domingo, 9 de marzo de 2014

CAPRILES, PELI, MACHADO

EL UNIVERSAL, Caracas, 9 de marzo de 2014
 ENTREVISTA | Henrique Capriles
"Si el Gobierno no cede habrá conflicto"
 Roberto Giusti

En un momento en que la estrategia de la oposición parece mudarse discretamente a posturas menos radicales, al menos a su juicio, Henrique Capriles se aferra a una visión, la suya, la de siempre, que en estas últimas semanas se vio sometida a la dura prueba de una protesta continuada aún vigente. Si se siente reivindicado no lo reclama, pero aunque advierte que la protesta debe continuar porque los problemas que la provocaron aún persisten, enfatiza la necesidad de desechar la polarización y estrechar lazos entre la clase media y los sectores populares.
-A casi un mes de haberse iniciado las protestas, el saldo es de 20 muertos y el conflicto pareciera no resolverse. Sin embargo, desde una parte de la opinión pública, se advierte que el Gobierno resiente el impacto y se ha debilitado en algunos frentes. ¿Compartes esa opinión?
-La muerte de cualquier venezolano me duele en el alma. Alguna vez dije que la única vida que estoy dispuesto a arriesgar es la mía. Me niego a arriesgar la de los venezolanos por ninguna causa. No creo en la violencia y su posterior costo en vidas, para alcanzar un objetivo. Durante estos años mi posición ha sido clara: trazar un camino dirigido a un cambio duradero. La protesta pacífica (artículo 68 de la Constitución), aunque esté equivocada en su planteamiento, no es un delito. ¿Qué va servir para que ocurra? Dios quiera que así sea.
-Pero, ¿justifica esa esperanza, en caso de materializarse, el costo en vidas que se está pagando?
-No hay justificación para la pérdida de una vida. Yo evité un escenario de cientos de muertos el 17 de abril, cuando le dije al país que no íbamos a una guerra planteada por un Gobierno al cual no le importa la muerte de seres humanos con tal de conservar el poder. Posición apoyada por la cúpula militar. No había, entonces, ninguna garantía de que salir a la calle iba a cambiar el resultado del 15 de abril. ¿Cuál fue la respuesta del Gobierno? Acusarme de asesino, lo cual pone al descubierto su doble moral.
-¿Se está repitiendo la situación en esta oportunidad?
-Me tiene sin cuidado lo que piense el Gobierno. Valoro, sí, lo que piensa el pueblo. Y por eso es importante que los seguidores del oficialismo entiendan que nuestra lucha no es violenta. Que el esfuerzo gubernamental por ponernos al lado de la violencia quede, apenas, en un esfuerzo comunicacional, al comprobarse que nuestro discurso se corresponde con nuestras acciones. Es decir, que somos pacifistas y buscamos un cambio en paz.
-Ese es, palabras más, palabras menos, el discurso del movimiento estudiantil, cuyos dirigentes aducen que la violencia surge del lado del oficialismo.
-La protesta del movimiento estudiantil no es violenta y la de la inmensa mayoría, tampoco. Pero el Gobierno tiene la intención de que algunos espacios de violencia desvirtúen su razón de ser. Yo nunca he estado contra las protestas. Digo, sí, que se deben llenar de contenido y me refiero a las pacíficas, sobre todo las de carácter social, de la cuales el año pasado hubo unas cinco mil.
-¿Carece de contenido esta protesta continuada?
-Esto ha ido cambiando. En mi opinión comenzó por dónde no era aunque se ha ido redireccionando y ahí es donde aparece nuestra responsabilidad. Los problemas que generan la protesta (la escasez de alimentos y medicinas, por ejemplo) deben convertirse en una oportunidad para que los venezolanos nos reencontremos. Para mí la protesta no es pasarle por encima a un hermano sino unirme a él en búsqueda de soluciones a problemas que nos afectan por igual. Mi esfuerzo ha estado dirigido a construir una fuerza nacional que llegue, tanto a la Venezuela que puede estar en el este de Caracas como a la que vive en Macarao o La Vega. Debemos derrumbar las barreras y unirnos es un solo bloque ante un adversario común: Nicolás y su Gobierno.
-¿No tiene razón el Gobierno cuando advierte que una de las causas del recrudecimiento de la escasez de alimentos, por ejemplo, se debe al mes de protestas?
-Este Gobierno, inmoral de la A la Z, no tiene razón en nada. El colmo ha sido pretender que el descontento social o el desastre de la inseguridad, generado por ellos, lo resuelva yo o la dirigencia de oposición.
-¿No ha apoyado la gente la protesta del movimiento estudiantil porque, en el fondo, cree que el objetivo es salir del Gobierno?
-Hay un grupo de venezolanos, grande o pequeño, (no voy a cuantificarlos) que no representa a una mayoría cuyo sentimiento está vinculado al país que tú le ofrezcas, no a una agenda de uno o dos puntos políticos. Ese grupo tiene como planteamiento que se vaya el Gobierno. Una posición legítima porque yo comparto ese deseo. Pero quiero que eso ocurra para acabar con la inflación, la inseguridad, el desempleo, la escasez, la crisis de la salud. Esas son las razones para salir del Gobierno. Ellos, aun cuando no se conectan al sentimiento mayoritario, tienen todo el derecho de pronunciarse saliendo a la calle, siempre y cuando no vulneren los derechos de los demás porque eso desvirtúa la razón de su protesta. Sin embargo, a ellos hay que sumarlos al movimiento porque todos esos problemas también los afectan.
-¿Quieres decir que la protesta está desconectada de... ?
-No digo "la protesta" porque hay distintas protestas... ..
-Me refiero a la protesta impulsada por el movimiento estudiantil.
-Tampoco. La protesta de los estudiantes conecta con su causa y sus planteamientos.
-Pero, ¿se conecta con los sectores populares?
-Sí, porque muchos estudiantes provienen de ese medio social y, además, es legítima la exigencia de la liberación de sus compañeros. Recuerda que el origen de la protesta está en el intento de violación a una estudiante del Táchira.
--Si eso es así entonces la protesta está siendo apoyada por todo el mundo.
-El descontento social está en todo el mundo. El reto es traducirlo en un movimiento. Que se pase del sentimiento a la acción. Y eso se logra si la razón, que convoca a la acción, conecta con tus sentimientos.
-Yo pensaba que la acción estaba en pleno desarrollo desde hace casi un mes.
-Sí, pero esa acción, si la llenas de contenido, te permitirá, disponer de la fuerza necesaria para plantarte al Gobierno.
-¿Por qué no actúas en ese sentido si tú eres el líder de la oposición?
-Hacia allá vamos. Pero no vale la pena hablar de lo que fueron nuestras diferencias porque al final no busco tener la razón. Eso es irrelevante. Ahora, el desarrollo de los acontecimientos nos está diciendo que se pasó del final de la película a su comienzo.
-¿Podrías explicarte?
-El fin de la película es el cambio de Gobierno, pero para llegar a él debes ir al principio de la película: la grave crisis del país que conecta con el descontento social. Eso te da la oportunidad de decirle al Gobierno, al terminar la película: "o cambias o te vas".
-Si la oposición hubiera ganado las elecciones del 8 de diciembre, ¿habrían estado dadas las condiciones para asistir al fin de la película?
-Se planteaba otro escenario. Ese era mi objetivo luego del robo que nos hicieron en abril, con unas elecciones amañadas, que le permitieron Nicolás permanecer donde está, gracias al control de los poderes que aun siguen secuestrados. Por eso a la gente hay que hablarle con sinceridad y dejar de seguirle mintiendo porque así se ha llegado a muchos fracasos. Cuando a los cinco días de la muerte de Chávez asumí una candidatura a la que nadie daba el menor chance, lo hice desde la perspectiva de la verdad. ¿Cuál es mi autocrítica? Que le dejé de hablar a la clase media. Pero esa fuerza no tiene porque perderse porque puede reencontrarse con el sector mayoritario del país. El venezolano de Altamira debe unirse al venezolano de Catia y el primero debe propiciar el encuentro. Hay gente que dice: "estamos esperando que la gente que los barrios salgan". No, hermano, los barrios no van a salir solos.
- ¿No se supone que la dirigencia de los barrios debe salir de los mismos barrios?
