El fracaso de mi blog
Hermann Alvino
El blog https://vivalapolitica.wordpress.com
ha fracasado en su objetivo primordial –generar debate-, puesto que
lleva años publicando una, dos y hasta tres veces por semana elementos
sobre la realidad venezolana sin haber superado la barrera numérica de
los pocos lectores que generosamente le regalan unos minutos al tiempo
que ese número va disminuyendo vertiginosamente.
Los números están
a la vista (ver figura anexa) y las causas pueden ser varias, pero
ninguna parece diferente a la que todos podemos suponer.
Recordemos
que un blog personal es un repositorio de reflexiones sobre aspectos de
la vida que llaman la atención de su autor, y como para ello cada uno
tiene filtros diferentes, pues también serán distintas las facetas de la
vida que impregnarán sus sensibilidades. Todo dependerá entonces de la
motivación que el autor pueda y sepa crear para ello sincronizando esas
sensibilidades con las de los eventuales lectores.
Antes de la
actual era digital las reflexiones se hacían sobre papel, en libretas
que todavía se consiguen a montones en las buenas papelerías del mundo,
con portadas y filigrana de autor cuales bitácoras de viajeros, de
aventureros, arqueólogos y artistas. Quien sabe si tanta escogencia es
porque nadie las compra y se van acumulando en el inventario, o porque
solo esperan un monstruoso apagón digital para retomar su puesto de
privilegio. Con la era digital se ha logrado cambiar esa imagen de esos
diarios a cargo de niñas y adolescentes para asentar una normalidad en
el uso de éstos por parte de todos, jóvenes, viejos, niñas, astrónomos,
músicos y saltimbanquis.
Por supuesto que los objetivos de cada
uno son diferentes, poco podríamos añadir para valorar a quienes
simplemente comparten sus vivencias diarias con gente que ni siquiera
conoce –una variedad que va desde la ingenuidad pura hasta el
exhibicionismo y el narcisismo, pasando por prosa y poesía de altísima
calidad. Tenemos también a quienes usan ese canal como medio de
transmisión de su vivencia laboral –desde el periodismo serio hasta la
indispensable difusión científica-, y aquellos que dedicados a alguna
actividad pública no pueden dejar de hacer acto de presencia en la red.
Y
por supuesto estamos quienes usamos un blog solo para intentar generar
debate sobre realidades políticas que nos tocan directamente. Es
evidente que de debate no ha habido ninguno, salvo uno que otro mensaje
vía correo de algún atento lector. Pero más nada. Objetivo no cumplido
pues mediante este blog estadísticamente marginal y políticamente
insignificante.
Por otra parte todos sabemos que
independientemente de quienes usan tanto el papel como el teclado para
exponer sus pensamientos cual necesidad espiritual, y casi diríamos que
también corporal, hay misiones difusoras cuyo objetivo primario es
generar debate, pero si en determinados contextos –como el venezolano-
no se está dentro del círculo mediático para proyectar esos elementos
-en prensa escrita o audiovisual- pues solo quedan las redes sociales,
que no son solo canales de expresión y exposición sino de interacción,
elemento éste que desde el inicio ha sido la verdadera esencia de
internet.
Las redes sociales entonces son el único camino que le
queda al común de los mortales para intentar activar el intercambio y
debate sobre cualquier asunto -desde la técnica ideal para que la
tortilla de patatas quede cremosa, pasando por cómo mitigar la picazón
post tatoo…-; pero este objetivo se basa en la premisa de que no solo
será leído y que sus contenidos serán de interés para un segmento de la
humanidad, sino de que también será criticado para bien o para mal,
mejorado, alabado o descalificado, pero en todo caso difundido, porque
de lo contrario todo quedará perdido en el ciberespacio.
Es sabido
que la difusión por los canales tradicionales se basa primero en
enterarse, lo cual a su vez dependerá de la imitación del receptor al
percatarse de que otros sintonizan ciertos programas de radio o
televisión, o leen ciertos periódicos, revistas y autores, o porque no
queda más remedio -dada la porquería mediática que entre publicidad y
publicidad trasmite uno que otro contenido banal, exceptuando algunos
canales públicos como la BBC, France2, Rai3, PBS, o Deutche Welle, entre
otros-. Como todo el mundo tiene aparatos de radio, televisión y compra
prensa escrita, pues el enterarse de algo es casi un hecho que se da
solo y por sentado. Las bases para su difusión están allí de antemano, y
solo dependerá de la calidad de contenidos para que aumente la
audiencia, o el número de compradores de cierta publicación.
Pero
si bien en las redes sociales el recibir contenidos es igualmente un
acto pasivo, el difundirlos dependerá solo de esos destinatarios-semilla
iniciales para iniciar la cadena. Recibir entonces un contenido por
correo electrónico, o toparse con éste en una red social es una
condición necesaria para su difusión mas no suficiente, porque ese paso
ya no corre por cuenta del transmisor inicial sino de los primeros
destinatarios.
