sábado, 11 de mayo de 2013

NOTAS SOBRE EL FASCISMO (19)

El Nacional - Domingo 09 de Abril de 2006     D/8 Siete Días
“El fascismo de los años treinta ha vuelto en una edición más moderna”
El pasado 30 de marzo, en una sala de la Ciudad Universitaria de Caracas, Heinz Sonntag y otros intelectuales vinculados a la UCV lanzaron el Observatorio Espacio Antitotalitario Hannah Arendt. No es una ONG, dicen, ni mucho menos un partido; es un grupo de académicos de varias universidades que pretende alertar a la sociedad venezolana sobre los peligros que se ciernen sobre ella
Rafael Osío Cabrices

“Esta política exterior que se hace llamar ‘bolivariana’ es altamente dañina para la república”, afirma Sonntag
El chavismo llama fascistas a cuantos se le oponen. Al ex alcalde metropolitano Alfredo Peña y al presidente George W. Bush los han representado en afiches y pancartas como émulos de Hitler, con esvásticas y todo. Pero para un conjunto de intelectuales venezolanos –incluyendo en el grupo a dos que nacieron nada menos que en Alemania– aquí el fascista es el gobierno de Chávez, aunque no es el único: unos cuantos en el antichavismo duro compiten con los más fervientes bolivarianos en términos de racismo, intolerancia, fomento de la violencia, militarismo y concepción de la política como una batalla en la que hay que exterminar al adversario.
El Observatorio Espacio Antitotalitario Hannah Arendt rinde homenaje a la pensadora judía, que describió como nadie esta perversión espantosa en Los orígenes del totalitarismo. Se trata de una nueva iniciativa –¿política?
¿ideológica?– que pretende informar a los venezolanos que el actual gobierno, el mismo que pretende ejercer el poder hasta más allá de 2030, contiene muchos de los rasgos que caracterizaban al fascismo italiano, al nacional–socialismo alemán y al stalinismo soviético, que causaron millones y millones de muertes mientras asolaron la Tierra. El grupo, que incluye a catedráticos como Heinz Sonntag, Federico Welsch, Humberto García Larralde, Elías Pino Iturrieta, Carlos Kohn, Rodolfo Rico y Eleazar Narváez, nació con el manifiesto del 21 de enero, en el que una buena lista de firmas condenaba las frases antisemitas que el presidente de la República soltó en diciembre pasado.
—Ahora viene una etapa de concreción de objetivos, funciones, difusión –explica Sonntag, nacido en Alemania pero nacionalizado venezolano– y colaboración que podemos prestar al pueblo venezolano en el diseño y la propuesta de un nuevo proyecto de país. Tenemos la impresión, compartida por muchos otros, de que el proyecto nacional que propuso el teniente coronel Hugo Chávez Frías se ha agotado en siete años.
—¿Qué es el Observatorio Espacio Antitotalitario Hannah Arendt?
—Habría que empezar por reformular la pregunta: qué va a ser. Apenas hemos dado una primera presentación pública que encabezó el vicerrector académico de la Universidad Central de Venezuela. En este momento estamos empezando a estructurar el observatorio. Va a tener su espacio propio en la UCV, institución que lidera el proyecto por encargo de otras universidades que lo apoyan, como la UCAB y la USB. Tendrá varias unidades. La más activa será la que seguirá el paso de la politización del Poder Judicial y la judicialización de la política, dos procesos que van engranados. Otra trabajará sobre la perversión de la Historia y la construcción de una nueva simbología, que arrancó con la modificación del pabellón nacional en que todos los venezolanos nos reconocíamos. Otra unidad hará seguimiento a lo que están tratando de hacer con la educación, desde la primaria hasta la superior; un primer punto en eso es seguirle la pista a la implantación de ese proyecto de educación premilitar, que caracteriza precisamente a los Estados totalitarios en los que lo castrense tiene un peso especial, pero que no tiene nada que ver con una democracia, menos con una que ha hecho de la paz un tema muy importante.
—¿Habla de la reescritura de la Historia tal como se está enseñando en los textos escolares?