-Claro. En lo personal, todo el esfuerzo lo he puesto en los sectores populares, en la gente más humilde, en ganarme su confianza. Pero, ¿cuánto tiempo se pasó haciendo política en la televisión? ¿Desde hace cuánto no se visitan los sectores populares? ¿Desde cuándo no se organiza y estimula la dirigencia que actúa allí? ¿Cuánto tiempo, en el caso de Caracas, se dedica a un sector de la ciudad y se abandona el otro? ¿Por qué cada vez que se presenta un proceso electoral hay cientos de aspirantes para representar a un sector de la ciudad, el más fácil de ganar y en el otro nadie quiere ser candidato? Esas son reflexiones que se deben hacer si se quiere construir la mayoría de verdad.
-¿Estás reconociendo que en este momento la oposición no tiene la mayoría?
-Estoy diciendo que en este momento sí se tiene la mayoría, pero que esa mayoría no se articula sola. El 80% del país piensa que las cosas van mal, pero eso no quiere decir que todo ese gran porcentaje respalde a la oposición, sino que quienes queremos un cambio tenemos el reto de convertir ese sentimiento en un movimiento social dotado de una sólida base.
-¿Pero cómo, si el juego está trancado?
-No lo está.
-Si no está trancado, ¿cuál es la salida?
-Va a venir porque la actitud del Gobierno generará una crisis política más profunda y eso nos abrirá una salida. No veo otra. Salvo que se produzca un estallido social. Circunstancia a la que me niego a jugar.
-¿Podrías explicar el primer escenario?
-Ante el juego trancado tienes que ceder. ¿Qué significa esto? Respetar la Constitución.
-Cuando hablas de ceder, ¿a qué sector te refieres?
-Al Gobierno
-Pero, ¿acaso el Gobierno va ceder?
-¿Por qué no?
-Porque funciona con lógica de gobierno totalitario.
-Entonces vamos al estallido social.
-Dices que si el Gobierno no cede ¿vamos al conflicto?
-Sin duda. No promovido por Capriles. Probablemente allí tendremos mucho de lo que no hemos visto. A 25 días de la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez el Gobierno se fracturó y posteriormente salió.
-¿Puede estar ocurriendo lo mismo en este momento?
-Puede estar ocurriendo en este momento.
-Entonces la protesta debilitó al Gobierno.
-Depende de cómo termine.
-¿Cómo va a terminar?
-Hay una protesta que seguirá. La que puede terminar es la política. Pero no hay que dejar que termine porque los problemas que la originan están vivos. Hay que encauzarla.
-Esos problemas, ¿no están fuera del debate?
-Ya no. Hoy (sábado) hay una protesta por la escasez. El lunes será por la salud.
-¿Hablas de una rectificación de estrategia?
-Hay un cambio de rumbo por parte de la mayoría ante un Gobierno al que le interesa la polarización y la violencia. Tristemente hay sectores de oposición que han caído en ese juego porque creen que eso les coloca en posición de ventaja. Grave error y un fraude que le hacen a un pueblo que quiere cambio.
-¿No trascendió la protesta a los partidos e incluso al mismo movimiento estudiantil que la motorizó?
-Eso no es malo.
-No lo es, pero planteadas las cosas así, ¿quién la va a conducir?
-Entre todos.
-¿Sientes que estás recuperando tu posición de líder?
-Eso no tiene importancia.
-Pero, ¿no son necesarios los liderazgos?
-A mi no me gusta hablar en primera persona, pero nadie puede decir que yo no he sido coherente y consistente con el planteamiento que hice desde el primer día. Con la lucha, desde la verdad, para construir un cambio que no dure 48 horas. Cuando le dije a la gente, "cuidado con Maduro vete ya porque significa Diosdado vente ya", me dijeron: "caramba, es verdad y si se va éste, ¿quién viene?" A esa pregunta respondo: ¿qué quieres tú, que se vaya Maduro o cambiar todo el modelo? Pues bien, mi lucha es para cambiar el modelo.
-¿Crees que es posible cambiar el modelo con el mismo Gobierno?
-El modelo puede cambiar si el pueblo chavista repite lo ocurrido el 14 de abril, cuando 700 mil de ellos votaron por Capriles. ¿Haciéndolo traicionaron la última palabra del Comandante, que era el slogan de la campaña de Maduro? No. Solo sintieron que Capriles presentaba un mejor proyecto y eso no lo podemos perder.
Fotografía: Oswer Díaz Mireles.
Ilistración: Peli (Ciudad Caracas)

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