lunes, 14 de noviembre de 2011

DEL SOCORRO


NOTITARDE, Valencia, 13 de Noviembre de 2011
Nuestra Señora del Socorro de Valencia (Jn.19,25-27)
Joel de Jesús Núñez Flautes

Hoy es día de júbilo y alegría porque los valencianos y carabobeños celebramos la solemnidad de Nuestra Señora del Socorro, patrona de nuestra Arquidiócesis de Valencia; por eso, meditaremos hoy el pasaje del evangelio de Juan donde la Virgen María está al pie de la cruz. Para el resto de Venezuela y del mundo el texto del evangelio que se lee hoy es de Mt. 25, 14-30, la parábola de los talentos y que va en sintonía con el evangelio del domingo pasado de las diez vírgenes.
Celebramos los valencianos y carabobeños 101 años de la coronación canónica de la imagen de Nuestra Señora del Socorro, la primera en recibir esta distinción en Venezuela por medio de un Papa. Es también la primera, hasta ahora, en recibir en Venezuela la "rosa de oro", distinción que el año pasado le hizo el Santo Padre Benedicto XVI en el marco del centenario de su coronación canónica.
El ser humano es un ser simbólico, sígnico dirían los expertos en semiología y realmente es así. Lo que vemos, lo que observamos, la imagen o las imágenes son muy importantes. Para el cristiano católico las imágenes, en este caso de nuestra madre la Virgen María, nos recuerdan, nos actualizan y nos acercan a lo que Ella representa y es para el pueblo cristiano. María no es cualquier mujer, sino la escogida por el Padre Eterno para ser la Madre de Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; por tanto, Madre de Dios y Madre nuestra. Por eso, cuando veneramos o rendimos culto a una imagen, como en este caso a la imagen de Nuestra Señora del Socorro, estamos rindiendo culto y veneración a la Madre de Dios, Madre de la Iglesia. ¿Quién en lo humano por mal hijo que sea desprecia a su mamá o le gusta que le desprecien o insulten al ser que le dio la vida? ¿En la experiencia humana la mamá no tiene un valor singular, especial, sobrenatural? ¿Podemos imaginar a Jesús despreciando, insultando o poniendo a un lado a su mamá? ¿Podría ser Dios Padre tan utilitarista que después de haber María dado luz al Hijo eterno del Padre, la colocara a un lado o ya su papel no sería recordado por las generaciones?
El evangelio que leemos hoy en las misas de Valencia y Carabobo (exceptuando a la Diócesis de Puerto Cabello) nos presenta a Jesús en el momento cumbre de su misión, su agonía en el Calvario. Antes de morir para liberar a la humanidad del pecado y de la muerte eterna, nos deja una herencia preciosa. Primero el evangelista Juan destaca que al pie de la cruz y de pie estaba María, junto a otras dos mujeres. De pie significa llena de fe, de esperanza y de amor. No desesperada, no insultando a los verdugos de su divino hijo, con la fortaleza de quien sabe esperar en las promesas que Dios le ha hecho, meditando aquellas cosas en su corazón y sobre todo, como buena madre, como pedagoga, como primera discípula y creyente en su Hijo lo acompaña para que cumpla y llegue al final de su misión. María no se reserva a su hijo para sí, ella ha entendido y comprende que su hijo es de toda la humanidad, que su hijo es el Hijo de Dios; el Enmanuel y que ha venido para rescatar al hombre de la peor esclavitud que es el pecado que conduce a la muerte eterna. María sabe y entiende que su Hijo tiene un pueblo que lo sigue, hombres y mujeres que creen en Él y no sólo lo ven como hombre, sino como el Dios y Mesías esperado. Ella se siente madre de todos aquellos que llaman hermano y amigo a su hijo; como lo hace, lo hará y lo ha hecho cualquier madre a lo largo de la historia. Como diría el poeta Andrés Eloy Blanco, "cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo".
Jesús desde la cruz nos dejó a María como Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Juan, el más joven de los apóstoles, el más valiente, representa a todos los cristianos, representa a la Iglesia creyente que está de pie y contempla a su Señor en el sacrificio de la cruz. El Hijo de Dios nos dice ahora, que María no sólo es su mamá, sino la Madre de toda la Iglesia, de todos los creyentes, de toda la humanidad. Jesús dijo a Juan: "Ahí tienes a tu madre". Es decir, ahora te pertenece, cuídala, ámala, respétala, aprende de ella como yo aprendí en lo humano, ella te enseñará algo más de mí, ella me llevó en su vientre, me amamantó, me cuidó, me protegió, me alimentó… Como lo hace una buena madre y Ella es la Madre de Dios, del Redentor de la humanidad y ahora es nuestra.
IDA Y RETORNO: Hoy en el Forum de Valencia, a las 10:30 a.m., misa solemne en honor a Nuestra Madre, la Virgen del Socorro, será presidida por Mons. Reinaldo Del Prette, arzobispo de Valencia, y concelebrada por varios sacerdotes y con la presencia de más de cinco mil personas. En el marco de esta misa, dos seminaristas de Valencia recibirán en vista al sacerdocio un ministerio: acolitado (Juan Rodríguez) y lectorado (Wilfredo González). Dios y la Virgen del Socorro los bendigan.

Ilustración: Dezső Korniss

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