—Sí, de cómo ha cambiado la currícula de las materias. Distinguidos historiadores como Elías Pino Iturrieta y Germán Carrera Damas han denunciado cómo han alterado el acento sobre determinadas fechas, para colocar incluso como una fecha patria importantísima el 4 de febrero de 1992. Milan Kundera nos recuerda en uno de sus libros que lo primero que hicieron los soviéticos cuando invadieron Checoslovaquia fue eliminar de las universidades las cátedras de Historia, Sociología y Psicología.
Y los primeros pasos en esta dirección los tomó también el Proceso en Argentina en 1976.
Es el manejo ideológico de la educación.
—¿Hay algunos otros síntomas, rasgos totalitarios en el gobierno actual de Venezuela sobre los que el observatorio vaya a pronunciarse?
—Por supuesto. Otra prioridad será el seguimiento de la política internacional. No sólo en cuanto a la guerra artificial contra el gobierno de Estados Unidos, sino también la forma en que el Gobierno intenta transformar el mapa político de América Latina y las alianzas transcontinentales con Estados como Irán y Siria.
Pensamos que esta política exterior que se hace llamar “bolivariana” es altamente dañina para la república. Pero hay otros temas, que son internos: la discriminación política, incluyendo el racismo, con una fuerte tendencia antisemita que denunciamos en un manifiesto el 21 de enero, que se evidencia en constantes declaraciones en los medios controlados por el Gobierno, en discursos públicos, en los sermones dominicales.
Una cosa más es la militarización del país y las restricciones a la libertad de expresión con una presión cada vez mayor sobre medios y periodistas independientes, acompañada de una demarcación de contenidos en la prensa y los medios del Estado.
Finalmente, vamos a presionar porque el voto vuelva a tener sentido, vuelva ser verdaderamente popular. Para eso ya estamos en contacto con Súmate.
—¿Esto es una ONG, una asociación civil... ?
—No. Tampoco un partido político.
Es un grupo de opinión interdisciplinario e intrainstitucional, formado por gente que viene de distintos lados. No todos tienen un pasado de izquierda; por ejemplo, hay compañeros que vienen de la vieja derecha.
Sería inadmisible una composición distinta. Habrá núcleos de estudiantes y de profesionales de la universidad que no trabajan en investigación ni docencia.
Vamos a empezar a difundir nuestros propósitos en la UCV, pero estamos preparando para mayo un evento en el que daremos nuestro parecer sobre la situación de Venezuela.
1984 repotenciado
—¿Es fascista el chavismo?
—Yo diría que sí. Le doy esta respuesta básicamente porque hay elementos que son una clara analogía a los fascismos que han existido entre 1922 y 1945 y a los fascismos de izquierda de las repúblicas socialistas y la URSS.
Mejor hablemos de los totalitarismos, que incluyen al fascismo tanto de izquierda como de derecha.
Los movimientos totalitarios suelen construir estructuras paraestatales, es decir, que son paralelas al Estado ya existente.
En la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler, en los regímenes fascistas de Hungría y Austria antes de la anexión alemana, así como en los fascismos de izquierda, existieron fuerzas armadas regulares, que estaban dentro de la estructura del Estado, y además estructuras militares que sólo obedecían al líder:
los Fasci di Combattimento, las SA y SS, la KGB. También había una educación que daba el Estado y una que controlaba el partido.
Un sistema de salud pública del Estado y otro del partido.
—¿Pero cree usted que pueda instalarse un totalitarismo en Venezuela?
—No se trata de que yo lo crea o no, ¡es que ya está ocurriendo, es lo que Chávez y sus adláteres están haciendo! Claro, como todos los regímenes totalitarios tendrán disidencia y resistencia, pero harán absolutamente todo para callarla. ¡Ya están en eso!
Por fortuna, los medios de comunicación no han hecho un pacto con el Gobierno como ocurrió en la Alemania nazi, ni están todos los medios en manos del Partido, como pasó en el stalinismo. Pero eso no es porque el régimen no tenga ganas de que eso sea así. Yo espero que aquí haya suficiente capacidad de resistencia para que eso no ocurra; sin embargo, no descarto que ese totalitarismo sí llegue a instalarse.
