martes, 27 de julio de 2010

la otra osamenta



EL NACIONAL - Sábado 24 de Julio de 2010 Escenas/1
El grafiti salta de la pared al lienzo
Los artistas del spray más conocidos del área metropolitana exponen en la galería Espacios Libres del Centro de Arte El Hatillo, en la exhibición Caracas Street Art
CARMEN VICTORIA MÉNDEZ


Si el grafiti fuera una persona, ya tendría un trabajo estable, vivienda propia y hasta sus primeras canas. Este arte, nacido en la década de los años setenta en el subterráneo de Nueva York, ganó estatus al cambiar el anonimato y la clandestinidad por los reflectores de los museos y las galerías europeas y estadounidenses. El fenómeno también se ha hecho sentir en el país. Desde ayer, 20 colectivos y artistas urbanos exponen sus obras en la sala Espacios Libres del Centro de Arte El Hatillo, en la muestra Caracas Street Art.

La exposición fue curada por Leonardo Girón, promotor de espectáculos de breakdance y hip hop, que reunió a algunos exponentes del street art del área metropolitana. "La idea es dar a conocer el trabajo de creadores que hasta ahora sólo han podido expresarse en las calles, a pesar de que se han formado en institutos universitarios de arte y diseño".

La sala alberga diversas modalidades del arte callejero que han invadido otras áreas de la cultura visual, como la publicidad y el activismo político. Una de las piezas exhibidas es un "grafiti bomba", como se conoce en el argot a las firmas hechas con spray que presentan caracteres gruesos y de varios colores. La obra del artista Dinamo SP no fue pintada sobre una pared, sino sobre tres lienzos.

En la exposición participa Flix, ganador de la edición 2009 del Salón SupercableJóvenes con FIA con la controversial pieza Vomitando periódicos. Es uno de los más conocidos artistas del esténcil, una modalidad del grafiti que emplea una plantilla con una imagen grabada o recortada. En esta ocasión presentará sus robots sobre papel, muchos de los cuales pueden ser vistos en paradas de autobuses y casetas telefónicas del este de Caracas.

También destacan los grafitis y esténciles conceptuales del colectivo Reklamarte, cuyos integrantes Vaki y El-Ale usan las propias herramientas del street art para denunciar la contaminación visual.

Ambos artistas son conocidos por el uso de íconos como peces muertos y gorilas, que plasman sobre papel. El dúo trabaja generalmente a puerta cerrada, en lugar de usar las paredes públicas. "Nos interesa llevar el grafiti a otro nivel, que la gente lo valore y venga a verlo en las instituciones culturales", dice El-Ale.

El colectivo CMS, uno de los más representativos del grafiti en Caracas, dispone de una pared que integra pintura y fotografía. También presenta una señal de tránsito "bombeada" con spray.


Rebeldía vs control.
La muestra fue financiada por los propios expositores. Jorge González, el coordinador de la galería municipal, indica que decidió abrirle las puertas a los artistas del spray para que tengan una vía de expresión distinta a la calle.

"En El Hatillo tenemos muchos problemas con los grafiteros, así que decidimos acercarnos a ellos y ofrecerles otros espacios para que puedan exhibir y vender sus obras. La idea es que cambien las paredes por los lienzos".

Para Girón y los colectivos participantes, la exposición es una oportunidad de quitarle la etiqueta de vandalismo a las expresiones urbanas. "El street art sigue siendo arte y debe formar parte de la programación de las galerías independientes, como ocurre en otras ciudades del mundo, sin sacrificar su lado contestatario", dice el curador.

Aunque Girón y González coinciden en que es hora de que el grafiti abandone las calles, son conscientes de que estas expresiones nunca podrán ser erradicadas totalmente.

"Eliminar del todo el grafiti de los espacios públicos no sería lo ideal. Creo que existirá siempre, pero ahora se avanza hacia una ética que define qué lugares pueden ser intervenidos y bajo qué condiciones. Si se abren otros lugares, habrá menos gente pintando en las calles. Por otro lado, soy consciente de que el género conservará su cara vandálica, si se la quitan dejaría de ser grafiti".

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