CIUDAD CARACAS, 01 de Octubre de 2012
Plan de Primero Justicia es que desaparezcan los otros partidos opositores
ENTREVISTA
ALDO CERMEÑO/ DISIDENTE OPOSITOR
Basta ver los videos suyos que están en Youtube para comprender que al tomar la decisión de apoyar al presidente Hugo Chávez, usted está renegando de muchas, muchísimas palabras. ¿Cómo se siente al respecto?
–¡Muy bien!, me siento tranquilo conmigo mismo y mi conciencia porque es una decisión que medité, reflexioné, maduré desde hace bastante tiempo. Tomé esta decisión porque uno no puede callar eternamente. Había estado en desacuerdo con muchas de las líneas y de las acciones que se habían tomado en el llamado mundo democrático (la oposición) a lo largo de todos estos años. Por ejemplo, fue un grave error convertir en un golpe de Estado lo que había sido una hermosísima manifestación popular, en abril de 2002. Así se botó una oportunidad extraordinaria. En 24 horas hicieron todas las barbaridades del mundo, las que le criticaban a Chávez y muchas más. Tampoco estuve de acuerdo con el paro indefinido, al que fuimos arrastrados por gente que profesa la antipolítica. Al final pagaron los platos rotos los trabajadores petroleros y la industria misma y, por lo tanto, el país. ¿Uno tiene que callar todo eso, por solidaridades? ¡Ya está bueno!
–Sin embargo, usted continuó en la oposición hasta ahora…
–Bueno, sigo contando los hechos con los que no estuve de acuerdo y que se fueron acumulando. Por ejemplo, cantar fraude en el referendo revocatorio, cuando quince días antes ya sabíamos que Chávez lo ganaría. Eso llevó a la gente al camino de la decepción, la frustración. Luego, fui candidato a diputado en 2005 e iba a ganar mi circuito, en Coro, pero apenas unos días antes de las elecciones nos mandaron a renunciar. A partir de allí comencé a tomar distancia. El año pasado hubo un acto de Capriles en Paraguaná donde los partidos políticos fuimos maltratados por su mensaje. En ese acto lo único que faltó fue que gritaran (sobre los partidos tradicionales) “¡no volverán!” En una reunión posterior le dije a Capriles que me preocupaba ese mensaje y le recordé que él había sido diputado en 1998 por Copei, mi partido, y que era absurdo que se hiciera pasar por nuevo y nos llamara a nosotros cuartorrepublicanos. Le advertí que ese discurso le quedaba bien a Chávez, pero no a él, y le dije que alguien que no reconoce su propia historia no puede ser presidente.
–¿Por qué cree usted que actúa de ese modo?
–Porque como ellos son unos muchachos menores de 40 años todos, piensan que si pierden con Chávez en un resultado apretado, lo que ocurrirá es que desaparecerán todos los demás partidos opositores y solo quedarán ellos. Si esa es la tesis central, no me vengan a decir que les interesa Venezuela. A mí no me van a apuñalar de esa forma.
–¿Qué aspira en términos personales?
–Aspiro a que Chávez rectifique errores en su nueva gestión, que sea un gobierno para reconciliar al país. El discurso que dio en Maturín debería ser la línea maestra del final de la campaña y del nuevo período. Le pido al Todopoderoso que nos ilumine para que se construya un gobierno de reconciliación nacional, para que el Presidente decrete una amnistía general que beneficie no solo a los presos políticos, sino a otros que no son políticos, pero que están presos sin haber cometido delitos…
–¿Como quiénes, por ejemplo?
–No quiero decir nombres ahora para no generar suspicacias, prefiero dejarlo para decírselo al Presidente si tengo la oportunidad de conversar con él, aunque sea después de las elecciones.
–En su decisión, ¿cuál fue la gota que rebosó el vaso?
–Hace apenas unos días, uno de los jefes de Copei en Falcón me contó lo que ha venido pasando estos tres meses en el estado. Me dijo que estos tipos (se refiere a Primero Justicia) están comprando gente. A Copei le compraron dirigentes en Cumarebo, Coro, Carirubana, Buchivacoa… Si ese es el juego ahorita, ¿me van a decir que están pensando en el bien del país?
–¿Cómo los “compran”?
–A algunos con cargos y a otros ofreciéndoles cositas, beneficios… Esa fue la gotica que me indignó.
–¿Con quién compartió la decisión antes de hacerla pública?
–Les dije al presidente y al vicepresidente de Copei que había tomado una decisión irrevocable, a cualquier consecuencia: voy a respaldar a Hugo Rafael Chávez Frías porque prefiero el original a la fotocopia.
