El difícil periplo de María Corina
Luis Barragán
A contracorriente, tres años atrás advirtió la pavorosa crisis humanitaria
que hoy nos devora y de la condición mayoritaria de venezolanos decididos a
luchar por su libertad. Los hechos ahora corroboran la confianza que, por
siempre, María Corina Machado depositó en la ciudadanía confrontada con un
régimen que pretende liquidarla a cualquier precio.
Ella ha pagado un elevado costo por su lucidez y audacia, arriesgándose en
cada momento. Voz de la necesarísima inconformidad, la única avenida que
conduce al futuro, no descansa en un intenso trabajo diario que la lleva al
propio y peligroso escenario de la protesta en los más apartados rincones del
país, sabiéndose implacablemente perseguida por los órganos de seguridad del Estado.
Quien dijo dictadura, cuando los hubo cantando a la democracia, en las
últimas semanas ha sido víctima de una suerte de concurso de las agencias
represivas del Estado. En Guacara, tratado de impedir que llegase a Barinas, la GNB, el Sebin, la PNB y los grupos
paramilitares pretendía devolverla a Caracas, pero ella – firme y suelta, como
siempre – logró superar los escollos y cumplir con el difícil itinerario.
Recordemos, prohibida tan arbitrariamente su salida del país, desean inútilmente confinarla a Caracas y a su casa. No hay línea aérea privada, descontada las públicas, que le expidan un boleto dada la orden impartida por la dictadura. La semana pasada, el vehículo que la llevaba del estado Bolívar al de Anzoátegui, fue cobardemente atacado por los tristemente célebres grupos de motorizados; y, en el estado Carabobo, los cauchos del vehículo sufrieron de las públicas cuchilladas que les afincaron los funcionarios que trataron de doblegarla.
Recordemos, prohibida tan arbitrariamente su salida del país, desean inútilmente confinarla a Caracas y a su casa. No hay línea aérea privada, descontada las públicas, que le expidan un boleto dada la orden impartida por la dictadura. La semana pasada, el vehículo que la llevaba del estado Bolívar al de Anzoátegui, fue cobardemente atacado por los tristemente célebres grupos de motorizados; y, en el estado Carabobo, los cauchos del vehículo sufrieron de las públicas cuchilladas que les afincaron los funcionarios que trataron de doblegarla.
Acotemos, ni siquiera Chávez Frías, salido de la cárcel, pasó por tan
dramáticas pruebas, como ocurre con María Corina. Ella muestra todo el temple,
la entereza y la gallardía de la que urge y urgirá el país para salir de una
espesa sombra que, además, se diluye.
Fotografía: LB, El Cafetal (08/06/17).
12/06/2017:
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