lunes, 19 de diciembre de 2011

RESERVACIONES

EL NACIONAL - Lunes 19 de Diciembre de 2011 Opinión/8
Reservas internacionales
Pdvsa ha tenido que acudir al endeudamiento externo y al financiamiento de distintas instituciones públicas locales para cubrir sus necesidades
PEDRO A. PALMA

Las reservas internacionales de un país son recursos financieros líquidos normalmente administrados por el banco central y compuestos por oro, por derechos especiales de giro ­activo de reserva creado por el Fondo Monetario Internacional que puede ser intercambiado por divisas­, por la posición crediticia neta del país en el FMI y, finalmente, por divisas como el dólar o el euro, también conocidas como reservas operativas o líquidas.

Las reservas internacionales sirven para respaldar el dinero que circula en la economía, así como para manejar una situación adversa que pudiera presentarse debido a la contracción de los precios de exportación, al encarecimiento de las importaciones, o a restricciones en el acceso al financiamiento foráneo. En otras palabras, son el ahorro de que dispone un país para afrontar una adversidad externa. Como bien dice el BCV, "una sólida posición en reservas internacionales fortalece la capacidad de pagos externos y disminuye el riesgo soberano".

Un país como Venezuela, cuya economía depende fundamentalmente de un negocio cambiante y riesgoso como el petrolero, debe disponer siempre de abundantes recursos internacionales líquidos, porque ello le protege de los nocivos efectos que cambios bruscos en los volátiles precios petroleros pueden acarrear. Sin embargo, la modificación de la ley que rige al BCV, hecha en julio de 2005, impide la aplicación de esa sana práctica, ya que ahora el instituto emisor tiene que fijar un nivel "adecuado" de reservas y traspasar los excedentes al Fonden, fondo destinado a financiar gasto público, y manejado por el Poder Ejecutivo en forma totalmente discrecional y sin someterse a los debidos controles y rendición de cuentas. Eso ha hecho que las reservas internacionales del BCV se hayan mantenido en niveles muy estables y relativamente bajos, y que durante las últimas semanas se hayan ubicado por debajo de los 28 millardos de dólares, monto que creo muy bajo por las razones que paso a explicar.

Como se sabe, durante los últimos años el precio del oro experimentó aumentos muy acentuados, y alcanzó un nivel superior a los 1.900 dólares la onza troy el 28 de agosto pasado. Eso le permitió al BCV revalorizar sus cuantiosas reservas auríferas, que se calculan en torno a 370 toneladas, equivalentes a algo menos de 12 millones de onzas troy, e hizo que el valor de las reservas de oro haya estado oscilando en alrededor de los 20 millardos de dólares. Si a su vez suponemos que la posición de reservas en el FMI, las reservas en derechos especiales de giro y en forma de otros activos suman cerca de 4.400 millones de dólares, podemos concluir que durante las últimas semanas las reservas líquidas, u operativas, en divisas están en torno a los 3.500 millones de dólares, monto muy bajo, ya que equivale a menos de un mes de importaciones de mercancías.

Esto es preocupante, pues las divisas a ser aprobadas por Cadivi y liquidadas por el BCV para importaciones y otras necesidades del sector privado dependen del flujo de dólares que pueda entrar en el instituto remisor, flujo que, a su vez, depende de las ventas de divisas que le haga Pdvsa, organización que atraviesa serias dificultades financieras. Como explicábamos en uno de nuestros recientes artículos, a pesar de estarse vendiendo el petróleo por encima de los 100 dólares el barril, Pdvsa ha tenido que acudir al endeudamiento externo y al financiamiento de distintas instituciones financieras públicas locales, el BCV entre ellas, para cubrir sus necesidades financieras, ya que el saqueo irresponsable a que ha sido sometida por parte del Gobierno ha mermado enormemente sus ingresos y, en consecuencia, sus posibilidades de venta de divisas al BCV.

Preocupa que un país que depende tanto del suministro externo, y cuyo sector privado importa dos tercios de lo que compramos fuera, disponga de unas precarias reservas internacionales líquidas y de un monto de divisas muy limitado para los importadores privados. Ojalá ello no se traduzca en desabastecimiento y en mayor inflación.

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