Memoria y soberanía
Luis Barragán
A principios de la semana pasada, la Secretaría General de la ONU anunció la designación del señor @DagNylander como mediador para la controversia entre Venezuela y Guyana, por lo que nos permitimos escribirle, al igual que al señor @antonioguterres, con respeto, cordialidad y también prudencia, conscientes de nuestra responsabilidad parlarmentaria. Décadas atrás, hubiese tardado demasiado la llegada e impresión del cablegrama de las agencias internacionales de noticias, pero hoy vuela la información y el intercambio necesario de pareceres, como ha ocurrido con el hallazgo tempranero del citado nombramiento por Mi Mapa Conoce El Esequibo, una entidad especializada de la sociedad civil que no reparó en el asueto carnestolendo para cumplir con el desprendido seguimiento de la controversia aun en los medios guyaneses.
Naturalmente, fijamos una posición inicial al declarar en los medios noticiosos venezolanos, aunque también tomamos nota de algunas reacciones que suscitó en las restantes redes sociales. Entre las más significativas, una actualizó la convicción de una definitiva pérdida territorial diluida entre las urgencias marcadas por la crisis humanitaria que padecemos; otra, cuestionó la indolencia de los partidos de oposición frente al caso; y, la más cínica, se atrevió a la exaltación de la defensa que ha hecho Maduro Moros del Esequibo, sobradamente perspicaz ante el imperialismo que lo asedia ferozmente mediante una güarimba tan versátil y sostenida, como generalizada.
Preocupante perspectiva, la resignada pérdida de un territorio que, se dice tan desventuradamente, nunca tuvimos, retrata el radical ambiente de conformidad por el que, en este u otros ámbitos, lucha denodadamente un régimen que ha hecho de la guerra psicológica su mejor herramienta. Larga y pacientemente, nuestro país ha reclamado el territorio esequibano y, quizá por aquello de la peor diligencia es la que no se hace, insistimos en recuperar el sentido de una estrategia antes exitosa, desplegada como Política de Estado, resistiéndonos a la fácil rendición que desea el gobierno: siendo el mismo, en todo el siglo XXI, nos desea ganados por una burda habilidad de supervivencia que, al negar la libertad y el pan, cada vez más delimitará los espacios comunes de actuación ciudadana.
Sectores de la oposición, incluyendo un viaje al territorio esequibano y tres proyectos de leyes alusivas, ofrecen un sostenido testimonio de preocupación por la materia, lo cual no significa el abandono de otras y más urgidas tareas, ya que existe – digamos – una cierta, explícita o implícita, especialización, del trabajo político. Al vigente esfuerzo de las organizaciones voluntarias de la sociedad civil que no abandonan el caso, está también el interés de los partidos, unos más que otros, ciertamente, que tampoco merecen una crítica huera e indiscriminada, la que no tardará además en llegar a las mismas entidades sociales, abonando al retroceso marcado por la antipolítica y sus terribles simplificaciones, simplicidades y maniqueísmos.
Temerariamente, los agentes del gobierno que pugnan por encabezar los índices de popularidad digital, tratando de aguijonear la ingenua espontaneidad de sus partidarios, intentan victimizar a Maduro Moros, soslayando sus responsabilidades en la triunfal estrategia adelantada por la vecina Guyana. Suele ocurrir, con la masiva incursión de sus caracteres, convertido el ciberespacio en el escenario menos riesgoso, los tecladistas del oficialismo procuran desviar la atención hacia las más insólitas maldades del imperialismo y sus lacayos, aunque no logran ni lograrán torcer el curso insobornable de una realidad que, tarde o temprano, pasa puntualmente la factura.
Acotemos, nuestras posturas en relación a la histórica controversia esequibana, no surgen de una pasajera e inspirada ocurrencia de oportunidad, porque – entendiendo su gravedad – intentamos profundizar en su estudio, intercambiando con los especialistas que hacen vida académica o activan en las organizaciones ciudadanas de un acreditado reconocimiento. Por ello, celebramos la más reciente circulación del libro “La cuestión Esequibo: Memoria y soberanía”, coordinado por los doctores Luis Alberto Buttó, José Alberto Olivar y Claudio Briceño Monzón, bajo el sello de la Universidad Metropolitana y con el aval de las universidades de Los Andes y Simón Bolívar, prontamente a presentarse en la Asamblea Nacional.
Quince trabajos severamente arbitrados, exponen otras y muy necesarias perspectivas de actualización para un problema que está encontrando nuevamente eco en el parlamento. Lejos de improvisar una respuesta, estamos llamados a sopesar las peligrosas circunstancias que lo agravan y, sencillamente acertar, pues, apenas, quedan diez meses para que el Secretario General de la ONU remita el asunto a la Corte Internacional de Justicia, de no acordarse Venezuela y Guyana, aunque la actual canciller exhiba una pasmosa y sospechosa tranquilidad.
06/03/2017:
http://www.noticierodigital.com/2017/03/luis-barragan-memoria-y-soberania/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=62116
http://actualidadvenezuela.org/2017/03/06/luis-barragan-memoria-y-soberania/
http://www.envenezuela1.com/content/blog/nd-luis-barrag%C3%A1n-memoria-y-soberan%C3%ADa
http://venezuela.shafaqna.com/ES/VE/736503
http://www.scoopnest.com/es/user/NoticiasVenezue/838668221175693312
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