sábado, 24 de julio de 2010

Moronta


EL NACIONAL - Lunes 19 de Julio de 2010 Nación/2
ENTREVISTA Mario Moronta defiende la postura política de la Iglesia, mas no la partidista
"El caso de los alimentos debe sancionarse con los criterios de ley"
El monseñor destacó la importancia de la contraloría, al consultársele sobre el escándalo de Pdval.
Admite que la última responsabilidad en un Estado es la del Presidente
ELEONORA DELGADO


Monseñor Mario Moronta es un hombre de fe. Tiene años hablando de la necesidad de diálogo en el país y, aunque la polarización más bien se ha acentuado, sigue ofreciéndose para servir de puente entre los sectores que difieren. En 2007 planteó en una carta pastoral la conveniencia de discutir sobre el socialismo del siglo XXI, lo que para muchos confirmó su inclinación al chavismo.

Recientemente, el obispo de la Diócesis de San Cristóbal ocupó titulares en la prensa nacional e internacional no sólo porque el presidente Hugo Chávez dijo que lo prefería para ocupar el puesto del cardenal Jorge Urosa Sabino, sino por expresarle al prelado su solidaridad y señalar que los conceptos emitidos por el jefe del Estado sobre el cardenal, a quien llamó indigno y troglodita por haber advertido sobre sus pretensiones totalitarias, "no son propios de la investidura presidencial".

Ante los desencuentros, Moronta se ha ofrecido como mediador para el diálogo. Está de acuerdo con que la Asamblea Nacional investigue a la Iglesia porque "no hay nada que ocultar". Desea quedarse en Táchira hasta que Dios lo disponga y reveló que tanto del chavismo como de la oposición hubo propuestas para optar, primero por la Gobernación de Táchira, y más recientemente por la Asamblea Nacional. "No acepté ninguna de las dos propuestas", dijo.

­¿Cómo será el diálogo entre el Gobierno y la Iglesia? ­El diálogo apunta, primero, a que puedan conseguirse puntos de coincidencia, y segundo, a ver cómo se superan aquellos elementos que pueden ser opuestos. El diálogo implica tres cosas: que todos puedan opinar libremente y presentar sus ideas con respeto. No significa que no pueda haber vehemencia. El Evangelio dice que el que pone la mano en el arado y ve para atrás y no hacia adelante, no es digno del Reino de Dios.

Yo digo que el que venga a un encuentro, a un diálogo y solamente se quede en el pasado y no sea capaz de ver hacia adelante con los demás, no sabremos adónde irá a llegar.

­¿Qué le diría al Presidente por el caso del cardenal Urosa Savino? Usted dijo que le gustaría hablar con el Presidente otros temas. ¿Cuáles? ­Por diversos medios, he solicitado hablar con el Presidente. Entiendo que por estos días ha estado con muchas ocupaciones. Estoy dispuesto, en el momento que sea, a hablar con él o con la persona que designe. No se trata de buscar un maquillaje a la situación; es buscar puntos de encuentro. Otro tema importante sería el Táchira y la frontera. Que esta frontera reciba mayor atención en inversión de tipo social. Cada vez que hemos tocado este tema nos dicen "ustedes son de la frontera". Da la impresión de que estar en la frontera es algo malo y no es así.

­La CEV refirió la necesidad de participar responsablemente en las elecciones de septiembre. ¿Eso es meterse en política? ­Es una postura política, pero no partidista. Otra cosa sería que en el documento dijéramos que en las próximas elecciones voten por fulano. Dentro de la Iglesia hay gente tanto de uno como de otro lado, sacerdotes que han hecho campaña a favor de una opción; otra cosa es que puedan manifestar su idea, pero ningún sacerdote desde el púlpito o desde el confesionario puede hacer campaña político-partidista.

­¿Es más importante investigar a la Iglesia por opinar que investigar las toneladas de alimentos podridos? ­Ojalá que investiguen a la Iglesia Católica, por qué no.

