jueves, 16 de abril de 2015

PREMIO ORTEGA Y GASSET DE PERIODISMO

Insufribles, unos lo halagan hasta el cansancio, mientras que otros lo fustigan hasta el hastío. Con todas las coincidencias y las diferencias aparte, Teodoro Petkoff es un dato indispensable en más de medio siglo de historia venezolana. Pertenece a esa estirpe de la dirigencia política, presente en todas las corrientes: el pensante y el hacedor, el líder de la reflexión creadora y el corajudo a toda prueba. Más de una vez lo escuchamos desde los palcos del Congreso. Una ventaja, por cierto, la de una franqueza que más de una vez se hizo humor corrosivo, creador. Cualquier pendejo que lo entrevistaba, salía con las tablas en cabeza si se le ocurría una necedad. Antes del libro de Checoeslovaquia, hay que ver la densidad de muchas de sus entrevistas de prensa, que sorprende. Recuerdo una confrontación extraordinaria entre él y Abdón Vivas Terán (conservo una vieja fotocopia), a propósito de Chile: ambos retrataban la calidad de aquella otrora dirigencia emergente. Podrá decirse de todo, e – incluso – que se equivocó con este régimen, como creo, presumiéndolo con algo de sensatez al principio. Y hélo ahí, con sus ochenta y tanto años de dignidad presentándose en el tribunal. La fotografía es de principios de los sesenta. Solía ocurrir, el periodista no supo el nombre del dirigente estudiantil. Ningún pecado cometía, pues, era muchos y valiosos.

LB

No hay comentarios:

Publicar un comentario