martes, 27 de octubre de 2015

EN BARTIMEO



NOTITARDE, Valencia, 25 de octubre de 2015
“Caminando con Cristo”
La oración hecha con fe (Mc. 10, 46-52)
Joel de Jesús Núñez Flautes

El evangelio de este domingo nos relata la escena cuando Jesús saliendo de Jericó (ciudad ubicada cerca del Jordán, a 10 Km del Mar Muerto y 10 km de Jerusalén), se encuentra con Bartimeo, un mendigo ciego que a la orilla del camino, al enterarse que pasaba por allí Jesús de Nazareth (que se había convertido en noticia por sus milagros, palabras, actuaciones), empieza a gritar, a pedirle ayuda, lo hace reconociéndole como Mesías y Salvador; al gritarle: “Jesús, hijo de David, ten compasión de mí”, es un título que se aplica al que se considera Rey, Mesías y Salvador, descendiente del linaje de David, que para un judío es el Rey por excelencia.
La gente lo manda a callar porque es pobre, ciego y, por tanto, pecador público (los judíos consideraban que un enfermo o una persona con una incapacidad física había nacido así por el pecado de sus padres y, por tanto, estaba manchado, era impuro). Este hombre no se calla, grita más fuerte, porque sabe que su súplica, sus palabras son una oración dirigida a Cristo, a ese que reconoce como Dios, no dirigida a los hombres que lo mandan a callar, sino a ese Jesús que en la sinagoga de Nazareth ha dicho, viendo cumplidas en Él las profecías de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Noticia a los pobres, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos…” (Cfr. Lc. 4, 18-19); le grita con fe, le suplica como al Dios verdadero.
Ante tal grito, escuchando esa súplica que sale de un corazón abatido por la oscuridad física y moral (impuesta por la sociedad de entonces) Jesús detiene su marcha y manda a sus discípulos que lo traigan, él se levanta y se acerca hasta donde está Jesús, éste le pregunta qué quiere que haga por él y responde que quiere ver y Jesús, viendo su fe, le dice: “vete en paz, tu fe te ha salvado”; recuperó la vista y se convirtió en discípulo de Jesús.
IDA Y RETORNO: Oremos y trabajemos por las familias.

Pieza: Leo Villareal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario