lunes, 26 de julio de 2010

disconcordato


Vilipendio y Concordato
Luis Barragán



Sencillo, el Cardenal Urosa Savino denuncia el definitivo propósito totalitario de un gobierno que responde con el hachazo ventajista de sus recursos materiales y simbólicos. Ese monumento al eufemismo, el sistema nacional de medios públicos que es la suma-divisionista de todas las emisoras radiotelevisivas capturadas en el ejercicio del poder, operan bajo el mismo libreto: espectáculo antes que deliberación, en momento alguno se da una explicación sensata, ordenada, coherente, articulada y respetuosa de la inteligencia ajena, a favor de los insultos, dicterios, interjecciones o epítetos con más sangre de rencor y desprecio hacia la dignidad de las personas que insumo prefabricado.

La diligente citación del prelado a la Asamblea Nacional dócil y obediente, incapaz de rasguñar casos tan evidentes como los de PDVAL, síndrome de un sistema político ahogado por el cortocircuito, jamás dará ocasión a la razonada réplica de la denuncia. Guardianes excelsos del culto a la personalidad presidencial que supone la tramitación de la propia salvación política y burocrática, los señores diputados en el fondo tratarán lo que consideran un vilipendio a la majestad de la suprema jefatura, en ésta o en cualesquiera de las oportunidades que dispare el sedicente imaginario de las gestas revolucionarias que los inspira, cada quien con un Sierra Maestra nada arriesgado en el corazón de los sueños adulterados.

La manipulación de la instancia parlamentaria es harto peligrosa, pues – siendo ordinaria – ha actuado como una herramienta cuasiconstituyente al imponer la reforma constitucional que le negó la democracia participativa y protagónica que – paradójicamente – impulsan o dicen impulsar. El riesgo consiste en la improvisada y demagógica revisión del Concordato, destinada a trastocar las relaciones con el Vaticano y confundir a las otras creencias organizadas en el país, en la augusta tarea de dislocación de toda relación cívica que nos conceda el mínimo humano de una confiada certeza que nos convierta en sociedad.

Obviamente, los titulares del poder a lo largo de la historia emplearon instrumentos orientados a la prolongación de sus privilegios, pero – exactamente – la división de los órganos del Poder Público y las otras moderaciones en vigor, como el lapso determinado e irrepetible del ejercicio de gobierno, impidieron más de las veces que se desbordaran las aguas. El asunto estriba en los abusos tornados en usos, que no hallan fórmula institucional alguna de moderación, por lo que dirán legítimo que – en la república situacional en la que nos encontramos – la revisión a la que aludimos, sea el mejor ardid para ocultar dramas consabidos y padecidos aunque el precio sea demasiado alto a la postre.

Entonces, la irresponsable manipulación de tema puede llegar a la rápida discusión y aprobación de quién sabe cuál instrumento en el seno de un parlamento ya en sus postrimerías que, valga la curiosa institucionalidad campamental del régimen, coexistirá con otro que tardará en instalarse. Por mucho prestigio que tenga la Iglesia Católica en los sondeos de opinión, son otros los intentos y atrevimientos que Chávez Frías se permitirá, pues semejante estrategia de horadación ejecutó con la corporación armada que ahora es muy distinta a la que caracterizamos los venezolanos en las encuestas.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2010/07/vilipendio-y-concordato/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=674030
Ilustración:
http://2.bp.blogspot.com/_tYtZoweKEAY/SlzLVT1G4kI/AAAAAAAADGI/vW7BRNRSGvc/s400/escaleras_arriba.jpg

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