—¿Cree, como Fernando Mires, que está surgiendo en el mundo un nuevo fascismo, que viene esta vez de América Latina?
—Sí. Es lo que dice Teodoro (Petkoff): hay dos izquierdas, una que representan Tabaré Vásquez, la Concertación en Chile, Lula, Oscar Arias en Costa Rica, y yo incluiría también a Andrés Manuel López Obrador, que no es un Chávez; y otra izquierda boba, tradicional. Como vemos, hay lo uno y lo otro. Evo falta por definirse. Y falta por ver también si la izquierda moderna va a poder resistir los embates de la izquierda boba. Pasa en el mundo entero y tiene que ver con las consecuencias socio–políticas del proceso de globalización.
—¿Es el chavismo el único que manifiesta tendencias fascistas o totalitarias en Venezuela?
¿No hay también una oposición militarista, violenta e intolerante?
—¡Por supuesto! En lo que se presenta como oposición en Venezuela hay, sin duda alguna, personas o grupos que juegan con la idea de sustituir el totalitarismo de Chávez por su propio totalitarismo. Siempre lo he dicho: Chávez no es el único Chávez.
—¿Por qué hay tanta gente, dentro y fuera de nuestro país, que más bien piensa que los fascistas y totalitaristas son los que se enfrentan a Chávez, y él representa, en cambio, la ampliación y profundización de la democracia como nunca antes se había visto en Venezuela?
—Por un lado por su discurso, y por otro por haber levantado la bandera del socialismo del siglo XXI, lo cual es el colmo de la estupidez.
—¿Por qué?
—Porque es una fórmula con la que se indica algo, pero no se explica en qué consiste. ¿Usted ha escuchado alguna definición, por parte de alguno de los intelectuales del régimen, de lo que es el socialismo del siglo XXI?
—¿Permite el mundo de hoy, con las dificultades que las nuevas tecnologías de la comunicación presentan al intento de aislar una sociedad, el montaje en una nación determinada de un aparato totalitario?
—¡Por supuesto, más que en cualquier periodo anterior, precisamente por la ampliación de la racionalidad tecno–instrumental!
En todos los ámbitos, el fortalecimiento técnico facilita la construcción de un totalitarismo si un grupo de verdad se lo propone.
Estoy seguro de que mi teléfono está intervenido, y también pueden hacer eso con Internet.
El mismo fascismo de los años treinta ha vuelto en una edición más moderna. No es como lo imaginó George Orwell en 1984, sino repotenciado.
“En todos los ámbitos, el fortalecimiento técnico facilita la construcción de un totalitarismo si un grupo de verdad se lo propone”
“En lo que se presenta como oposición hay quienes juegan con la idea de sustituir el totalitarismo de Chávez por su propio totalitarismo”
Cómo se defiende una sociedad
Heinz Sonntag publicó el pasado 5 de abril en El Nacional un artículo de opinión ( “Cómo enfrentar la irracionalidad de los que mandan” ) en el que explica que dos racionalidades se enfrentan en el mundo desde la Ilustración: la tecno–instrumental, que coloca el fin sobre los medios y calcula, diseña y maquina una manipulación tecnológica de la realidad para lograr sus objetivos, y la humana, que ha entregado a la civilización occidental contemporánea las ideas de derechos humanos, equidad, solidaridad, democracia. Ha habido momentos, sostiene Sonntag, en que una racionalidad se ha impuesto sobre la otra, con espantosas consecuencias.
El ejemplo más siniestro: la reducción a mercancía numerada de los judíos europeos en los campos de exterminio del Tercer Reich. Sin la racionalidad humana compensándola y limitándola, la racionalidad tecno–instrumental crea monstruosos horrores. “La única manera de luchar con éxito contra la irracionalidad del totalitarismo es mediante la reconstitución de la racionalidad humana, tanto mejor si eso se hace con ayuda de la racionalidad tecno–instrumental. Suena muy teórico, pero tiene diarias aplicaciones prácticas: la solidaridad no es estática, sino existe sólo en la medida en que es vivida cotidianamente”.
Fotografía: Alexey Titarenko.

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