domingo, 30 de noviembre de 2014

NUEVOS DESAFÍOS

Nuevamente, María Corina
Luis Barragán


Perogrullada aparte, el conflicto político en una sociedad democrática no acarrea inmediatamente el riesgo personal y el peligro físico para zanjar las diferencias, como suele ocurrir bajo las dictaduras.  Riesgo y peligro que asoman toda su importancia cuando quiebran las instituciones y sus representantes y relacionados, procuran literalmente sobrevivir a las amenazas reales que generan sus posturas como ediles o parlamentarios, líderes vecinales, gremiales o de opinión, o – simplemente – quejumbrosos voceros de un malestar generalizado. Acotemos rápidamente, raras veces hay dictaduras sin la armazón básica de una estructura que diga de una fachada institucional que le conceda cierta prestancia  al Estado.

Meses atrás, María Corina Machado acudió a la Fiscalía General de la República para declarar  por largas horas, aunque – lo ha referido – jamás le preguntaron sobre el motivo de su citación. Y, de nuevo, ha sido requerida ya no como testigo, sino como imputada por magnicidio.

Por aire, mar y tierra ha sido perseguida quien no ha ocultado sus afanes democráticos para superar la actual crisis que aqueja a todos los venezolanos, fundada nada más y nada menos que en la propia Constitución de la República. La sola y por siempre presunta destitución administrativa como diputada, apenas ejemplifica la inexistencia real de una división efectiva de los órganos del Poder Público en Venezuela.

Sufriendo el mayor de los riesgos, peligros y amenazas, ella representa una política de servicio al país con la cual nos identificamos.  Una alternativa para la transición que, por lo demás, ha sido intensa y democráticamente debatida en las numerosísimas asambleas de ciudadanos que, ya consolidadas en el oriente y occidente,  faltando los otros puntos cardinales, desembocará en el Congreso Ciudadano Nacional.

Nuevos desafíos se empinan en el horizonte de un esfuerzo político que ha de conjugar la experiencia con la imaginación, en esa inevitable conjunción que exigen las circunstancias, más allá de la política como espectáculo de la que es el mejor exponente un gobierno tan repleto de recursos mediáticos, reflejándose curiosamente en ciertos sectores de la oposición. Hay un duro combate cívico por delante, requerido de las convicciones y destrezas, voluntad y perseverancia que obligan a un liderazgo alternativo, como el que también encarna con nuevos bríos María Corina, el cual no se explica sin la indispensable unidad hecha de la audacia y de la sensatez que abren el camino hacia la libertad que nadie nos regalará.

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