TESONERO

EL NACIONAL - LUNES 05 DE DICIEMBRE DE 2011 OPINIÓN/11
Libros: H. M. Enzensberger
NELSON RIVERA

Fronteriza, multifuncional, fluida. Prosa abierta por sus costados. A partir de una investigación enorme, en la que los pequeños hechos se hilvanan con algunos de los más notables hitos de la historia del siglo XX alemán, Hans Magnus Enzensberger urde y ensambla Hammerstein o el tesón (Editorial Anagrama, España, 2011), recientemente traducida a nuestra lengua.

Se impone decir ahora mismo de qué se trata: un montaje narrativo (como aquel que ya había ensayado con disciplina en El corto verano de la anarquía. Vida y muerte de Durruti), donde se mezclan documentos variados (cartas, reportes de espías, testimonios de diverso origen) con los recursos de la ficción. Aquí se cruzan y retroalimentan los caminos de la invención con los de la historia. Y en esa frontera no se repelen, sino que conectan sus múltiples vasos comunicantes, para construir el tejido de una meticulosa novela, que desafía cualquier denominación.

Si escribiera aquí que es una novela documental, discriminaría uno de los más estimulantes elementos que la conforman: las entrevistas que el narrador les hace a personajes que ya han muerto (esos encuentros con muertos son el recurso de la distancia, que otorga una perspectiva no contingente a lo que se cuenta).

Si dijera que es ficción basada en documentos de validez histórica, maltrataría la poderosa visión social y política que tiene el conjunto. Porque lo que no podría pasar desapercibido es que el autor de esta obra, que incorpora sin pudor los aportes de la imaginación creadora, es el profuso ensayista de la política europea, el recurrente pensador de lo social en su encrucijada contemporánea, el denunciante crónico de la mediocridad en lo público, cuya tonalidad está siempre presente a todo lo largo de la narración.

Alrededor de la reconstrucción de la vida del barón Kurt von Hammerstein, de su mujer y de sus siete hijos, se arma un recorrido que, montado sobre una trama de intrigas, servicios de inteligencia, cálculos políticos y las complejas relaciones diplomáticas y militares entre Rusia y Alemania, aferra e introduce al lector en el vértigo de circunstancias insoslayables del siglo XX.

Para el lector interesado en las postrimerías de la República de Weimar; interesado en el ascenso de Hitler al poder y en la telaraña militar que daría inicio a la Segunda Guerra Mundial; pero también comprometido en la comprensión de lo que el Holocausto constituye en la idea de civilización (su cesura, su paréntesis), este Hammerstein o el tesón abre las ventanas de unos hechos que, si se quiere, son apenas conocidos: la resistencia a Hitler que operó en el seno del Ejército alemán, que no logró, por omisión o impericia moral, detener el peligro que representaba el hitlerismo para Alemania y el mundo.