viernes, 30 de octubre de 2015

BÚSQUEDA DE LA VERDAD

De la temida deserción
Luis Barragán


El peso de la conciencia se impone, pues ha habido y hay funcionarios del gobierno que no duermen con tranquilidad. Se saben protagonistas y cómplices de una gran estafa que lleva más de década y media, colapsando moralmente por un indebido disfrute material.

Investigados fuera del país, tiemblan ante la posibilidad cierta de ser llamados por la justicia, tarde o temprano. O, de alguna manera llamados, desean salvar en lo posible a la familia que arrastraron con sus locuras.

La deserción no es fácil, porque a dinámica que generaron es propia de las mafias. Temiendo las represalias, buscan amparo allende la mar. Por cierto, beneficiarios menores,  en los cuadros medios de a administración cunde el pánico, porque no le es fácil a nadie huir imprevistamente del país, como a sus bien acomodados jerarcas.

Por lo pronto, el desertor político e ideológico se resigna a una tempestad de descalificaciones, probablemente presto para cualquier argucia que lo lleve a los tribunales. El caso está en el que, funcionalmente, puesta a andar, desarrolló o se prestó para que anduviese la gran maquinaria de la corrupción, y – arrepentido – el miedo se cuela por los huesos.

Hay límites éticos y morales, surgiendo el otro desertor: el que ayudó a falsificar o falsificó las pruebas para los injustos procesos judiciales, desde una magistratura o una fiscalía, llevándose por el medio a los inocentes. Sin embargo, es necesario reconocer y valorar el coraje de una deserción a tiempo, revelando las verdades que la historia les reconocerá en su justa dimensión, atenuando esa difícil carga: la de la conciencia que no deja siquiera dormir.

Fuente:
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/24322-de-la-temida-desercion

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