sábado, 7 de noviembre de 2015

A CONFESIÓN DE PARTE

La metropolitanización del deterioro
Luis Barragán


Consabido, no hay mejor auspicio que el olvido histórico para las propuestas de cuño totalitario. Todo conocimiento y vivencia del pasado, es susceptible de una tergiversación del poder establecido que aspira a imponer – reescribiéndola – su interesada versión. Por ello, la importancia de la Reforma de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, aprobada – en primera discusión – por la Asamblea Nacional que, en definitiva, zanja la diferencia entre la remodelación y la restauración.

Integrantes por tres años de la Comisión Permanente de Cultura y Recreación, fueron numerosas las denuncias y múltiples las propuestas que hicimos sobre la pérdida de una memoria indispensable para las sucesivas generaciones. E, incluso, llevamos a las sesiones plenarias del parlamento, casos como el del Teatro de la Ópera de Maracay, cuya tardía y costosa remodelación, mas no restauración, lo agrega al enojoso catálogo que encabeza el Cine Rialto de Caracas, totalmente transformado, luego de varios años de expropiado, además, con un restaurant de precios inaccesibles; a Casa Fuerte de Barcelona o el edificio Toki-Eder de Caracas, tan abandonados como otros inmuebles de valor patrimonial que contribuyen y simbolizan la metropolitanización del deterioro en Venezuela.

Particular mención debe hacerse a las adyacencias del Palacio Legislativo de la ciudad capital, pues, a modo de ilustración, hasta muy a principios del presente siglo, entre las esquinas de San Francisco y Las Monjas, hubo un amplio y generoso bulevard para la libre circulación de una ciudadanía que podía elevar su protesta en las propias puertas del parlamento, y - ahora – restringido el paso peatonal, un enorme estacionamiento con secciones ajardinadas. Éstas conforman una suerte de arquitectura antimotín de carácter preventivo que, cada semana, al sesionar la Asamblea Nacional demuestra su eficacia arrinconando y acallando las voces de la inconformidad en una de las esquinas, siendo impensable la intervención del órgano rector del Estado en tan importante materia.

El Proyecto en cuestión tiene sus bondades y sus defectos, en términos generales, pasando por alto algunas de las contribuciones – ya remotas – formuladas en la Comisión. Por ejemplo, preferimos ante la recurrente y abusiva fórmula de expropiación, que el Estado adquiera a precio de mercado un inmueble de interés, sin afectar el patrimonio familiar de quienes – a duras penas – lo mantuvieron por varias generaciones; el minucioso registro fotográfico y fílmico, la maquetización periódica de ciudades, pueblos y aldeas, o el empleo intensivo de las redes sociales para salvaguardar la memoria cultural, histórica y arquitectónica.

Acotemos dos importantes circunstancias: por una parte, le corresponderá a la nueva mayoría de la Asamblea Nacional afrontar la segunda discusión del Proyecto, mejorarlo y profundizarlo, en 2016. Y, por otra, directamente comprometidos con las venideras elecciones, no abandonamos las actuales responsabilidades parlamentarias.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2015/11/la-metropolitanizacion-del-deterioro/
Composición gráfica: http://www.aporrea.org/actualidad/n217670.html
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?f=15&t=4497

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