Yo no tengo miedo porque no tengo nada que ocultar. Que tenemos pecados, sí los tenemos; virtudes, las tenemos; santos, los tenemos. No sólo los obispos o los cardenales son la Iglesia, todo católico es Iglesia. Aquí en esta diócesis, como ente público, hemos sido revisados continuamente por el Seniat y no me pongo bravo porque es su obligación. En relación con los alimentos, pues que se sancione con los criterios de ley. En estas cosas hasta la Iglesia puede colaborar porque tiene gente especializada y una doctrina ética y moral con la que se puede ayudar. Todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad. La última responsabilidad en el Estado la tiene el Presidente como en una diócesis la tiene el obispo. Eso no significa que uno sea responsable de todos sus súbditos. Por eso uno necesita muchos ojos, mucha contraloría y por eso la importancia del diálogo.

­En 2007 propuso abrir el debate sobre el socialismo del siglo XXI. La discusión actual es si estamos en democracia, en autoritarismo, o si vamos hacia un comunismo.

­Eso no lo debe responder sólo el Presidente o la persona de a pie, sino todos porque este país lo estamos diseñando todos y hay elementos positivos y negativos en toda propuesta. Lo que no podemos es construir un modelo que vaya en contra de la dignidad de la persona humana, de la libertad y de la participación.

­¿Lo están utilizando a usted para dividir a la Iglesia o como excusa para no discutir temas como el de los alimentos? ­El problema con la Iglesia ya venía planteándose desde hace tiempo y quizá ha hecho crisis. Visiones diversas, problemas diversos. Me dijeron en Caracas que la crisis con la Iglesia es porque se quiere tapar el problema de los alimentos o la crisis económica.

El problema con la Iglesia hay que enfrentarlo en los términos que decía: que nos sentemos. Y rasguñados unos y otros, quizá con un poquito de alcohol divino o humano, podamos empezar, no a sanar las heridas, pero sí a permitir que nos podamos sentar. En ese sentido, hago un llamado al Presidente y a los dirigentes políticos de todas las tendencias. No es esperar para mañana sino un ejercicio continuo. Que si son los chavistas los que me utilizan que si son los otros. Si camino con el pueblo en las peregrinaciones, soy populista; si no camino, soy burgués; total, que eso a mí no me quita el sueño ni me va a dar hambre.

Fotografía: Eleonora Delgado (El Nacional, Caracas, 19 de Julio de 2010)


EL NACIONAL - Lunes 19 de Julio de 2010 Nación/2
ENTREVISTA Mario Moronta defiende la postura política de la Iglesia, mas no la partidista
"El caso de los alimentos debe sancionarse con los criterios de ley"
El monseñor destacó la importancia de la contraloría, al consultársele sobre el escándalo de Pdval.
Admite que la última responsabilidad en un Estado es la del Presidente
ELEONORA DELGADO


Monseñor Mario Moronta es un hombre de fe. Tiene años hablando de la necesidad de diálogo en el país y, aunque la polarización más bien se ha acentuado, sigue ofreciéndose para servir de puente entre los sectores que difieren. En 2007 planteó en una carta pastoral la conveniencia de discutir sobre el socialismo del siglo XXI, lo que para muchos confirmó su inclinación al chavismo.

Recientemente, el obispo de la Diócesis de San Cristóbal ocupó titulares en la prensa nacional e internacional no sólo porque el presidente Hugo Chávez dijo que lo prefería para ocupar el puesto del cardenal Jorge Urosa Sabino, sino por expresarle al prelado su solidaridad y señalar que los conceptos emitidos por el jefe del Estado sobre el cardenal, a quien llamó indigno y troglodita por haber advertido sobre sus pretensiones totalitarias, "no son propios de la investidura presidencial".

Ante los desencuentros, Moronta se ha ofrecido como mediador para el diálogo. Está de acuerdo con que la Asamblea Nacional investigue a la Iglesia porque "no hay nada que ocultar". Desea quedarse en Táchira hasta que Dios lo disponga y reveló que tanto del chavismo como de la oposición hubo propuestas para optar, primero por la Gobernación de Táchira, y más recientemente por la Asamblea Nacional. "No acepté ninguna de las dos propuestas", dijo.

­¿Cómo será el diálogo entre el Gobierno y la Iglesia? ­El diálogo apunta, primero, a que puedan conseguirse puntos de coincidencia, y segundo, a ver cómo se superan aquellos elementos que pueden ser opuestos. El diálogo implica tres cosas: que todos puedan opinar libremente y presentar sus ideas con respeto. No significa que no pueda haber vehemencia. El Evangelio dice que el que pone la mano en el arado y ve para atrás y no hacia adelante, no es digno del Reino de Dios.

Yo digo que el que venga a un encuentro, a un diálogo y solamente se quede en el pasado y no sea capaz de ver hacia adelante con los demás, no sabremos adónde irá a llegar.

­¿Qué le diría al Presidente por el caso del cardenal Urosa Savino? Usted dijo que le gustaría hablar con el Presidente otros temas. ¿Cuáles? ­Por diversos medios, he solicitado hablar con el Presidente. Entiendo que por estos días ha estado con muchas ocupaciones. Estoy dispuesto, en el momento que sea, a hablar con él o con la persona que designe. No se trata de buscar un maquillaje a la situación; es buscar puntos de encuentro. Otro tema importante sería el Táchira y la frontera. Que esta frontera reciba mayor atención en inversión de tipo social. Cada vez que hemos tocado este tema nos dicen "ustedes son de la frontera". Da la impresión de que estar en la frontera es algo malo y no es así.

­La CEV refirió la necesidad de participar responsablemente en las elecciones de septiembre. ¿Eso es meterse en política? ­Es una postura política, pero no partidista. Otra cosa sería que en el documento dijéramos que en las próximas elecciones voten por fulano. Dentro de la Iglesia hay gente tanto de uno como de otro lado, sacerdotes que han hecho campaña a favor de una opción; otra cosa es que puedan manifestar su idea, pero ningún sacerdote desde el púlpito o desde el confesionario puede hacer campaña político-partidista.

­¿Es más importante investigar a la Iglesia por opinar que investigar las toneladas de alimentos podridos? ­Ojalá que investiguen a la Iglesia Católica, por qué no.

Yo no tengo miedo porque no tengo nada que ocultar. Que tenemos pecados, sí los tenemos; virtudes, las tenemos; santos, los tenemos. No sólo los obispos o los cardenales son la Iglesia, todo católico es Iglesia. Aquí en esta diócesis, como ente público, hemos sido revisados continuamente por el Seniat y no me pongo bravo porque es su obligación. En relación con los alimentos, pues que se sancione con los criterios de ley. En estas cosas hasta la Iglesia puede colaborar porque tiene gente especializada y una doctrina ética y moral con la que se puede ayudar. Todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad. La última responsabilidad en el Estado la tiene el Presidente como en una diócesis la tiene el obispo. Eso no significa que uno sea responsable de todos sus súbditos. Por eso uno necesita muchos ojos, mucha contraloría y por eso la importancia del diálogo.

­En 2007 propuso abrir el debate sobre el socialismo del siglo XXI. La discusión actual es si estamos en democracia, en autoritarismo, o si vamos hacia un comunismo.

­Eso no lo debe responder sólo el Presidente o la persona de a pie, sino todos porque este país lo estamos diseñando todos y hay elementos positivos y negativos en toda propuesta. Lo que no podemos es construir un modelo que vaya en contra de la dignidad de la persona humana, de la libertad y de la participación.

­¿Lo están utilizando a usted para dividir a la Iglesia o como excusa para no discutir temas como el de los alimentos? ­El problema con la Iglesia ya venía planteándose desde hace tiempo y quizá ha hecho crisis. Visiones diversas, problemas diversos. Me dijeron en Caracas que la crisis con la Iglesia es porque se quiere tapar el problema de los alimentos o la crisis económica.

El problema con la Iglesia hay que enfrentarlo en los términos que decía: que nos sentemos. Y rasguñados unos y otros, quizá con un poquito de alcohol divino o humano, podamos empezar, no a sanar las heridas, pero sí a permitir que nos podamos sentar. En ese sentido, hago un llamado al Presidente y a los dirigentes políticos de todas las tendencias. No es esperar para mañana sino un ejercicio continuo. Que si son los chavistas los que me utilizan que si son los otros. Si camino con el pueblo en las peregrinaciones, soy populista; si no camino, soy burgués; total, que eso a mí no me quita el sueño ni me va a dar hambre.

Fotografía: Eleonora Delgado (El Nacional, Caracas, 19 de Julio de 2010)

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