franqui de la fotografía que lo exhibía al lado de Fidel Castro.

Desnaturalizándola, la idea reside en una polémica efímera, nerviosa e improvisada, preñada de mudeces. Sobrevive el estridente devoto del gobierno, disparador de insultos a todo opositor y disidente: la biblioteca que ha donado Sofía Imber es una magnífica trinchera para combatir el olvido.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2014/06/sofia-da-estructura/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1039888
Reproducción: Momento, Caracas, 1968.

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