Jamás conocí personalmente a SR. La escuchaba con cierta regularidad en un programa ligero de radio, olvidando con quien lo compartía. De voz atractiva, nos distraía la dinámica del programa y también su espontánea candidez. En una ocasión, tuvieron como invitado a un poeta colombiano. Comentaron y citaron algunos versos. Ella - si la memoria no me traiciona - lo halagó, preguntando qué quería decir, cómo entenderlo. El poeta junto a la otra conductora, coincidieron en que la poesía no es para entenderla, explcarla, sino sentirla. No sé por qué retengo todavía aquéllo, pero siempre me pareció que SR tenía razón al preguntar. Así son las cosas. Un programa radial que lograba inquietar. Después, siendo hija del poeta Rosas Marcano, me pareció que su nombre era una combinación de cerezas y canela. En un reportaje, en el que hablaba de sus actividades culinarias, precisó algo distinto.
Por supuesto que da rabia. No había necesidad, pero este régimen la creó. Y junto a ella, todo riesgo y todo peligro.
(LB)
Fotografía: Tomada de la cuenta de JG, en FB.
No hay comentarios:
Publicar un comentario