viernes, 26 de mayo de 2017

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María Corina y la autopista

Luis Barragán

El tiempo le ha concedido la razón, como la tuvo en 2014. Era, es y será necesario tomar las calles para encauzar la legítima y pacífica protesta venezolana que nos conduzca a una efectiva transición democrática, plenamente reconocidas la crisis humanitaria y la dictadura que padecemos y sobre las cuales ella nos había alertado con antelación.

Algunos creyeron una intemperancia de la resuelta decisión de tomar las autopistas del país, fundamentalmente las que tejen a la ciudad capital, formidable   teatro de la indignación ciudadana. Simplemente, las calles y avenidas resultarían demasiado estrechas para exponer toda la multitudinaria, pacífica y constitucional protesta que las desbordarían, como en efecto ocurrió, por lo que las largas y anchas autopistas serían el mejor lugar para darle un vivo e inequívoco testimonio al mundo de una corajuda y gigantesca concurrencia convocada boca a boca, byte por byte, sin medios públicos de transporte, cortada la comunicación entre el este y el muy temido oeste de Caracas, sin campaña alguna de publicidad por radio y televisión, teniendo al Estado listo para todo sabotaje.

Una y otra vez, hemos llenado las autopistas chamusqueadas por los disparos de algo más que los artefactos lacrimógenos, cercados por tanquetas y observados, como también bombardeados, desde los heilicópteros. Una superlativa movilización ciudadana que ha obligado a responder a la dirigencia partidista, convertida la oposición venezolana en una irrefutable referencia universal que demanda una pacífica transición democrática.

Recordamos, meses atrás tuvimos que defender a María Corina Machado en la entrevista que nos realizara la emisora televisiva de la Asamblea Nacional, porque proponía el empleo de las autopistas para el mejor testimonio de un pueblo en su ascenso ciudadano. E, incluso, nos colmó de rabia que, desde Miami, un periodista tarifado la atacase tan injustamente, meses más acá, por la propuesta.

En la reciente marcha a la altura de Los Ruíces, acompañando a los profesores de la USB, repentinamente distinguimos a Kiko Bautista, en medio de la autopista, creyendo que le daríamos la mano en un gesto regocijado de saludo. Quedó tan sorprendido como el profesor Luis Alberto Buttó, con quien el suscrito conversaba al caminar: “!Y tú que te quejabas de María Corina y estás aquí en la autopista!”, atinamos en decir con firmeza. Y lo hicimos espontáneamente frente al enmedecido que apuntamos con un dedo acusador. Por cierto, tan espontáneo que no se nos ocurrió tomar un video del minúsculo episodio.

22/05/2017:

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