domingo, 5 de abril de 2015

SIGNO

La moral de escondimiento
Luis Barragán


Limitar, condicionar, censurar o bloquear la información, es clave. Solamente el poder da la versión de sí y del país, generando una moral de la duplicidad para sobrevivir tratando de darse alguna prestancia o legitimidad ahora cuestionada por los venezolanos.

Suele esconder hechos, criterios y y hasta emociones para facturar otros que digan de una prédica del amor, la solidaridad, el esfuerzo y la honradez. Imposible una libérrima y espontánea rueda de prensa con nacionales o extranjeros, o la aceptación y garantía de una investigación parlamentaria lo más imparcial posible, teniendo por escenario a la opinión pública, pues, a lo sumo, prácticamente sustitutivo de la Gaceta Oficial, bastará el Twitter pretendiendo despejar dudas, en provecho de un simple mensaje telegráfico que no tolera réplica alguna.

Antes, desconocidas las redes sociales que hoy dicen delatar todo y a todos, por más resistencia que ofreciese el gobierno de turno, la básica división de los órganos del Poder Público forzaba a la sinceridad de la vida pública o privada de sus miembros por la sola circunstancia de decidir o influir en la vida pública y también privada de todo un país. Removiendo papeles en la Semana Mayor que concluye, hallamos el testimonio de la comparecencia de la Dra. Gladys Castillo de Lusinchi a la por entonces Comisión de Medios del Congreso de la República (1987), cuyo proceso de divorcio – entre otros problemas – quiso esconderse infructuosamente, ilustrándonos sobre las bondades de una – si así lo desean – mínima y convincente democracia.

Apenas, se dice algo del consabido y ventajoso viaje de una niñera armada a Brasil e impiden una averiguación de la Asamblea Nacional, presionando a los medios, reclamando estridentemente la privacidad de un alto funcionario público cuando no la respetan de cualquier opositor o disidente, trepando las más absurdas descalificaciones personales, difamándolo impunemente tras la grabación y montaje de una llamada telefónica. Hace poco, un díscolo diputado oficialista ofendió a un colega opositor, catalogando a su padre de asesino, creyendo que se trataba de Tomás Guanipa cuando realmente le respondió a Ángel Medina, quienes asisten regularmente a las sesiones y, por lo menos, alguna vez los ha visto y oído.

El escondimiento del ya harto sonoro caso del Banco de Andorra y de los que propiciaron las sanciones del gobierno estadounidense, imposibilitada cualquier investigación independiente o la más humilde indagación de sus compatriotas, los obliga a una cruzada anti-imperialista en demanda del nacionalismo y la honestidad que únicamente exigen a los demás. Cada uno de los venezolanos, en su larga y paciente cola para acceder a los insumos básicos, en medio de la inseguridad personal que nos aqueja, debe mostrar las virtudes que no ejemplariza un gobierno que tampoco les permite la más mínima interpelación sobre el colosal despilfarro de divisas que nos trajo a la presente situación y, menos, sobre la nada venturosa posición que logra el país en el blanqueamiento internacional de capitales.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2015/04/la-moral-de-escondimiento/
www.noticierodigital.com/2015/04/la-moral-de-escondimiento/
Ilustración: Alonso. Economía Hoy, Caracas, 20/01/1993.
Cfr. Caso Dra. Gladys Castillo de Lusinchi y su comparecencia por ante la Comisión de Medios del Congreso (1987): http://lbarragan.blogspot.com/2015/03/desarchivo.html

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