lunes, 14 de noviembre de 2011

MADEJIDAD


EL NACIONAL - Lunes 14 de Noviembre de 2011 Escenas/2
Balza, reticular
PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS
FRANCISCO JAVIER PÉREZ

Quizá un remedo regenerado por la infantil retina, acostumbrada a instrumentar la hermenéutica de las cosas hace válida una filosofía de la retícula. Navegación para informatizar la literatura (una forma de atraparla en la red), simetría virtuosa de lo asimétrico. Red sobre una red, la imagen devendrá en Balza intención y método.

Gracias a la primera, la reunión acorta las distancias que creemos existe entre autores lejanos en tiempo, lugar y espíritu (tan Aristóteles); y, gracias al segundo, la materia induce a leer todo sacado de su lugar, extrañado de cualquier forma de seguridad, convencido por relaciones inconformes que fundan una glosemática alienada de los hábitos de la crítica chata, bobamente teorizada y orgullosa de sus triunfitos de predecible menester. En suma, ¿qué es un delta (su delta), sino una red de prodigios acuátiles, una música que hubiera envidiado el gran Haendel? Desde el aire, un delta dibuja un diagrama arbóreo sobre el mapa.

Para Whorf, el lenguaje supone una malla mediadora entre el hombre y el mundo, una celosía que le permite y le impide a la vez captarlo a plenitud y que le obliga a observarlo de una determinada manera. Para Balza, la literatura promueve su comprensión sólo y siempre entramando unos procesos con otros y que enredando el análisis formal de sus gestiones ofrece luces distantes tras el virtuoso amasijo de barreras e impedimentos decodificadores. Cada resquicio se presenta, en uno y otro caso, como una visión de interminables floraciones. El árbol (el bosque, la selva), "imagen imaginante" de todos los lenguajes (lo refrendan Schleicher y Salas y Balza lo premoniza en Navarrete y en Gracián, tanto como en Ramos Sucre y en Garmendia). La fragua de imágenes construye la epistemología literaria de Venezuela. Red de autores. Ensayos de literatura hispanoamerica- na (Bonilla Artigas Editores, 2011) es el título del último libro de José Balza. Su noble maestría evade explicar o hacer teoría para alegrar a los profesores de literatura.

Prefiere hacer que ella florezca en el ensayo, antes que facilitarla en exposiciones para conformar a críticos sin ganas o a lectores para los que no está hecha esta literatura de poderosas ideas y de potentes afectos; ésa que practica Balza en sus ensayos.

Libro de madejas, la escritura literaria le demanda nuevos tejidos y ellos fecundan en la acción de destejer para encontrar el hilo pródigo de salidas (un oficio que inventa Teseo). El laberinto es una red ciega. El ensayo muestra los hilos de luz que conducen a la vida: una red preñada de redes (un delta, un árbol): "Nuestra creación es lo conjetural de nuestro destino".

Autores reticulados, los tejidos son hilados con la hebra virtuosa del que se sabe construyendo un único tapiz y no teme juntar tonalidades distantes (Torri y Garmendia, Lecuna y Lecuona), pues todas hacen sonar la misma música; una misma respiración americana (la "expresión" de Lezama), aunque se haga bajo cielos diferentes.

Lo confirma en el venezolano Rossi, mexicano.

Puede ahora decirlo libremente (él es, de todos, el escritor más libre): "Siento a América como una unidad de violentos matices".

Estallido de las ataduras geográficas. La región se traslada. La solidaridad llega y redime.

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