–¿Es cierto que lo influenció David De Lima?
–David y yo fuimos compañeros en un bufete, pero ahora yo estoy en otro. Lo estimo, es un tipo inmaculado, se lo digo en especial a los que han venido hablando estupideces de él. A veces hemos pasado las de Caín. Sí me llamó hace unas semanas, pero para otra cosa: me pidió que convocara a mis amigos Eduardo Fernández y Miguel Quintero para conversar con ellos acerca de la necesidad de que un grupo de dirigentes sensatos de la oposición, si gana Chávez, como todo parece indicarlo, salgan a reconocerle su victoria.
–Ideológicamente, ¿puede apoyar a Chávez?
–Yo creo en muchas de las cosas que él propone: en la autogestión, la cogestión, la propiedad comunitaria. Siempre he creído en eso, pues pertenecí al grupo socialcristiano que lideró Abdón Vivas Terán.
–¿Tiene alguna aspiración personal?
–Que Chávez gane y que dé un viraje. Con eso me sentiría realizado. Ahora, a nadie le disgusta un dulce, si él, después de oírme, me dice: “Me gustaría que me ayudaras en esto o en aquello, aquí o allá”, lo haría porque a pesar de mis 65 años, tengo las energías completicas. Puedo aguantar seis tranquilamente.
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Ya tumbaron la talanquera
El abogado Aldo Cermeño nació en Barinas, pero desde los 11 años está en Falcón. Fue el primer gobernador electo de ese estado, en 1989, y reelecto en 1992. Antes había ejercido el cargo en 1982 por designación del presidente Luis Herrera Campíns. Fue tres veces diputado al Congreso y también secretario de Organización y subsecretario general de Copei, cuyos directivos dicen ahora que si lo han visto, no se acuerdan.
Fue precandidato a la gobernación en las primarias opositoras de febrero, en las que resultó ganador Gregorio Graterol, un ex colaborador suyo que ahora está en Primero Justicia.
Tras apearse del autobús de Henrique Capriles, sus teléfonos han repicado cerca de dos mil veces, entre llamadas y mensajes de texto. “Muchos son grotescos, denigrantes… no voy a entrar en ese terreno. Otros traen críticas respetuosas; y otros me felicitan y dicen que están conmigo”.
Sí le respondió a Eduardo Semtei, quien dijo que a Cermeño lo habían visto salir con tres bolsas del banco Bicentenario. “Le contesté que no soy tan bolsa, como para salir de un banco con una bolsa”, comentó.
Lo de que saltó la talanquera se lo toma a chanza: “Después de que pasaron los gordos David De Lima y Hermann Escarrá, ya no queda talanquera, la tumbaron, ja, ja”.
Entre las dos mil llamadas hubo una que prefirió no contestar: la de monseñor Roberto Luckert, un furibundo opositor de lengua nada piadosa. “¡No, qué va! –suspiró Cermeño–. Mejor dejo pasar unos días”.
CLODOVALDO HERNÁNDEZ
ESPECIAL PARA CIUDAD CCS
FOTO AMÉRICO MORILLO/CIUDAD CCS
Nota LB: No pensamos en colocar más nada en torno al caso AC. E, incluso, al comunicarnos con el actual secretario general nacional de COPEI, la dirección formal derivada de una decisión del TSJ, le exigimos una respuesta inequívoca, contundente y clarificadora que no vimos por ningún lado de esa dirección. Sin embargo, estas declaraciones publicadas por un periódico oficialista, aumenta nuestro asombro. Se declaró perteneciente al grupo de Abdón Vivas Terán en el seno de la Democracia Cristiana Venezolana. Increíble. Esta mañana lo comenté con el propio Abdón. Y es que si algún día importa explicar las complejas vicisitudes interiores de COPEI, más allá del célebre y largo reportaje que dedicó Dinorah Carnevalli a sus tempestades ideológicas, con todas sus contradicciones y amarguras, propias del oficio político, tenderá a reivindicarse lo que denominamos la Avanzada Social. No sólo fue una advertencia de la historia, la denuncia concreta de las realidades y su explicación en la instancia partidista, sino magnífica portadora de un mensaje, de principios y valores. Una dificilísima travesía en el seno de COPEI, para que - ahora - malversando la historia, presentándose como un ¿adalid? de la AS, AC se escude en una experiencia que le fue ajena, pues, entendemos que su pasantía se redujo a los tiempos de la universidad. Cosas que se ven, Sancho.
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