Adecuado lugar
Luis Barragán
Derrocado Rómulo Gallegos, muerto su sucesor, fue inevitable que la Junta de Gobierno convocase a elecciones para una constituyente. Clandestinos AD y el PCV, URD y COPEI canalizaron el fervor popular y el 30 de noviembre de 1952, ante el FEI, el sobrevenido aparato partidista gubernamental, obtuvieron el triunfo.
Contra todo pronóstico, el electorado se hizo presente en las urnas, obligado el gobierno a censurar la emisión de los resultados que les fueron adversos. Marcos Pérez Jiménez, definitivo beneficiario de las maniobras que tuvo en Miguel Moreno un confiable protagonista, ordenó la alteración de las cifras y, dada la renuncia de once de los quince integrantes del Consejo Supremo Electoral, inmediatamente los reemplazó para favorecerse con la Asamblea Nacional Constituyente a la medida de los intereses de la camarilla del poder.
Jóvito Villalba, el líder más visible de la oposición, fue detenido y encaramado en un avión para sacarlo del país, iniciándose una dura y generalizada etapa de persecución, represión y muerte. Hablamos de una difícil campaña electoral que concluyó en la entronización de una dictadura que, originada en el fraude, se reclamó como un régimen constitucional y democrático.
Dictadura que, por lo menos, guardaba o dijo guardar las formas, con un Congreso Nacional que, si bien no traspasaba los límites de la polémica política real, la aparentaba, o un exilio político forzado y una prensa maniatada que se les presentaba – apenas – como una circunstancia accidental de un gobierno hacedor de obras faraónicas, cuya primera utilidad fue la publicitaria. Desde Santa Cruz de Aragua, donde suscribimos y remitimos esta modesta nota, no pretendemos - ahora - comparar los ’50 del XX con los ’10 del XXI, pues, sin dudas, hay distinciones, mas también coincidencias y una de ellas es el esfuerzo de aparentar una democracia que la historia puso y pondrá en su adecuado lugar, pendiente de caracterizar el presente siglo venezolano.
En las vísperas de los comicios parlamentarios de 2015, no olvidamos tan amarga etapa histórica muy conscientes de la que hoy cursa en Venezuela, cuyas amarguras también se sienten. Ha sido un camino complejo y dificultoso el que hemos transitado – precisamente – hacia una transición democrática. Empero, la Unidad Democrática recoge una incontestable tradición de lucha que la inspira y, con todas sus imperfecciones, va al encuentro de una crisis para la cual tiene respuestas concretas, contundentes y concluyentes.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2015/11/adecuado-lugar/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?f=15&t=7088
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