domingo, 5 de abril de 2015

CUADERNO DE BITÁCORA


¿Por qué de la marca de agua?
LB
 
Décadas atrás, un barinés recorrió el país fotografiándolo intensamente. Otra barinesa, año y medio atrás, revelando el nombre del autor, orbitó dos o tres muestras en el gruo facebookeano Caracas en Retrospectiva. El caso está en que, en ese grupo, en días pasados, alguien reorbitó la pieza referida a la esquina de Pajaritos de Caracas, lugar de incuestionable importancia histórica. Emper, olvidó poner que nombre del fotógrafo que se traspapela. Puede decirse del arte del fusilamiento, en la medida que, como otras, incluyendo las marcadas de agua, son recolocadas como una aparente novedad. Y, al respecto, nos permitimos tres notas:
1) El sistema tiende a “tragarse” las viejas colocaciones, o – por lo menos – dificulta su acceso, siendo útil el esfuerzo de ventiilarlas otra vez. Si éste fuese el propósito, bastaría que el descubridor o redescubridor, haciese un comentario complementario a la exposición original para que suba en las primeras posiciones del muro, cosechando otros comentarios que impidan la ociosa repetición y preservando naturalmente la data original.
2) Por ello, es aconsejable la marca de agua prudentemente colocada, pues, las hay más vistosas que la propia gráfica celebrada, perfilando la otra vanidad. Es útil porque nos da el dato o referencia del curador y, en caso de un traspapelamiento, podemos buscar sus aportes. Esto podría llamarse la “doctrina de la marca de agua” que incluye el reconocimiento muy modesto también al esfuerzo de búsqueda, hallazgo y contextualización de la pieza. En definitiva, un proceso de acumulación de conocimientos. Suele ocurrir que el plagio, como ha sucedido con los modestos aportes del suscrito, termine (¡hasta con una marca de agua sobrepuesta!), en algún site que falsifica los datos, generando confusión.
3) Por último, sentimos, hay quienes desean realizar aportes y creen que lo hacen refusilando lo existente. Para tales personas, le recomendamos hacer una perversa trampa. Por ejemplo, si de vanidad se trata, esforzarse en conseguir piezas no vistas, echar una averiguadita histórica y lucirse. Sin dudas, será el ama de la fiesta, como lo fue aquél personaje que gratamente alguna vez nos contara Aníbal Nazoa en uno de sus libros.
Disculpen la extensión de la nota, pero se impone la observación ante el recurrente fusilamiento en el grupo. Y, nos atrevemos, sirve de un humilde consejo para sus innovadores, reales y palpables que, por esa comprensible modestia o humildad de los sabios, hacen sus contribuciones – incluso – mejorando la técnicamente la gráfica original, sin poner una discreta marca de agua. Vale decir, el valor agregado de un grupo como Caracas en Retrospectiva.
Por cierto, ¿cuándo fue construido el edificio José MMaría Vargas? ¿Hubo otros planes alternos para solventar una deuda de ordenamiento del lugar? ¿Éste no tuvo un valor lo suficientemente histórico para preservarlo?
 
Post-data LB: Hicimos estas observaciones en el grupo Caracas en Retrospectiva (https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10206035104013525&set=gm.10153156874498544&type=1),  y la asentamos en la página La Afición Histórica (https://www.facebook.com/Hereditatis/photos/a.229456970540097.1073741848.154173528068442/469273643225094/?type=1&theater).  Suele ocurrir, hay personas que orbitan fotografías como propias, importándoles poco la repetición.

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