Todos hemos recibido los contenidos virales sobre
los perritos disfrazados de arañas, o sobre el apaleamiento de
estudiantes opositores al chavismo, y de acuerdo a la motivación que
dichos mensajes nos han causado, pues los hemos retransmitido, o no, por
ello hay que partir del supuesto que el destinatario inicial lee los
mensajes del transmisor, y no los pasa directamente a la papelera
-cuando no los tiene catalogados de antemano como correo basura-, y que
al toparse con éstos en alguna red social los lee para informarse y no
solo por curiosidad, o por algún sentido morboso que a veces ronda hasta
en las cabezas de los más ingénuos. Y luego hay que esperar que esa
lectura lo motive a su difusión.
¿Por qué los contenidos del blog
no se difunden? En primer lugar porque no se leen, y ello es así porque
la gente está ocupada en sus cosas, en su trabajo, en su rutina para
llegar a final de mes pagando las facturas, y llega a casa no
precisamente para enterarse de lo que una persona relativamente
desconocida quiere decirle. Sus prioridades personales son otras, y su
filtro informativo casi siempre es la gente más conocida y más famosa
que ha logrado saltar esa barrera que impide a la mayoría de
escribidores convertirse en una referencia. Las razones para que lo
hayan logrado son demasiado disímiles para abordarlas aquí. Pero todas
son válidas puesto que han sido exitosas.
En segundo lugar porque
tal vez los contenidos sean muy malos, mediocres, o incluso buenos pero
algo largos, porque se sabe que en estos tiempos solo hay tiempo para
píldoras conceptuales, aun a riesgo de quedarse en la frivolidad
superficial, puesto que las ideas complejas por más que se presenten con
sencillez no siempre pueden resumirse, ni mucho menos simplificarse, y
menos en contenidos sociales en los cuales la información es la base de
las hipótesis, y por tanto cada una de éstas debe presentarse junto con
su información de soporte para reforzar la credibilidad; y ello supone
más y más párrafos.
Por otra parte los contenidos a veces se toman
como asunto personal, más en el caso venezolano, donde quien critica
legítimamente a la oposición –como en este blog- es casi vetado hasta en
los correos personales, perdiendo así gran parte de la audiencia
inicial, porque en parte hemos llegado a una desesperación opositora que
induce a mucha gente a escuchar solo lo que quiere oir, para pasar un
buen rato dentro de la horrible rutina que ha impuesto el chavismo, en
vez de disponer de un argumentario alterno para intentar saber qué
diablos pasa realmente con el país y sus dirigentes de bando y bando. Es
comprensible, pues que quien siembra esperanza u optimismo, aun
pastoreando nubes y sin ninguna base objetiva, tenga mayor recepción que
aquel que aquellos que se atreven a contar lo que hay en el otro lado
de la medalla.
Esas recompensas espirituales entonces pueden
conseguirse en muchas otras partes y de fuentes más expertas en la
materia, mientras que dentro un debate realista sobre Venezuela ya no es
tan sencillo encontrarlas. Dentro de ese contexto de refrescarse
espiritualmente solo queda concluir que éste es más bien maloso, o su
temática interesa poco, lo cual se confirma en parte luego de comprobar
cómo se disparan los like o los me gusta si se cuelga en la red una foto
del Ávila mientras que ideas que a veces –modestamente- quedan muy bien
presentadas, pues son sometidas a una profunda indiferencia.
Quienes
hemos estado durante décadas dentro de la dinámica política, antes de
la explosión digital generábamos debate estando presentes en cualquier
evento de interés. Algunos lo lograban más que otros –y de allí se iban
decantando los liderazgos-. Para quienes siempre mantendremos esa
cercanía con la realidad política es más que obvio que de mantenerse
aunque sea mínimamente activos, las red y la tecnología que
inquietantemente la diversifica cada vez más, es un canal indispensable
para activar el debate.
Como eso no se ha logrado pues solo queda
dejar de incordiar a los receptores, tanto los receptores de correos
como los que se pasan por las redes sociales, mientras se seguirá
escribiendo, ya no con ese objetivo, sino para aclararse uno mismo.
Que no es poco. Por ello, este blog sigue vivo y actualizado, pero pasa al anonimato
Gracias a los pocos lectores y difusores por su generosidad. De veras.
Fuente: https://vivalapolitica.wordpress.com/2015/07/28/el-fracaso-de-mi-blog/
Nota LB: Esto le escribimos a HA en el Facebook: "Nos
incluimos en ese fracaso, Hermann, aunque – puede decirse – el tuyo es
más fracaso rato largo que el mío. Citas algunas razones, pero creo las
más poderosas dos : fracasas porque tu blog es inteligente, incisivo,
interrogador. Y fracasas porque reconoces y celebras el fracaso. Yo
quiero fracasar así. Mientras el blog este vivo y actualizado, no hay
problema". Así, aspiramos a compartir el fracaso.
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