domingo, 21 de enero de 2018

SISTEMA PERVERTIDO: DEFENSOR Y ACUSADOR A LA VEZ

Tragedia y necedad
Luis Barragán

Lo más importante de la tragedia es la tragedia misma, por más que la dictadura trate de ocultarla. Y ni siquiera eso, pues, ella misma se ha interesado en su difusión para escarmentar a quienes le hagan aún la más tibia oposición.

Violentando las más elementales normas constitucionales y legales, el mundo entero ha presenciado con perplejidad y repudio lo acontecido. Remitiéndonos a los juicios de Nuremberg, lo acecido – lo inéditamente acaecido en Venezuela -  retrata muy bien la íntima naturaleza de una dictadura que, apenas, goza de la aquiescencia de los pocos que logra tarifar.

Por más descarada que sea, como lo es, intentará atenuar ese repudio universal y, sin ambages, desarrollará una campaña psicológica de mayor contaminación tratando de dividir a la ciudadanía que ya no cabe de tanta indignación.  Buscará matices, confusiones y falsedades para sembrar, hincándolas lo más profundo que pueda, las dudas.

Será y, ya lo es, una necedad disertar sobre la autenticidad de los actos de Oscar Pérez y los otros venezolanos que finalmente ofrendaron sus vidas en una lucha tan desigual. Cayendo en la trampa, los habrá unos más expertos en la biografía de los mártires que otros, pugnando por imponer un criterio y, además, a falta de argumentos, como asombrosamente ya vemos, acusarán a los llamados incorrectamente abstencionistas de los eventos de El Junquito y del fracaso monumental de República Dominica.

Lo evidente, esencial y aleccionador es que, por más que nos rindamos los venezolanos, el régimen nos facturará por el sólo hecho de existir y de estorbarle, con nuestra hambruna y miseria.  Por cierto,  delatando una circunstancia demasiado novedosa: no podemos contar con el Defensor del Pueblo que, a su vez, es el Fiscal General de la Dictadura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario